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20 de junio de 2008

Pedro Páramo de Juan Rulfo

La única novela de Juan Rulfo, Pedro Pára­mo, considerada fundamental dentro de la narrativa latinoamericana del siglo xx, presenta un ambiente caracterizado por la violencia, la soledad y la muerte, en el que el hombre sobrevive apenas, en una condición fantasmagórica.
Juan Preciado viaja a Comala en busca de su padre, "un tal Pedro Pára­mo", para cumplir lo que prometió a su madre an­tes de morir. Al llegar al pueblo en compañía del arriero Abundio -también hijo de Pedro Páramo-, descubre que, en realidad, se encuentra en una al­dea habitada por fantasmas, y muere de tenor. En el final, Juan Preciado, enterrado en la misma tum­ba que otro personaje, Dorotea, se dirige a ella, y no al lector, como parecía desde el comienzo. La narración incluye la historia de Pedro Páramo, el cacique que ha dominado Comala, y la de sus amores con Susana San Juan, su casamiento, y la muerte de la mujer, que lo sume en la desolación.
En la novela se entrecruzan las distintas histo­rias y voces de los diferentes personajes, pero nin­guno de los episodios aparece linealmente desde el comienzo hasta el final: el relato se construye mediante la yuxtaposición de tiempos, sucesos y personajes distintos. Tampoco existe un único na­rrador, sino varios que se combinan.
La obra tiene la apariencia de un rompecabezas que el lector debe reordenar. Esto permite que el texto tenga varias lecturas paralelas.

En una primera lectura de la novela, se pueden observar dos aspectos:
· el clima de la obra (omnipresencia de la muer­te, distorsión temporal, montaje en contrapun­to, a través de la yuxtaposición de fragmentos);
· las líneas generales de las historias (vida de Pedro Páramo, viaje de Juan Preciado).
Hay que tener en cuenta la diferencia entre his­toria y narración. Entendemos por historia el conjunto de acontecimientos relatados con un or­den causal y cronológicamente lineal: este orden de la historia se plantea desde el nacimiento de Pe­dro Páramo hasta que Juan Preciado habla después de morir. Llamamos narración a la disposición de los sucesos según su forma de contarlos, tal como aparecen en la obra. La narración comienza con la llegada de Juan Preciado a Comala, y concluye con un episodio que, desde el punto de vista de la historia, es anterior: la muerte de Pedro Páramo.
El siguiente cuadro ordena el esquema de la historia. En una relación con el extratexto, se in­cluyen fechas que comprenden, en la historia de México, desde la llamada "guerra de los tres años" (1858-1860) hasta los años posteriores a la "revo­lución cristera" (1926-1929).

1850 • Infancia de Pedro Páramo.
· Infancia de Susana San Juan.
· Muerte del abuelo de Pedro Páramo.
· Muertes del padre de Pedro Páramo, Lucas Pá­ramo, de la madre y de la abuela.
1880 • Partida de Susana con su padre y casamiento de Pedro Páramo con Dolores Preciado.
1890 • Partida de Dolores y Juan Preciado de Comala.
· Miguel Páramo, adoptado por Pedro Páramo.
· Amoríos y desmanes de Miguel Páramo.
· Muerte de Miguel Páramo.
1910 • Regreso de Susana a Comala.
· Casamiento de Pedro Páramo con Susana.
· Enfermedad de Susana.
· Presencia en la novela de los acontecimientos de la Revolución mexicana.
· Muerte de Susana.
1920 • Muerte de Pedro Páramo.
1930 • Muerte de Dolores Preciado, llegada a Comala y
muerte de Juan Preciado. Ya enterrado, oye y comenta los murmullos de los muertos.

La estructura de la novela es neobarroca. La narrativa de los autores hispanoamericanos del siglo xx po­see características que la ubican dentro del Neobarroco. Este mo­vimiento toma su nombre del Barroco del siglo XVII, ya que sus procedimientos son equivalentes. Su estilo se distingue por:

La desmesura
La literatura neobarroca repara hasta en los detalles más insig­nificantes, tanto, que dejan de ser detalles para convertirse en ele­mentos fundamentales, centrales, de la obra de arte. La desmesura abarca tanto el lenguaje que se usa como el contenido elegido. Su resultado es la artificiosidad.
La artificiosidad
La artificiosidad se produce cuando la expresión es despojada de naturalidad y la labor artística se hace evidente. Se logra por medio de tres mecanismos:
· Sustitución. Este procedimiento permite reemplazar el nom­bre real de un objeto o una situación por otro que, alejado se­mánticamente, se puede deducir del contexto. La metáfora re­sultante es exagerada.
· Proliferación. Consiste en la enumeración disparatada, la acu­mulación de diversos núcleos de significación y la superposi­ción de unidades heterogéneas. Es una lista dispar, a la ma­nera de un collage.
· Condensación. Es la fusión de dos términos para formar un tercero que resume los dos primeros.

La parodia
Los textos neobarrocos se basan sobre textos ya existentes y los recrean: éste es un mecanismo paródico. Los textos usados y el re­sultante dialogan entre sí, lo que produce el verdadero carácter po­lifónico de la literatura barroca.
Para descubrir cuáles son los elementos pertenecientes a otras obras, se debe hacer una lectura "detallada" del texto.
Esta combinación de elementos, que implica confusión, enfren­tamiento y fusión de opuestos (características barrocas), se rela­ciona con la "camavalización", que permite la mezcla de diversos géneros y la inclusión de un tipo de discurso en otro.
La parodia se refleja en dos niveles:
· Nivel intertextual. Cuando un texto se refiere a otro anterior del mismo autor o de otro.
· Nivel intratextual. Cuando un texto contiene diferentes juegos de palabras en el nivel de la escritura, a partir del otro texto evocado.

PROCEDIMIENTOS PARÓDICOS
La intertextualidad se manifies­ta de dos maneras fundamenta­les:
• La cita. Por medio de ella, se superpone el nuevo texto, mar­cando sus límites a la manera de un collage; por lo tanto, su significado permanece claro.
• La reminiscencia. El texto se incluye de una manera indistin­guible, cuyos limites son difu­sos; por lo tanto, se adapta al texto creado.
La intratextualidad se manifies­ta por medio del juego con:
· Las perifrasis.
·La ausencia de ciertos voca­blos que pueden ser restituidos por el contexto.
• Los sonidos, como en el caso del anagrama (uso de las mis­mas letras en diferentes pala­bras: Cara, roca, caro, arca, ar­co.

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