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9 de diciembre de 2011

PANORAMA HISTÓRICO EN AMÉRICA: DE LA COLONIA A LA INDEPENDENCIA

PANORAMA HISTÓRICO  EN AMÉRICA: DE LA COLONIA A LA INDEPENDENCIA

Mapa conceptual



A partir de la mitad del siglo  XVIII, el orden colonial en América Hispánica  inició Su proceso de disolución. Los acontecimientos se  precipitaron en los comienzos del siglo XIX. Después de 1825, la mayoría de los países lograron su independencia. Sólo Cuba y Puerto Rico continua­ron hasta fines del siglo bajo la tutela de la metrópoli. Liberadas  en el marco de la guerra hispano-estadounidense pronto cayeron bajo la tutela de los Estados Unidos.

CAUSAS DE LA DISOLUCIÓN DEL ORDEN COLONIAL

Las causas de la disolución del orden colonial fueron:

Ideológicas. Los patrones ideológicos que provocaron fuerte impacto en los grupos intelectuales americanos fueron la Neo·escolástica  ( 1) y la Ilustración (2). Las ideas de la Neo-escolástica e­ran analizadas en las universidades y colegio  americanos. Sus ideólogos consideraban que el origen del poder era divino, pero el pueblo -como depositario- lo delegaba en el rey. Si éste no e­ra legítimo o no perseguía el bien común,  el pueblo reasumía la soberanía. En el Cabildo Abierto del 22 de mayo de 1810, Juan José Paso decía: "Porque es el pueblo el que delega la autori­dad o mando"

   La otra vertiente corresponde al pensamiento de la  Ilustración , especialmente a través de las obras de Rousseau y del  ideario de la Revolución Francesa. Los conceptos de libertad,  igualdad, separación de poderes, soberanía popular, penetraron  en algu­nos círculos de americanos que habían estudiado en Europa.

Político-administrativas: El advenimiento de la monarquía borbónica en el siglo XVIII señaló una etapa de creciente centralización del poder en la metrópoli. Los funcionarios es­pañoles monopolizaron las tareas de gobierno en detrimento del creciente poder de las instituciones locales. Lejos había quedado el derecho de los vecinos de elegir a su propio go­bernador o decidir el cumplimiento de una ley. La oposición se centró en la figura de los responsables de la administración. El lema de los primeros alzamientos fue: "¡ Viva el Rey, muera el mal gobierno!".

Económicas: España mantuvo un fuerte monopolio comer­cial. El control estricto del tráfico legal, el aumento indiscri­minado de los impuestos, la prohibición del intercambio entre las diferentes regiones, la limitada posibilidad de comprar productos en otros países, provocó la rivalidad entre los co­merciantes españoles y la burguesía americana naciente. El contrabando, en manos de los ingleses, contó con la complici­dad de esta nueva clase social. España perdió el control del Atlántico y la posibilidad de competir con países en vías de industrialización.

Las primeras sublevaciones
Las primeras sublevaciones contra la metrópoli comenzaron a partir de la segunda mitad del siglo XVIII y estallaron desde Méxi­co y Nueva Granada, hasta Perú y el Río de la Plata. Sus consig­nas fueron heterogéneas: rechazo al aumento de impuestos, oposi­ción a los funcionarios españoles, reivindicación de los derechos de indios y mestizos. Todas fueron sofocadas. La más prolongada fue la que encabezó Túpac Amaru y se extendió por todo el terri­torio de Perú. Su amplia repercusión y la violencia de su final pu­sieron de manifiesto las debilidades estructurales de un régimen en disolución.
A comienzos de 1808, Napoleón dominaba el mapa europeo e invadió la península hispánica. El rey Fernando VII fue tomado prisionero y el gobierno quedó en manos de José Bonaparte.

El pueblo español reasumió su soberanía, formó Juntas de Go­bierno y declaró la guerra al invasor. La Junta Central de Sevilla concentraba la legitimidad del poder. Sin embargo, a principios de 1810 toda la península quedó bajo el poder de los franceses, la Jun­ta fue disuelta y se instaló un Consejo de Regencia en la Villa de la Isla de León. Este Consejo no fue considerado legítimo por los americanos y, ante el temor de sufrir igual suerte que la metrópoli, formaron gobiernos autónomos, aunque fieles al rey Fernando VII.

La contra-revolución comenzó en Perú y estuvo a cargo del vi­rrey Abascal. Desde allí, logró deponer todos los gobiernos autó­nomos, con excepción de los instalados en el Río de la Plata y al­gunas zonas de Venezuela. Hacia 1814, el panorama se presentaba sombrío para los americanos. A los fracasos locales, se sumaba la actitud del rey Fernando VII, quien recuperó el trono español y se mostró decidido a imponer su dominio en las colonias.

El camino hacia la independencia era una necesidad imposter­gable. Así lo  comprendieron San Martín y Bolívar. El primero, desde el Río de la Plata, y el segundo, desde el norte de América del Sur, trazaron un plan para liberar a todo el continente. En 1824, la batalla de Ayacucho selló la independencia de América del Sur. En el mismo año, México, ya independiente, se transformó en una república federal.
La mayoría de los países sufrieron conflictos internos y exter­nos. La unión era  aún un objetivo por cumplir.


LOS ÚLTIMOS VESTIGIOS DEL IMPERIO ESPAÑOL

En los territorios centroameri­canos, que formaban parte del Virreinato de México, no hubo intentos independentistas en la década de 1810. Recién entre 1838 y 1848, fueron adquirien­do independencia y se con­virtieron en repúblicas los terri­torios de Costa Rica, El Salvador, Honduras, Guatemala y Nicaragua. En Cuba, los intentos indepen­dentistas se iniciaron en 1820, aunque sin éxito. España man­tuvo su dominio hasta 1898, cuando, como consecuencia de la derrota de la guerra hispano-estadounidense, debió renun­ciar a él. Puerto Rico fue cedido directamente a los Estados Unidos.

(1)  Neoescolástica: movimiento filosó­fico centrado en España durante el siglo XVII. Sus  representantes más importantes, Mariana y Suárez, cuestionaban el absolutismo real, defendían la naturaleza social del hombre y la soberanía popular. Re­cibe ese nombre, pues es una reno­vación de las ideas de la Escolástica (movimiento filosófico de la Edad Media), cuyo principal representante fue Santo Tomás.

(2)  Ilustración: movimiento filosófico centrado en Francia durante el siglo XVIII. Sus principales representantes fueron Rousseau, Voltaire y Mon­tesquieu. Sus ideas se basaban sobre la soberanía popular, la división de poderes, la igualdad y la libertad.

LOS TEÓRICOS DE LA LIBERTAD

Antonio Nariño (nacido en Co­lombia) y Francisco Miranda (nacido en Venezuela) difundie­ron, a fines del siglo XVIII, las ideas de la Revolución france­sa (1789) y  de la Revolución Norteamericana (1776) e im­pulsaron a seguir su derrotero. Consideraban posible una alianza con Inglaterra, con la fi­nalidad de liberarse de la domi­nación española.


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