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5 de enero de 2012

Información y resumen - El proceso de resumir - Competencias que se requieren- La coherencia textual - Coherencia global -Coherencia local- Macroestructura y macrorreglas.


Información y resumen - El proceso de resumir - Competencias que se requieren- La coherencia textual - Coherencia global -Coherencia local-  Macroestructura y macrorreglas.

Información y resumen
Observaba Jakobson que aunque nos propusiéramos analizar en la lengua sólo la información que transmite, no podríamos limitar la noción de informacn al conocimiento del lenguaje.
En una emisión, por ejemplo, las interjecciones, las palabras utilizadas (léxico), el desarrollo de los temas (progresión), el tipo de texto elegido, el vocabulario (registro) formal o informal y, en la comunicación entre personas, los tonos, los gestos, la variación en la pronunciación, etc., también son datos (marcas) informativas.

El proceso de resumir
La actividad de resumir se centra, precisamente, en esta no­ción amplia de información. Lo Informativo de un texto (que no se limita, como dijimos, al contenido conceptual de sus enunciados) es extraído, revalorizado (rejerarquizado), interpretado y reformulado en un triple proceso:

a) lógico: ya que se ponen en perspectiva las diferentes infor­maciones de un texto y las formas (tipos), de conexión.
b) enunciativo: ya que se reconoce la situación de comunica­ción en que fue emitido el texto que se quiere resumir. Y que el resumen aparece en un nuevo contexto, en una situación concreta diferente, que exige un nuevo, modo de enunciación (yo resumo ahora según mi propósito lo que alguien dijo antes conforme a sus propósitos).
c) de producción: ya que, en la escritura o exposición oral de un resumen, entran en juego cuestiones relacionadas con la brevedad del texto y la necesidad de que cada elemento posea carga infor­mativa, eliminando lo superfluo.

Competencias que se requieren

Esta actividad de reformulación, esencial al acto de resumir, implica diferentes capacidades lingüísticas por parte del sujeto que resume:

* Capacidad de adaptar el vocabulario (el registro), a la nueva situación de comunicación. Por ejemplo, resumimos un texto teórico especializado acerca de las funciones del lenguaje., con profusión de tecnicismos, para proporcionárselo como material bibliográfico a alumnos de primer año de secundaria. Adaptamos el vocabulario, recu­rrimos a ejemplos diferentes, etcétera.

* Capacidad para analizar la estructura del texto a resumir,  distinguiendo información central y accesoria, y descubriendo las relaciones lógicas entre las proposiciones del texto original.

* Capacidad para sintetizar oralmente o por escrito, mante­niendo la carga informativa del texto original [aunque, demás está decirlo, siempre existe una valorización personal, subjetiva, en la selección de las ideas importantes y accesorias, y en su revalorizción (rejerarquización)].

Por lo dicho anteriormente, un resumen se define como la reformulación oral o escrita de un texto, que mantiene la carga informativa del texto original con economía de medios significantes y en una situación nueva de comunicación.

A propósito del requisito de mantener la carga informativa del texto original en el acto de resumir, decíamos que toda decisión acerca de informaciones fundamentales y ac­cesorias comportaba siempre una cuota de decisión personal (subjetividad).

Si bien es cierto que una regla práctica para no alterar la información del texto original es no omitir proposiciones que sean condición de interpretación de otras, también es cierto que cada lector u oyente encontrará importantes o pertinentes aspectos diferentes del mismo texto, según los propósitos que lo guían y sus conocimientos acerca del tema, en el momento en que resume -y por lo tanto interpreta- ese texto.

No obstante, existen ciertos principios generales para las operaciones resúmenes de significados (reducción semántica). Tales principios, definidos por Van Dijk como macrorreglas, permiten deducir el tema global de un texto (macroestructura), de los temas lo­cales de cada una de las oraciones o proposiciones de ese texto (microestructuras).

La coherencia textual

Siguiendo a Halliday, un texto es una unidad semántica (de significado) cohesiva y coherente. La cohesión textual  es la relación interna entre las oracio­nes de un texto, y son de dos tipos: la cohesión gra­matical y la léxica.
Pero un texto no sólo es cohesivo respecto de mismo. La cohesión también debe regir, funcionar como una unidad, respecto del contexto en el que tiene lugar. Por ello es cohesivo.

La coherencia se relaciona con el modo en que se organiza la información semántica de un texto.

. Van Dijk distingue dos tipos de coherencia textual: la global y la  local.

Coherencia global
Un texto es globalmente coherente cuando
a) Las oraciones que lo conforman responden a una unidad temática. A este tema global de un texto Van Dijk lo llama macroestructura.
b) Posee una estructura consensuada, predeterminada, según la cual se distribuyen las unidades que lo componen (superestruc­tura). .

 Sintéticamente, las superestructuras son esquemas de tipos textuales y discursivos, aptos para determinadas situaciones comunicativas, aceptados por una comunidad. Un texto para pedir empleo puede adoptar convencionalmente una forma de solicitada, por ejemplo, pero no de carta amistosa.

El contenido de una superestructura es una macroestructura o tema global del que trata un texto. Los posibles temas o tópicos están, en cierta medida, determinados por la superestructura: difí­cilmente la estructura de un memorándum sea apta para contener una declaración de amor, excepto humorísticamente.

Coherencia local
Además de esta coherencia temática y estructural a nivel glo­bal, un texto mantiene coherencia interna entre sus unidades de in­formación: es decir, es coherente localmente. Esto ocurre porque

a)     Responde a una progresión o desarrollo informativo que va enlazando la información dada (tema) con la nueva (rema).
b)     b) Posee relaciones lógicas (temporales, causales, condicio­nales, concesivas) y funcionales (de ejemplificación, generalización, ampliación) entre sus constituyentes.

Macroestructura y macrorreglas

Las macroestructuras o temas globales, se derivan de los te­mas·locales de las proposiciones de un texto, mediante reglas de proyección semántica o macrorreglas. En otras palabras, cada pro­posición parcial de un texto tiene un significado propio, que no es todavía el significado global del texto. Pero tiene un componente que apunta, que se proyecta hacia él. Y la macrorregla que recoge esas proyecciones, las integra en el significado global del texto.

La función de estas macrorreglas es transformar la informa­ción semántica mediante:

1.       Supresión: se eliminan aquellas proposiciones no relevantes para la comprensión de un texto que no son condiciones de interpretación de otra.   
2.      Generalización: de una secuencia de proposiciones se ob­tiene una única proposición que contiene el concepto derivado de esa secuencia y que la sustituye.
3.      Construcción: se sustituye una secuencia de proposiciones por una nueva proposición, de la cual las proposiciones iniciales son componentes, condiciones o consecuencias. Dado que sustituye a la secuencia original, la, nueva proposición debe contener el mismo hecho denotado por aquélla.

Las macrorreglas no son bilaterales: Permiten extraer la ma­croestructura de la microestructura pero no a la inversa. La infor­mación eliminada es irrecuperable, sobre todo al aplicar las dos primeras reglas indicadas arriba, ya que la resultante contiene im­plícitamente la información eliminada en la supresión o generaliza­ción.

Desde una perspectiva pedagógica, se trata de que los alumnos aprendan a distin­guir cuáles son las informaciones que pueden suprimirse, sin que sea alterado el tema global o macroestructura del texto original.

La mayoría de los manuales de circulación habitual en las aulas no suelen permitir a los alumnos el ejercicio del resumen como herramienta de estudio. ¿Por qué? Porque la mayor parte de sus textos se presentan ya resumidos, generalmente en recuadros donde se suele jerarquizar la información "importante", obviando la selección que ellos podrían hacer por sí mismos con mayor provecho, según sus propósitos, necesidades, deseos y conocimientos acerca de un texto.

Bibliografía:

Charolles, M. - Petitjean, A. - L'activité résumante. Collection Didactique des textes. Université de Metz, 1992.

Jakobson, R. - "Lingüística y poética" en: Ensayos de Lingüística General. Bs. As, Planeta­Agostini, 1985, cap. XIV, pp. 347 a 395.

            - Le résumé du texte. Revista Pratiques nº. 72, Diciembre 1991.

Marro, M. y Dellamea~ A. - Producción.de textos. Ss. As., Ed. Docencia, 1993.

Sánchez, Miguel E. - Los textos expositivos: Estrategias para mejorar su comprensión. Bs. As., Santillana, 1993.

Van Dijk, T. - La ciencia del texto. Barcelona, Paidós, 197R
                        - Texto y Contexto (Semántica y pragmática del discurso). Madrid, Cátedra, 1980.


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