Análisis del poema ¿Y ha de morir contigo el
mundo mago? de Antonio Machado
Este poema de Antonio Machado ( se reproduce al final del artículo) expresa una
honda e inquietante preocupación: cuál es
el destino último de la vida. Esta inquietud individual ( la del
poeta) pertenece también a todos los hombres, a todos nos llega. Por eso
el poeta parte de algo muy suyo, muy personal -la muerte de un ser amado- y de
ahí, con la interrogación directa, pretende inquietar a los demás.
Al amplio movimiento de la primera interrogación
(abarca dos
estrofas), en que enuncia prolijamente los leves signos de una vida,
siguen dos preguntas breves que repiten y condensan la duda (la última
estrofa). El poeta habla en primera persona y se dirige a un oyente
imaginario que está dentro del poema. Esta situación hace resaltar la
interrogación, que cobra más fuerza, y sacude más vivamente al lector. La
simetría de contenidos, subrayadas por los verbos, realza el sentido de la
poesía, le da claridad y precisión. Pero el movimiento de las preguntas, la
distribución, la sintaxis, los acentos, el ritmo, suavizan la rigidez del
esquema; y así el yo poético no sólo expone y apela, sino que además expresa,
sugiere su complejo estado de ánimo en
que se funden perplejidad, sorpresa, atisbos de rebeldía, resignación,
tristeza.
Se plantea en este poema
de Machado una inquietud, una angustia,
que renovadamente perturba al hombre? ¿Cuál es su último destino?; ¿qué hay más
allá del final?; ¿todo lo que laboriosamente construye se evapora al morir? El
poeta presenta este problema partiendo de un interrogante que se refiere a su
situación personal : la muerte de Leonor, su joven esposa. Pero esa pregunta
pretende recoger la tremenda duda de muchas conciencias. De lo individual se
proyecta a lo universal.
El mundo que aparece en el
poema ( como en numerosos poemas de Machado) está decantado, poetizado, a
través del recuerdo. Evoca, elabora nostálgicamente su realidad íntima y al
mismo tiempo la desdibuja como si se tratara de sueños. Todo lo que nombra está
presentado de modo tal que sugiera impresión de fragilidad y levedad.
Observemos:
la blanca sombra: no hay color en la imagen, sino luminosidad, atenuada por la oposición
sombra-blancura;
la voz que fue a tu corazón: la voz no sigue su camino normal; sutil y mágicamente
llega hasta el corazón;
- la mano que tú querías retener en sueño: la mano, lo único típico y palpable pierde su
consistencia cuando se la asocia con los sueños.
- mundo tuyo / vieja vida: la vida es un fluir permanente, algo que no se
extingue (vieja vida); pero en cada conciencia individual se realiza en forma
única e intransferible;
- yunques, crisoles / polvo, viento: esa suma de actos originales, propios que es el
vivir de cada individuo y creación original sólo marcha hacia la
desintegración, se disolverá en el polvo y en el viento. Opone pues,
vida, creación a desintegración. ¿Se borrarán tan fácilmente las
huellas de ese orden único e irrepetible que es la vida de cada ser humano?
El yo poético se ubica
dentro del poema para interrogar desde allí a un receptor imaginario, quizás la
joven esposa muerta; a través de ella parece plantear su duda angustiosa a
todos los receptores. Dos son los procedimientos utilizados para comprometerlo
en su honda preocupación:
1.
Las preguntas directas que apuntan sin desvíos hacia un oyente: ¿Y
ha de morir contigo el mundo mago?
2.
La insistente presencia de
formas pronominales de segunda
persona de singular: contigo, tu corazón, tú querías,
mundo tuyo, orden tuyo, tu alma. La
apelación resulta, pues, evidente.
El receptor es, por lo
tanto, el destinatario de una inquietud que sale del hombre-poeta y que quizás a él mismo regresa. Quizás él se
interroga a sí mismo. Ese tú reiterado está actuando como un rayo
reflexivo; la relación autor-receptor acaso se presente como un espejismo: el yo del poeta se desdobla y se enfrenta consigo, para preguntarse.
El contenido del poema se
organiza en tres grandes preguntas de un carácter aparentemente polémico. Sacuden al receptor, tratan de buscar su reacción
afectiva, procuran ubicarlo en el punto de vista del poeta. Sin embargo, el
tono no es de ningún modo agresivo. La actitud apelativa se suaviza gracias a
los eficaces recursos técnicos.
El esquema general tiende
a la simetría y esto produce la impresión de estructura armónica, equilibrada:
- Pregunta clave (¿ Y ha de morir ... ?) Desarrollo
con ejemplos: ( ¿Y ha de morir...?)
- Pregunta clave (¿ Y ha de morir ... ?) •
Síntesis sugeridora (Los yunques y crisoles ... ).
Un nuevo esquema interno simétrico se produce en el desarrollo:
- Lo
general (los hálitos)
- Lo particular (sombra, voz, mano)
- Lo general (los amores)
El poeta evita la rigidez de estos esquemas,
gracias al movimiento interno que se produce por la distribución de las preguntas,
los encabalgamientos, el metro, la rima, los acentos, las preguntas.
La primera pregunta
dilatada se inicia con ritmo lento y se demora en dos estrofas deteniéndose en
la enumeración de todo lo que puebla el recuerdo. Las dos siguientes preguntas se
concentran en la última estrofa que contiene la clave de la inquietud del
poeta. Son más breves y densas. Pero lejos de aligerar la tensión la dejan
pendiente, en suspenso. La duda no se resuelve. Queda planteada en forma más
inquisidora.
Contribuyen también a darle fluidez al esquema
los encabalgamientos, que quiebran el ritmo lento de la primera pregunta. (Ya
vimos que se trata de unidades sintácticas que no coinciden con las unidades
rítmicas):
- La mano que tú querías
retener en sueños
y todos los amores que llegaron
al alma ...
Siguiendo la tradición
española, Machado combina versos en decasílabos y heptasílabos en tres
cuartetos .
Ritmo huidizo, zigzagueante pero simétrico en los
primeros cuartetos (la enumeración), que se remansa en los lentos endecasílabos
finales (el nudo esencial de contenido). Los acentos son fluctuantes; aparecen
ya en 4ª y 8ª sílaba (la blanca sombra del amor primero), ya en 4ª y 6ª (y ha de morir contigo
el mundo mago ... ?).
Los tiempos verbales.:Se observa
una simetría semejante a la que ofrece el esquema de contenido:
l.
Ha de morir. Equivale a un: "¿Es posible que muera?", que expresa la tímida
incredulidad del poeta ante una posible afirmación que no se resuelve a
aceptar. Se trata de una forma perifrástica de futuro.
2.
Guarda. Es una realidad que se conoce, en la que cree el autor. Él sabe o cree
saber que el recuerdo encierra los "hálitos más puros de la vida".
3.
Fue, llegaron, querías (este último con el valor de un pretérito durativo).
Los pretéritos aparecen cuando se menciona todo lo que contiene el recuerdo,
todo lo que quedó en el pasado.
4.
y ha de morir contigo. Se
repite la primera forma. Se trata de un futuro perifrástico.
5.
Trabajan. Regreso al momento actual. El poeta parece inclinarse hacia la afirmación que lo
perturba: la vida, el mundo original que cada uno crea con los yunques y
crisoles de su alma desaparece con la muerte; nada quedará de él sino el vacío.
Este presente parece insinuar una solución pesimista, pero sólo lo insinúa. La
angustia queda en pie.
La partícula "y "que encabeza el poema sugiere una actitud: que el poeta
ha reflexionado mucho y sólo después de ese hondo cavilar, de concentrarse en
su dolor, irrumpe bruscamente con suspenso: "y ha de morir ... " Esa “y “enlaza lo no dicho, lo pensado, con lo que va a decir en esas breves
estrofas, que contienen apretadamente su suave protesta, su melancólica
resignación.
Para finalizar, recordemos
que Antonio Machado dedicó largos años de su vida a la enseñanza. En 1907 fue
destinado a Soria. Allí conoce a Leonor,
una joven de dieciséis años que será su esposa. Estando en París, su esposa
enferma repentinamente; regresan a Soria, donde Machado se dedica a cuidada,
pero ella muere en agosto de 1912. Este hecho deja una huella profunda en la
vida y en la obra del poeta.
¿Y ha
de morir contigo el mundo mago
donde guarda el recuerdo
los hálitos más puros de la vida,
donde guarda el recuerdo
los hálitos más puros de la vida,
la
blanca sombra del amor primero,
la voz que fue a tu corazón, la mano
que tú querías retener en sueños,
y todos los amores
que llegaron al alma, al hondo cielo?
¿Y ha de morir contigo el mundo tuyo,
la vieja vida en orden tuyo y nuevo?
¿Los yunques y crisoles de tu alma
trabajan para el polvo y para el viento?
Antonio Machado
(Soledades, galerías y otros poemas, 1907)
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