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26 de diciembre de 2012

Análisis-resumen de El planeta negro de Ángel Arango


Análisis-resumen  de El planeta negro de Ángel Arango (escritor cubano-1926)




TEMA
El tema del cuento es un viaje espacial cuyo destino es explorar un planeta de sin­gulares características: carece de atmós­fera, de gravedad, de relieve, de rotación y de traslación y repele toda forma de energía solar y de vida. La breve estadía en ese extraño lugar acarrea consecuen­cias irreparables para los integrantes de la expedición: dejan allí la mitad de sus vidas y de sus cuerpos. Es éste uno de los casos en que el autor, mediante la crea­ción de un insólito planeta que contraría todas las leyes conocidas, subraya los pe­ligros de la conquista del espacio y de la exploración del cosmos.


ESTRUCTURA

Se trata de una narración simple y li­neal,  estructurada sobre la base de los tres tiempo habituales de todo relato tra­dicional: exposición, nudo y desenlace.

Exposición

Abarca desde el comienzo hasta el mo­mento en que los tripulantes de la nave espacial se retiran a descansar. Este pri­mer momento cumple funciones bien de­finidas:

a)       Plantea el tema del cuento, proporcio­nando al lector una serie de pautas:
                    Las insólitas características del pla­neta, expresadas mediante los datos que poseen los científicos y a través de las descripciones de su desolado paisaje.
                    El nerviosismo de los hombres de ciencia predispone al lector a esperar una azarosa aventura.
                    Ante los primeros intentos de recono­cimiento, el planeta brinda tan sólo respuestas negativas:

el paisaje es de una absoluta monoto­nía y sin huellas de vida; el equipo móvil se desplaza prácticamente a la deriva, sin que sea posible hallar un punto de referencia que permita la orientación, aunque luego regresa, sin saber cómo, al punto de partida; los esfuerzos por extraer muestras de la superficie fracasan ante la asom­brosa dureza del extraño metal que constituye el suelo del planeta; las señales convencionales del código intergaláctico no obtienen respuesta, lo cual indica la ausencia de formas de vida consciente.

b)                  Presenta a los personajes, y nos pro­porciona acerca de ellos los datos in­dispensables: profesión y misión de ca­da uno, estado anímico ante la inmi­nencia de la llegada a destino.

c)                   Ubica la acción del relato en el tiempo, en un futuro bastante lejano. Nos da la pauta de ello el hecho de que ese tipo de viaje que tiene como meta un lejano planeta, probablemente inte­grante de otra galaxia, se desenvuelve en cada uno de sus detalles como una simple rutina, por lo menos hasta el momento en que comienzan las peri­pecias.

Además,  se habla de algo tan distante del tiempo actual como un habitual viaje de fin de curso a la Luna:

“—. . . Esto me recuerda mi primer viaje a la Luna cuando niño.
—¡Tiempos románticos! Nos llevaban pre­cisamente el último día de clase —dijo el físico-matemático.”

d)                  Anticipa un dato inquietante que pre­para el clima para la acción que se de­sarrollará luego e insinúa en el ánimo del lector la inminente posibilidad de una catástrofe: el equipo móvil ha con­sumido el triple de energía con respecto a lo que suele consumir en trayectos similares.

Nudo

Abarca desde el momento en que el ca­pitán descubre la disminución de la reserva de energía hasta que ve la silueta de su nave proyectada contra otra nave terrestre pero de dimensiones mucho mayores.

El nudo está estructurado sobre la base de la tensión provocada en el lector por la suerte que correrán los astronautas. Esa tensión se articula en tres tiempos:

PRIMER TIEMPO

Durante el primer tiempo la tensión crece incesantemente a través de nueve pasos que son otras tantas peripecias, fra­casos y señales de un inminente peligro mortal para los expedicionarios. La gra­duación en el ritmo creciente de la tensión está perfectamente lograda por la inten­sidad cada vez mayor de los percances su­fridos y la consiguiente reacción de los viajeros:

Las palabras con que comienza el nudo marcan ya el cambio de tono con respec­to a la relativa tranquilidad y confianza anteriores:

“La primera sorpresa llegó cuando el ca­pitán Stefany . . . encontró que la ener­gía de reserva era mucho menor de lo que estimaba.”

No obstante, el regreso a la Tierra no se ve aún amenazado pues poseen ocho uni­dades de energía solar y sólo necesitan cinco para volver, lo cual provoca una sensación de alivio en medio de lo crí­tico de la situación.

En un segundo momento los ácidos del químico Lukas desaparecen sin dejar huellas sobre la superficie metálica del planeta.

De inmediato, Gámez, el biólogo, com­prueba con evidentes muestras de angus­tia y nerviosidad que su caldo de cultivo también ha desaparecido.

El auxiliar de la expedición informa que sólo quedan siete unidades de energía solar de reserva.

A continuación se observa una grave pér­dida en la cabina que regula la presión y la gravedad artificial. A esta altura de los acontecimientos, los hechos negativos comienzan a precipitarse en forma ver­tiginosa.

» El segundo cultivo de organismos mo­nocelulares resistentes al frío y a la fal­ta de presión se disuelve hasta desapa­recer por completo ante la azorada vista de Gámez. Esto ya es índice de que razo­nes de otra índole y no la simple falta de calor y presión provocan la destruc­ción de la vida en el misterioso planeta.

Las unidades de energía solar se reducen a seis. La situación ya es francamente angustiosa y luego de breve discusión se decide el regreso. Es evidente que la ex­pedición ha fracasado y el peligro de muerte es inminente:

“—Si permanecemos no habremos resuel­to nada.
—Nadie es útil después de muerto —ad­virtió Ali Khad.”

Antes del despegue las unidades de ener­gía han quedado reducidas a cuatro. Tá­citamente se admite que pueden hallarse ante el final de sus vidas:

Stéfany se despidió de los demás, lo que dio una idea de que aquel podía ser el último viaje.”

La nave es despedida por el planeta sin intervención de los motores y salta den­tro del espacio “igual que un meteorito”

Como ha podido observarse,  a través de la enumeración de los diversos pasos o in­cidentes que se suceden a lo largo de este primer tiempo del nudo, el autor ha sabido manejar con singular habilidad la mate­ria narrativa acumulando y graduando los elementos negativos hasta crear un clima de angustia, suspenso y expectativa, que hasta aquí se concentra en la posibilidad de los astronautas de regresar a la Tierra, sin que se vislumbre aún en absoluto lo que realmente constituirá el desenlace del cuento.

SEGUNDO TIEMPO

Es brevísimo en comparación con el an­terior y marca un fugaz instante de disten­sión en el expectante clima creado:

“—Nos arrojó como una piedra y aho­ra estamos navegando por nuestros me­dios ..

El lector, concentrado en el temor de que la nave no pudiera partir, experimenta un momentáneo alivio pues cree que el peligro ha sido ya sorteado por los per­sonajes.

TERCER TIEMPO

La tensión vuelve a crecer rápidamente, aunque en otra dirección (ya no es el te­mor de que fracase el regreso a la Tierra), mediante una nueva acumulación de ele­mentos inquietantes:

a-Tardan el doble del tiempo en llegar a la estación interplanetaria más próxima. Ésta tiene dimensiones tan enormes que la entrada de la astronave se hace difícil y una vez amarrada al dique su tamaño es insignificante:

“. . . la nave tuvo que afirmarse con gram- pas y cadenas de presión al costado de un dique inmenso, como un barquichuelo a un muelle.”

b-Los hombres que operan en la base se acercan, lo cual indica que han obser­vado alguna cosa curiosa.

c-La estatura de esos hombres es gigan­tesca.

d-Stefany advierte la presencia de otra na­ve, similar a la propia pero de dimensio­nes mucho mayores.

Se observa cómo los datos que nos ha proporcionado el narrador en este tercer tiem­po han creado con gran eficacia un nuevo clima de expectativa porque se está ante la certeza de que algo insólito sucede y de que otro peligro amenaza a los tripu­lantes de la nave, pero al mismo tiempo esos datos son ambiguos y desconcertantes y guían la imaginación del lector hacia diversas suposiciones, pero sin permitirle entrever el desenlace real que se revelará de inmediato.

DESENLACE

Se da en la última oración del cuento y dice escuetamente:

“Y comprendió que, irremediablemente, habían dejado la mitad de su vida y de su cuerpo en Monotonía.”

Posee todas las virtudes que debe te­ner el desenlace de un buen cuento:

v  Es imprevisto y por ello causa en el lector un certero impacto, justificando la expectativa que se ha venido crean­do a lo largo del relato.
v  Es de una gran concisión y brevedad y por lo mismo la intensidad del impacto es mayor.
v  No deja cabos sueltos ni brechas abier­tas en el universo creado por el autor, por eso la estructura del cuento queda perfectamente cerrada, sin que sea po­sible añadirle ni una línea más.
v  Es de tal modo sugerente que permite al lector imaginar nuevas alternativas y situaciones similares o derivadas del tema planteado por el relato, proyec­tándose así en su fantasía como una estructura abierta, según es caracterís­tica habitual en la ciencia-ficción de calidad literaria.

PERSONAJES

Tal como suele suceder en la ciencia- ficción, no hay una elaboración minuciosa de los personajes y menos aún una carac­terización psicológica. Su trazado es ab­solutamente esquemático y los datos que acerca de ellos nos proporciona el narrador son los imprescindibles para desarrollar el tema propuesto, mucho más importante que la individualidad de quienes en él inter­vienen. Su comportamiento es por com­pleto normal y esperable en el tipo de circunstancias por las que atraviesan, sin ningún rasgo que los singularice o que haga recaer la atención del lector sobre sus conductas. De ellos conocemos:

Su profesión y, por consiguiente, la misión que deben desempeñar durante el viaje. El narrador hace un particular hincapié en la especialidad de cada uno, pues toda vez que se refiere a alguno de los perso­najes, menciona el nombre y a continua­ción su profesión y a veces se los designa más por ésta que por su nombre:

ü  Stefany, el capitán;
ü  Gámez, el biólogo;
ü  Lukas, el químico-geólogo;
ü  Ali Khad, el astrónomo;
ü  Ling, el físico-matemático;
ü  Mathias, el filósofo;
ü  Kirkwood, el auxiliar.

De este modo se insinúa que en la so­ciedad supercivilizada del futuro la indivi­dualidad de cada hombre se identificará con su profesión y con el grado de especialización que posea (no olvidar que en la primera referencia que el narrador hace a los cinco científicos que participan en la expe­dición, los llama “el grupo de sabios”).

Como segundo dato acerca de los per­sonajes conocemos la situación crítica por la que atraviesan. Su reacción frente a ésta es primero de una relativa serenidad y luego de aplomo y firme decisión, velada por alguna que otra manifestación de inquietud, pero en general es muy poco el espacio que el narrador concede a la descripción de sus acti­tudes porque, como ya se dijo, lo que real­mente interesa es el desarrollo del tema y no la elaboración detallada de los per­sonajes.

ESTILO

Los períodos oracionales son, en ge­neral, breves, concisos, de una estructura sintáctica simple, con un predominio casi absoluto de verbos y sustantivos y una adjetivación muy escasa. Todo ello confi­gura un estilo sobrio, sin adornos, que tiende a llevar siempre a un primer plano el tema del cuento, dejando de lado cual­quier preciosismo del lenguaje que no se adecuaría a este tipo de literatura.
Dada la índole del tema hay una abundancia de términos propios de la as tronáutica: despaciamiento, cámara de transición, código intergaláctico, equipo móvil, localizador automático, campos de estudio, huerto experimental, radiomedidor, uniforme-instrumento, estación inter­planetaria, dique de naves espaciales, sir­vientes mecánicos, etcétera.

Las descripciones son pocas, breves y sintéticas y están referidas a las caracte­rísticas del planeta explorado. Por su con­cisión y su valor expresivo, que alcanza en pocas palabras a comunicar la desolada índole de Monotonía, es exactamente el tipo de descripción que se adecúa a la naturaleza del cuento, pues presenta y de­fine todo un paisaje sin distraer en absolu­to la atención del lector y colaborando en la creación del clima en que se desarrollan las peripecias de los personajes:

Se encontraron ante un paisaje desola­do, sin vegetación ni relieve. Con una superficie suave, casi pulimentada, sin luz exterior, pero que de sí misma ema­naba una claridad metálica.”

“Ni una grieta en la superficie, ni un pequeño promontorio que llamase la atención. La energía solar no llegaba hasta allí y la falta de luz hacía que sólo pu­diesen alumbrarse por la claridad metá­lica de la propia superficie.”

La reiteración de los datos acentúa la terrible monotonía del paisaje. A veces una breve expresión alcanza a definir el lugar:

.. el helado planeta cuyo horizonte era una línea recta ininterrumpida.”
“El panorama idéntico se repetía.”

Los diálogos, de réplicas general­mente muy breves, abundan en el cuento y cumplen una función importante, pues agilizan la narración evitando el uso reiterado de la tercera persona, y permiten una participación más directa del lector en las alternativas del relato.

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