Análisis de Los
hermanos Karamázov de Fédor Dostoievski
No en vano Los hermanos
Karamázov se considera la novela más compleja y la más rica en ideas y
caracteres humanos de Fédor Dostoievski. Es la historia de una familia, más
bien de unas cuantas personas, que quizás lo único que tienen en común es el
apellido (en el caso de Smérdiakov, ni eso. . .); y a la vez es como la
historia de toda la humanidad, porque son cinco concepciones de vida, cinco
caracteres, que tienen, como siempre en las obras de Dostoievski, a sus dobles.
El enorme material de
esta "crónica familiar" está resumido en estas tres partes principales:
I.
La rivalidad en amores
entre el padre y su hijo mayor, que los lleva a la enemistad mortal.
II.
El asesinato misterioso
del viejo Karamázov.
III. Una falla de justicia, que condena al impetuoso y despreocupado Mitia
como el único culpable del asesinato de su padre.
Estos acontecimientos
violentos arrastran como en un torbellino a todos los miembros de la familia
Karamázov y a las dos mujeres que están muy cerca de esta familia.
La acción se desenvuelve con ritmo fortissimo,
una enemistad muy pronto se transforma en tragedia. La mujer "infernal"
Gruschenka, amante de Mitia, amenaza con irse junto con su padre y después
decide fugarse con el hombre que fue su primer amor. Mitia la sigue, pero antes
busca por todas partes el dinero que le hace falta; esta misma noche asesinan a
Karamázov padre y le roban el dinero. Todos los indicios acusan a Mitia.
Una señorita de buena
familia, Katerina Ivénovna, le debe un gran favor a Mitia, por eso lo ama y lo
odia al mismo tiempo, aunque trata de salvarlo de la prisión. El asesinato del
viejo Karamázov hace estallar también la tragedia en la vida de otro hermano,
Iván, una inteligencia brillante, un cerebro analítico, que todo lo comprende y
todo lo enjuicia. Iván también está mezclado en el asesinato de su padre y su
indirecta intervención, a través de su
medio-hermano, el repugnante Smérdiakov, lo arrojó a la locura, a la angustia
mortal.
En el juzgado,
Dostoievski, como lo hace siempre, reúne a todos, y el aparentemente tranquilo
procedimiento judicial termina con una "catástrofe inesperada" (así es el título de uno de los últimos
capítulos de Los hermanos Karamázov), cuando Iván confiesa ser el instigador
del crimen y que el asesino verdadero es Smérdiakov, quien se ha ahorcado la
madrugada anterior. Pero Katerina Ivánovna por amor a Iván, sacrifica a Mitia,
mostrando al juez una carta comprometedora que le escribió Dmitri unas horas
antes del crimen. Alioscha siente una profunda piedad por todos los que
sufren, es capaz de sacrificarse por todos, es un alma hermosa, absolutamente
sincera, pero consciente de los vicios que anidan en las almas de los Karamázov,
incluso en su propia alma.
El comprende mejor que
nadie los dramas de Dmitri, de Iván, de Gruschenka y Katerina Ivánovna, también
de su padre y de Smérdiakov. Le duele la muerte de Iliusha, sufre mucho por la
muerte de padre Zósi-ma... El comprende todo, y todo lo perdona. Sin embargo,
parafraseando a un estudioso de Shakespeare
—quien dijo que solo Hamlet pudo haber escrito las tragedias de Shakespeare—
diremos, con Leonid Grosmann, que de todos los personajes de Dostoievski, sólo
Iván Karamázov pudo ser el autor de las novelas de Dostoievski. Verdaderamente,
algunos capítulos incluidos en Los hermanos Karamázov, tales como "El
motín", "El Gran Inquisidor", "El diablo" y "La
pesadilla de Iván Fédorovich", los escribió Iván con su estilo brusco y
despiadado, que se distingue del estilo de otros personajes por su fuerza y su
absoluta falta de auto-conmiseración.
Esta constante
tendencia de Dostoievski de ver todo en coexistencia, captar y mostrar todo
junto y al mismo tiempo, extendiéndolo en el espacio, conservando la unidad del
tiempo, lo llevan a presentar las contradicciones internas y las etapas internas
del desarrollo de sus personajes en dramatizaciones espaciales, haciéndolos co
iversar con sus dobles, con el diablo, con su alter ego, con su caricatura.
Así sucede con Iván Karamázov,
cuya intensa vida espiritual, contradictoria y espeluznante, se nos aclara en
distintas conversaciones de Iván con Alioscha, de Iván con padre Zósima, Iván
con el diablo, Iván con Smérdiakov.
Se puede decir que de
cada conflicto de una persona Dostoievski trata de hacer dos individuos para
dramatizar el conflicto y desplegarlo extensivamente. De ahí proviene su
pasión por las escenas masivas, su intención constante de concentrar en el
mismo lugar y especialmente en el mismo momento —a veces, quizás, contra toda
la verosimilitud pragmática— a la mayor cantidad de personas, la mayor
cantidad de temas,-en general, reunir en un solo instante la mayor diversidad
calificativa. De ahí también proviene la catastrófica rapidez de la acción,
"el movimiento en torbellino", la dinámica de Dostoievski. La
dinámica, la rapidez en este caso no es el triunfo del tiempo, sino la
superación del tiempo, porque la rapidez es la única manera de superar el
tiempo en el tiempo.
Muchos personajes,
enorme cantidad de temas e ideas divide este libro en varios libros.
Dostoievski alcanzó a entregarlo a la humanidad en el último año de su vida,
enero de 1881. No tuvo tiempo de escribir
la segunda parte de Los hermanos Karamazov, pero se cumplió totalmente
aquel deseo suyo, que el gran escritor ruso siempre repetía, recitando unos
versos de Ogarev:
Abría yo al azar
la vieja Biblia
Y pedía, llorando amargamente,
Que el destino me
depare la vida,
El dolor y la muerte de
un profeta.
Fuente:
Irina Bogdaschevski
CEAL, BS.AS., 1979
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