Resumen: EL
CONTEXTO INTERNACIONAL ENTRE 1862 Y 1930 - EL
PROCESO DE LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL-Sus consecuencias- TRANSFORMACIONES
SOCIALES -La división internacional del trabajo
A
mediados del siglo XIX el contexto internacional –especialmente Europa noroccidental
y América del Norte– estaba caracterizado por las transformaciones derivadas de
la Segunda Revolución Industrial. Este proceso se había
iniciado
un siglo antes, con la Primera Revolución Industrial, que comenzó en
Inglaterra, y que convirtió a este país en la potencia mundial más
importante, verdadero "taller del mundo": su poderosa flota dominaba
los mares, lo que se producía en sus fábricas se exportaba a todos los
continentes, controlando el comercio mundial.
La
iniciación de la Revolución Industrial en este país fue posible, especialmente,
por los siguientes factores:
Importantes avances tecnológicos, basados fundamentalmente
en la aplicación de la máquina a vapor. El carbón fue el
combustible fundamental para la utilización del vapor como fuente de
energía. La máquina a vapor fue usada, al principio, en la minería (con
bombas de desagote y grúas, por ejemplo) y en la industria textil.
La existencia de importantes capitales que
Inglaterra había acumulado especialmente gracias a su importante desarrollo
comercial alcanzado desde mediados del siglo XVII. Esa acumulación de riqueza permitió
las inversiones que requería la aplicación de la tecnología industrial.
El crecimiento en la producción de materias primas gracias a
adelantos en el sistema de cultivos (máquinas sembradoras, cosechadoras,
etc.) y una mayor producción minera.
Las mejoras en las vías de comunicación debido a
la construcción de canales navegables, puentes, y también el uso del alquitrán
y del asfalto en los caminos por donde circulaban carruajes y diligencias.
La
creciente demanda de productos debido al aumento de la población
(desarrollo del mercado interno) y a la posibilidad de vender en la cada vez
mayor cantidad de colonias que Inglaterra conquistaba en otros continentes (desarrollo
del mercado externo), además de comerciar en otras regiones, porque los
productos ingleses, por su calidad y precios no tenían competencia.
Entre las consecuencias de la Primera
Revolución Industrial podemos mencionar:
El nacimiento del capitalismo industrial, es
decir, la acumulación de riquezas basadas en la industria.
El aumento extraordinario de la producción de manufacturas, lo cual
impulsó a Inglaterra a conseguir nuevos mercados. Esta necesidad
explica, por ejemplo, que en 1806 y 1807 los ingleses invadieran Buenos
Aires, por entonces colonia española.
El inicio de un proceso de concentración urbana de la población. Este
proceso llegó a su culminación durante la Segunda Revolución Industrial.
El fortalecimiento del poder económico de la burguesía, dueña
de los capitales (dinero, maquinarias, fábricas, etc.).
El surgimiento del proletariado industrial o sector
obrero.
Durante
las últimas décadas del siglo XVIII y las primeras del XIX la industrialización
fue difundiéndose, y a la vez, adquiriendo mayor complejidad técnica y más
aplicaciones a diversas actividades.
Esta
segunda etapa de la industrialización, llamada Segunda Revolución Industrial,
alcanzó sus mayores niveles en Inglaterra, Alemania, Francia, los Estados Unidos
y Japón. La segunda etapa de la industrialización se caracterizó por:
La utilización de nuevas fuentes de energía. Además de
la fuerza del vapor se emplearon el petróleo (motor de explosión y motor
de combustión interna), y la electricidad (motores eléctricos, dínamo, acumuladores,
lámpara eléctrica).
§ El
extraordinario desarrollo de los transportes (ferrocarril y barco a
vapor).
El desarrollo de las industrias pesadas o de base, que son
las que producen maquinarias y transporte, y requieren grandes inversiones.
Este tipo de industria fue impulsada especialmente por el desarrollo de los
medios de transporte mencionados. El hierro fue la materia prima
fundamental para construir vías férreas, locomotoras, vagones. Este metal fue,
a fines del siglo XIX, poco a poco sustituido por el acero que posee más
resistencia, durabilidad y aumenta la capacidad de carga, por ejemplo en el
caso de los barcos, al permitir la construcción de bodegas más amplias y
livianas. Además del hierro y el acero, para ambos medios de transporte seguía siendo
sumamente necesario el carbón, para generar la energía del vapor y para la
fundición
de hierro
y la producción del acero.
Los adelantos en los medios de comunicación aceleraron
aún más el proceso de integración y ampliación del mercado mundial: el telégrafo
eléctrico, artefacto que sirve para transmitir mensajes escritos a
distancia y el teléfono, que en sus comienzos no tuvo la
aplicación domiciliaria que hoy le conocemos, pero sí una importante
contribución comercial.
Los
avances en transportes y comunicaciones influyeron en la organización del
comercio internacional dando lugar a la división internacional del
trabajo.
La división
internacional del trabajo es la forma en que se organizó el comercio mundial, de
modo tal que algunos países se dedicaban a producir materias primas y alimentos
(países periféricos, con escaso desarrollo industrial) y otras maquinaria y
artículos manufacturados (países centrales, altamente industrializados).Este
sistema permitía obtener las materias primas y los alimentos al precio más bajo
posible, y vender con grandes ganancias las manufacturas. La división internacional
del trabajo fue impulsada por Inglaterra y se hizo extensiva a los demás países
que se industrializaron con posterioridad a esa nación, lo cual originó una
feroz competencia entre ellos por la conquista de nuevos mercados en otros
continentes.
Dadas estas condiciones internacionales y una vez
que se adecuaron las condiciones internas, la Argentina se incorporó como país agro-exportador,
en la división internacional del trabajo, en directa vinculación con
Inglaterra.
Las
vastas regiones periféricas, entre las cuales se encontraba Latinoamérica,
consideradas "espacios vacíos" por los países centrales, eran los
lugares que sirvieron como receptores del excedente de población europea, dando
origen a grandes corrientes de migraciones internacionales. La mayor
parte de esa población que emigró hacia países de otros continentes fue la que
aportó la mano de obra al proceso productivo que se ponía en marcha en
los países periféricos. De este modo se fueron "complementando" las
economías. Claro que se trataba de un complemento no equitativo, es decir era
una relación asimétrica. Los países industriales les aportaron tecnología,
capitales y mano de obra a fin de que en los países periféricos se
desarrollasen actividades que proveyeran materias primas necesarias para sus
industrias, alimentos para sus trabajadores y ganancia para sus empresas y
grupos económicos. Se considera una relación asimétrica porque en el mercado
internacional los precios de las manufacturas tendían a ser muy superiores
a los de las materias primas y los de los alimentos.
Los
capitales excedentes de los países industrializados, especialmente en el caso
de Inglaterra, encontraron en la periferia condiciones favorables para sus
inversiones. Por otra parte, los empréstitos que concedían generaban una deuda
externa que los llevó a tener un desarrollo económico dependiente, y por
lo tanto débil o vulnerable.
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