MENÚ

5 de noviembre de 2011

ARTE-PINTURA-EL IMPRESIONISMO- CLAUDE OSCAR MONET



ARTE-PINTURA-EL IMPRESIONISMO- CLAUDE OSCAR MONET

AUTORRETRATO- 1886-Óleo sobre tela, 55 x 46 cm- Colección privada

Claude-Oscar Monet nació el 14 de noviembre de 1840 en Pas; era hijo primonito de un tendero que, cinco años después del nacimiento de su hijo, se trasladó a El Havre con su familia. En esta ciudad, Monet realizó sus estudios; el precoz talento artístico que demostraba lo animó a estudiar dibujo con un discípulo de David, F . Ochard, de 1856 a 1858. En un principio, le apasionaba la caricatura, con la que adquirió un cierto renombre; más tarde, bajo la dirección del paisajista Eugene Boudin -en realidad, su primer maestro- adquirió el gusto por la pin­tura al aire libre.
En 1859 se trasladó a París, solo, con la modesta asig­nación que le enviaba su padre y los magros ahorros procedentes de la venta de sus caricaturas como únicos re­cursos. En numerosas ocasiones visitó el Salón donde pu­do admirar a Daubigny y a Troyon. Una carta de presetación de Boudin le permitió entrar en contacto con este último, quien le alentó. Sin embargo, no hizo caso de los consejos que le daban y decidió no seguir los cursos de la Academia y estudiar por su cuenta, fre­cuentando de vez en cuando el taller de Charles Jacque y la Académie Suisse, don­de conoció a Pizarro.

MONET : EL IMPRESIONISMO

Le déjeneur sur l'herbe- 1865-1866
Óleo sobretela, 418 x 150 cm.París, Museo de Orsay
El nombre de Claude Monet eses­trechamente ligado a la historia del Im­presionismo, a su nesis, su evolución y su conclusión: éste es su primer título de gloria. El movimiento impresionista lle­vó a su apogeo con las investigaciones del naturalismo del si­glo XIX, y al propio tiempo señaló el inicio del arte mo­derno. Monet es el pintor que más contribual naci­miento de este clima artístico y a esta nueva manera de representar la realidad, que a partir de entonces muestra un rostro inédito, jamás imaginado con anterioridad, he­cho de frescor, de transparencia y de luz, donde los co­lores resplandecen, la naturaleza vive y vibra con júbilo en una atmósfera perpetuamente cambiante.
"Yo pinto como canta un pájaro", dijo un día Monet a su amigo Geffroy y sus ingenuas palabras revelan la es­pontaneidad de su gesto creativo y la autenticidad de su vocación arstica.
Así, el canto naif de Monet revolucionó el curso de la pintura moderna y abrió una brecha irreversible entre lo que se había pintado antes de él y lo que se pintaría después. Anteriormente, hasta en los pintores próximos al lmpresionismo, las sombras se pintaban en tonalida­des neutras, en el cuadro se oponían zonas de luz y zo­nas de penumbra, a menudo aplicadas en manchas; la at­mósfera -y la hora- se trasladaba al cuadro con un hermetismo que la inmovilizaba al instante, la luz era un fenómeno que revelaba la milagrosa bellza y la intacta consistencia de la forma. Después, hasta las som­bras tienen color; la forma que­da definida en el temblor y en la vibración de la luz, sólo existe a través del fenómeno luminoso; el cuadro es un fragmento de natraleza que halla su unidad en la unidad de la atmósfera que lo in­vade; este fragmento de la natraleza está representado en su movimiento y hace que sea casi visible el carácter provisional de las apariencias, diferentes de las del instante anterior y de las del instante posterior.

LUZ y COLOR
Los cuadros de Monet descri­ben la impresión de un momento fugaz, que se experimenta con el contacto directo con la natu­raleza. Sus pinturas exaltan el co­lor, que estalla en el 1ienzo en una miríada de pinceladas fragmen­tadas y rápidas e inundan la tela con una luminosidad triunfante, que da color hasta a las sombras. Es una manera nueva de ver y de representar el mundo.


 La familia en el Jardín de Argenteuil, 1876 - Oleo sobre tela, 63x52 cm. Colección privada

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu comentario.