ARTE-PINTURA-EL IMPRESIONISMO- CLAUDE OSCAR MONET
AUTORRETRATO- 1886-Óleo sobre tela, 55 x 46 cm- Colección privada |
Claude-Oscar Monet nació el 14 de noviembre de 1840 en París; era hijo primogénito de un tendero que, cinco años después del nacimiento de su hijo, se trasladó a El Havre con su familia. En esta ciudad, Monet realizó sus estudios; el precoz talento artístico que demostraba lo animó a estudiar dibujo con un discípulo de David, F . Ochard, de 1856 a 1858. En un principio, le apasionaba la caricatura, con la que adquirió un cierto renombre; más tarde, bajo la dirección del paisajista Eugene Boudin -en realidad, su primer maestro- adquirió el gusto por la pintura al aire libre.
En 1859 se trasladó a París, solo, con la modesta asignación que le enviaba su padre y los magros ahorros procedentes de la venta de sus caricaturas como únicos recursos. En numerosas ocasiones visitó el Salón donde pudo admirar a Daubigny y a Troyon. Una carta de presentación de Boudin le permitió entrar en contacto con este último, quien le alentó. Sin embargo, no hizo caso de los consejos que le daban y decidió no seguir los cursos de la Academia y estudiar por su cuenta, frecuentando de vez en cuando el taller de Charles Jacque y la Académie Suisse, donde conoció a Pizarro.
MONET : EL IMPRESIONISMO
Le déjeneur sur l'herbe- 1865-1866 Óleo sobretela, 418 x 150 cm.París, Museo de Orsay |
El nombre de Claude Monet está estrechamente ligado a la historia del Impresionismo, a su génesis, su evolución y su conclusión: éste es su primer título de gloria. El movimiento impresionista llevó a su apogeo con las investigaciones del naturalismo del siglo XIX, y al propio tiempo señaló el inicio del arte moderno. Monet es el pintor que más contribuyó al nacimiento de este clima artístico y a esta nueva manera de representar la realidad, que a partir de entonces muestra un rostro inédito, jamás imaginado con anterioridad, hecho de frescor, de transparencia y de luz, donde los colores resplandecen, la naturaleza vive y vibra con júbilo en una atmósfera perpetuamente cambiante.
"Yo pinto como canta un pájaro", dijo un día Monet a su amigo Geffroy y sus ingenuas palabras revelan la espontaneidad de su gesto creativo y la autenticidad de su vocación artística.
Así, el canto naif de Monet revolucionó el curso de la pintura moderna y abrió una brecha irreversible entre lo que se había pintado antes de él y lo que se pintaría después. Anteriormente, hasta en los pintores próximos al lmpresionismo, las sombras se pintaban en tonalidades neutras, en el cuadro se oponían zonas de luz y zonas de penumbra, a menudo aplicadas en manchas; la atmósfera -y la hora- se trasladaba al cuadro con un hermetismo que la inmovilizaba al instante, la luz era un fenómeno que revelaba la milagrosa belleza y la intacta consistencia de la forma. Después, hasta las sombras tienen color; la forma queda definida en el temblor y en la vibración de la luz, sólo existe a través del fenómeno luminoso; el cuadro es un fragmento de naturaleza que halla su unidad en la unidad de la atmósfera que lo invade; este fragmento de la naturaleza está representado en su movimiento y hace que sea casi visible el carácter provisional de las apariencias, diferentes de las del instante anterior y de las del instante posterior.
LUZ y COLOR
Los cuadros de Monet describen la impresión de un momento fugaz, que se experimenta con el contacto directo con la naturaleza. Sus pinturas exaltan el color, que estalla en el 1ienzo en una miríada de pinceladas fragmentadas y rápidas e inundan la tela con una luminosidad triunfante, que da color hasta a las sombras. Es una manera nueva de ver y de representar el mundo.
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