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7 de noviembre de 2011

Breve análisis y comentario de la obra poética de SAN JUAN DE LA CRUZ

Breve análisis y comentario de la obra poética de SAN JUAN DE LA CRUZ
Página del manuscrito del Cántico Espiritual de San Juan de la Cruz

Tres son las obras más importantes del gran místico San Juan de la Cruz y que conforman la mayor parte de su producción poética: Noche oscura del alma, Llama de amor viva y el Cántico espiritual.
La técnica expositiva en estas obras es muy simple: San Juan abre cada parte con unas pocas estrofas, casi siempre liras, que de inmediato intentará explicar lo más ampliamente posible, utilizando ya la prosa. Estos comentarios, sin la carga lírica conseguida por el verso, son, sin embargo, de una belleza en ocasiones extraordinaria y en todos los casos de un valor inestimable.
La Noche oscura del alma consta de ocho estrofas y en ellas expresa San Juan la emoción que produce al alma haber llegado hasta el estado de perfección más alto, que es la unión con Dios. Los últimos versos de esta composición están considerados como los más logrados de la obra del carmelita, pues San Juan canta con una exquisitez incomparable ese gozoso abandono del ánima que, lejos de todo enlace con lo humano, produce el amor del Amado.
Mucho más breve es la Llama de amor viva: consta de sólo cuatro estrofas. San Juan de la Cruz, sin ningún elemento narrativo que perturbe la condensada expresividad del poema, hace gritar al alma el placer que le produce la llama del amor divino.
En el Cántico espiritual el carmelita hace dialogar a la Esposa (el alma) y al Amado (Dios), inspirándose en el Cantar de los Cantares. 
En las primeras estrofas que componen el poema, la Esposa pregunta a todas las criaturas si han visto al Amado; aunque la respuesta es afirmativa, el Alma quiere gozar de la presencia de Dios, busca al Amado, produciéndose inmediatamente la unión mística, el encuentro anhelado y venturoso. San Juan, en versos admirables, emocionados, embriagadoramente líricos, ha seguido el proceso místico en sus tres momentos -purgativo, iluminativo, unitivo- sin intelectualismos, pero con una fuerza evocadora, una belleza inigualable y una densidad lírica como ningún otro poeta ha logrado en lengua castellana.
Nada hay del mundo concreto en San Juan de la Cruz, nada hay en él tampoco tomado del mundo popular, como sucediera en Santa Teresa, ni tampoco el poeta toma el camino intelectual como Fray Luis ... «San Juan -ha escrito un estudioso- es un exquisito lírico, dominador de la forma y el metro, cuyos versos emocionados, inefablemente amorosos, expresaban un estado del alma.
 Las metáforas de la noche oscura, de la llama de amor, de la alta subida o la interpretación del diálogo del Esposo y la Esposa de los Cantares, contenían su intuición directa de la divina unión. El tono amoroso es tan vivo y apasionado, que supera a la lírica erótica de los Siglos de Oro, pero su supremo encanto está en esa fusión del orden humano con el simbolismo sacro. Como en tantas otras manifestaciones del arte y pensamiento españoles, se llega a la meta de un orden profano al entroncarse con una espiritualidad a lo divino.
San Juan de la Cruz llega a la cumbre de la erótica al vivificarla con el aliento de la poesía sacra ... »
En su poesía se expresa el éxtasis amoroso, la huida de todo lo sensible, la soledad y el silencio, la transformación por el Amor, lo etéreo, lo inexplicable ... 
Los estudiosos han buscado, y encontrado, antecedentes e influencias (la Biblia, Garcilaso, la poesía de Cancionero, libros sacros, etc.) en la obra del carmelita; pero lo que resulta para todos indiscutible es que San Juan, inmerso en una tradición de la que toma lo mejor, consigue un mundo de tan altos valores líricos que a él vuelven la mirada hoy muchos poetas, como siempre hicieron los mejores a través de la historia.
La obra de San Juan de la Cruz, es una voz moderna porque es in temporal, porque no parte de unas fórmulas rígidas y de unas imágenes concretas de su tiempo, sino que sus poemas, y esto es el resultado de una labor muy consciente y para nada casual, son el producto del trabajo de un escritor, de un escritor que lucha sin permitirse flaquezas por conseguir la imagen más adecuada, el término más exacto ... y previo a todo ello, por supuesto, la experiencia, la vivencia mística: lo inexplicable que intentará ser explicado por la palabra.


Fuente: Literatura religiosa del siglo XVI- Hispamérica-

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