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2 de noviembre de 2011

RODOLFO WALSH :OPERACIÓN MASACRE Y ¿QUIÉN MATÓ A ROSENDO?

RODOLFO WALSH :OPERACIÓN MASACRE Y ¿QUIÉN MATÓ A ROSENDO?

Rodolfo Walsh (1927-1977) fue, en nuestro país, quien inició el género de no ficción o nuevo periodismo. Hasta la publicación de Operación Masacre (1957), el primero de los textos que fue considerado un relato testimonial, Walsh se había dedicado a la escritura de relatos policiales, a la edición de antologías (tanto policiales como fantásticas) y a la labor periodística. Sin duda, sus destrezas como escritor de ficción, así como el conocimiento del oficio periodístico, se pusieron en juego en la invención de este nuevo género.
Operación Masacre: el nacimiento del género
Operación Masacre (1957) narra el fusilamiento clandestino de un grupo de civiles por parte de la Policía en el levantamiento del general Valle, hecho que ocurrió en junio de 1956. Walsh conoce a uno de los sobrevivientes, Juan Carlos Livraga, quien hasta ese momento había sido dado por muerto en aquel episodio. Como testigo directo de los hechos, Livraga le cuenta lo que sucedió esa noche y, a partir de ese encuentro, Walsh comienza su trabajo de investigación: entrevista a otros testigos, busca pruebas y, con la información que obtiene, logra reconstruir los hechos.
Entre mayo y junio de 1957, publicó en el periódico Mayoría varios artículos sobre el caso. Y hacia fines de ese año, el libro. Sin embargo, Operación Masacre no es una simple recopilación de artículos periodísticos. Tampoco es una novela. Como en el relato policial, el relato testimonial se organiza en torno a un delito cometido y se busca la verdad sobre ese hecho. Sin embargo, no se espera que se haga justicia, pues, como ocurre habitualmente en el “policial negro”, la corrupción ha invadido todos los ámbitos. En los casos que investigó Walsh, el Estado siempre se encontraba involucrado, por lo que se dificultaba la posibilidad de que la justicia actuara y sancionara a los culpables.
A partir de este texto, Walsh abandonó la escritura de ficción y asumió como escritor el compromiso de dar testimonio y denunciar, convirtiéndose en lo que algunos llamaron un “historiador del presente”. Los temas narrados en Operación Masacre y en los libros siguientes estaban vinculados con la actualidad, la política y, sobre todo, con los manejos del poder de su tiempo. Por ese motivo estos textos no son novelas, sino relatos testimoniales.
El montaje del relato y la reconstrucción de los hechos
A la publicación de Operación Masacre siguieron ¿Quién mató a Rosendo? (1969) y el Caso Satanowsky (1973). ¿Quién mató a Rosendo? narra el asesinato del dirigente sindical Rosendo García, ocurrido el 16 de mayo de 1966; el Caso Satanowsky, el crimen del abogado Marcos Satanowsky, que tuvo lugar el 13 de junio de 1957.
El trabajo de investigación y el procedimiento de construcción del relato que Walsh realizó en estos casos fueron similares a los de Operación Masacre. Luego de conocer los crímenes, Walsh entrevistaba a los testigos y buscaba datos y pruebas, en ocasiones poniendo en peligro su propia vida. Durante esta etapa de investigación, publicó algunos avances en forma de artículos periodísticos. Una vez terminada la investigación, el escritor realizaba un trabajo de montaje para reconstruir el caso: seleccionaba los datos que creía necesarios, los fragmentos de las entrevistas directas realizadas y, con esos materiales, escribía el relato.
Considerando este procedimiento, es posible afirmar que el relato testimonial es una versión de los hechos construida por el autor.
A diferencia de la crónica periodística, el relato testimonial no se vincula en forma inmediata a los hechos, al día a día de la investigación. Tampoco los hechos se relatan siguiendo una línea cronológica, pues en ocasiones la narración vuelve atrás en el tiempo.
Tanto en Operación Masacre como en Caso Satanowsky y en ¿Quién mató a Rosendo? Es posible advertir una estructura similar. En general, estos relatos se dividen en dos partes. En la primera se presentan “Las personas y los hechos”, mientras que en la segunda se detalla “La evidencia”, esto es, el relato continúa incorporando los diálogos con el juez, la participación policial y las referencias a documentos judiciales, entre otros elementos probatorios.
¿Quién mató a Rosendo?
La primera parte de ¿Quién mató a Rosendo? comprende once capítulos. Varios llevan por título el nombre de una de las personas presentes en el momento del hecho (“Raimundo”, “El Lobo”, “Rosendo”, “El Griego”, etc.), mientras que otros remiten al lugar para contextualizar el relato (“Avellaneda”, por ejemplo) o al acontecimiento propiamente dicho que da origen al texto (“El incidente” o “La bronca”).
Desde el punto de vista de la organización temporal de la narración, los cuatro primeros capítulos presentan a cuatro de las personas presentes en el hecho; en todos los casos, el relato se detiene en el mismo momento: la llegada de esa persona a la confitería La Real. El capítulo siguiente, “El incidente”, retoma el hilo narrativo temporal, pues se presenta lo que sucedió en la confitería a continuación de lo narrado en los cuatro capítulos iniciales.
La edición de ¿Quién mató a Rosendo? se inicia con una “Noticia preliminar” que funciona como prólogo del relato. A través de esa noticia, el lector conoce el hecho real que da origen al relato y algunas de las circunstancias relacionadas (quiénes murieron y quiénes sobrevivieron, por ejemplo). Por otra parte, conoce algunos pormenores relacionados con la investigación del caso, por ejemplo, la ayuda brindada por los sobrevivientes que aportaron información o las publicaciones de los primeros artículos.
En la “Noticia preliminar”, Rodolfo Walsh también expresa su propósito al escribir el libro. Cuando se refiere a los protagonistas del hecho, afirma: “Mi intención no era llevarlos ante una justicia en la que no creo, sino darles la oportunidad, puesto que se titulaban sindicalistas, de presentar su descargo en el periódico de los trabajadores”. Se trata, entonces, de una investigación que pretende dar a conocer la verdad sobre los hechos. En este sentido, subraya: “No hay una línea en esta investigación que no esté fundada en testimonios directos o en constancias del expediente judicial”.
Sin embargo, y dadas las características ficcionales del relato, el autor advierte: “Si alguien quiere leer este libro como una simple novela policial, es cosa suya”. Sin duda, la narración del texto posibilita su lectura ficcional, como si fuera una novela. Pero, al mismo tiempo, la condición real de los hechos queda expresada en el prólogo, de manera que el lector ya no podrá obviarla.
Otros elementos paratextuales presentes en la edición de ¿Quién mató a Rosendo? Son el plano o croquis de la escena en la confitería La Real y varias notas al pie que remiten a las fojas judiciales donde constan las declaraciones de las personas involucradas ante el juez.

FUENTE: Lengua y Literatura 6
Gobierno de la Pcia. de Buenos Aires
Libros de texto para todos


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