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5 de agosto de 2012

Análisis del Poema Más allá del amor de Octavio Paz


Análisis del Poema Más allá del amor de Octavio Paz

El poema se  organiza en tres fases que, sucesivamente, van profundi­zando e intensificando el motivo poético:
·          Presentación del hablante-poeta ( el yo poético) y su amada.
·    Presencia de un nosotros íntimo, personal, enfrentado a un mundo exterior, objetivo, peligroso y acechante.
·      Equilibrio inestable: la amada está incluida dentro de las contingencias vitales llenas de misterio y enigmas.


Más allá del amor alude, a través del título, a los universos que coexisten paralelamente al amor y que le tienden celadas de manera implacable: el tiempo con su mutabilidad; la conciencia, en constante vigilia; el mundo de las palabras y los nombres, con su capacidad de separación; y ese mundo cerrado, hermético, que cada individuo encierra y que es intransferible aun para la amada.
(El poema se reproduce al final del artículo)

Género: Lírica
 Más allá del amor se inserta dentro de las llamadas "manifestaciones liricas puras". En el poema se observa la búsqueda de una más clara y pura expresión poética a través del lenguaje y de la forma lirica.

Tema principal: El amor. Este tema, presente en su faz negativa las fuerzas destructi­vas que pueden socavarlo, alcanza su clímax en la última estrofa. En ese momento, el amor -personificado en el ser amado- es aceptado con la mutación propia del tiempo, en medio del riesgo propio del vivir, en contacto con la realidad y la fantasía, pero siempre con la fuerza del que palpita la vida intensamente.

Temas secundarios
·            El tiempo.
·             La conciencia.
·             Las palabras.
·             Los sueños.
·             La realidad y la fantasía.
·             La noche y sus fantasmas.
·    El fluir del tiempo como amenaza constante y temible para todo lo firme y permanente.
·    Existencia de universos ambiguos, fronterizos entre el "ser" y el "estar" del hombre, entre la realidad y la fantasía.
·    El hombre angustiado frente a problemas vitales que escapan a su compren­sión racional.
·   El nombre, elemento individualizador, que separa los objetos que menciona.


El "yo lírico" no encarna la realidad íntima de una persona determinada sino que es la expresión de una individualidad mucho más amplia, abarcadora y colectiva. Lo mismo puede decirse de la segunda persona -el "tú" del poema- que representa a la amada' figurada. El poema no es la expresión personal de una emoción particular, sino la canalización de esa emoción a través del lenguaje poético.

Un clima de emotivo conflicto envuelve al poema que plantea las posibilidades de perder el amor por la presencia de otros mundos que se le contraponen.  
           
Presentar la complejidad íntima del hombre quien, además de su mundo afectivo profundo, posee otros universos paralelos -desconocidos, inescru­tables y de desarrollo incierto- que pueden llegar a destruir la solidez del amor creado por la pareja. Esta complejidad incluye también a la amada, de quien el amante desconoce muchos aspectos y a quien termina por incluir en el oscuro mundo de lo ignorado.

Versificación:  El poema está dividido en tres estrofas, cuyos versos no respetan cánones de rima o número de sílabas, de acuerdo con los poetas vanguardistas del siglo XX. Incluso, llega a disociar versos, para adecuarlos al ritmo interior de la poesía, en una especie de juego visual:
Hay versos que parecen adquirir la cadencia de la prosa y por ello continúan en el  renglón siguiente:
"las palabras, guantes grises, polvo mental sobre la yerba, el agua, la piel,"

Se observa una actitud lúdicra con respecto a la palabra, una búsqueda de sonoridades especiales para lograr determinados efectos musicales. Por ello, los principales recursos lingüísticos son:
·            Juego de palabras: "transparencia traspasada".
·            Repetición lingüística intencional: "la mirada ciega de mirarse mirar".
·            Búsqueda de sonoridades especiales: "trompeta derrumba"; "transparencia traspasada" .
·            Exclamación lírica: "oh estrella repartida".

El tono del poema es bajo, grave, subterráneo. El lenguaje metafórico intenta bucear edad del hombre para expresar más acabadamente sus problemas escenciales.

       Recursos estilísticos:
Ø  Imágenes visuales: "Extiéndete, blancura que respira".
Ø  Sinestesias: "Murallas de vacío que ninguna trompeta derrumba". (Imágenes visual y auditiva.)
Ø  Adjetivación insólita: "espuma profética".
Ø  Intensificación: "Una vida más vida nos reclama".
Ø  Enumeración: "frutos, garras, ojos, follajes, / espaldas que relucen".
Ø  Animización de la naturaleza: "Afuera la noche respira, ".
Ø  Comparación: "como el machete a la culebra".
Ø  Metáforas: las palabras, "guantes grises, polvo mental sobre la yer- / ba, el agua, la piel;" "copa, / pan que inclinas la balanza del lado de la aurora / pausa de sangre entre este tiempo y otro sin medida".

Breve biografía de Octavio Paz: Nace en la ciudad de México en 1914.  Se vincula desde joven a la revista poética mexicana Taller y, junto a Efraín Huerta, otro integrante de ese grupo, contribuye a desarrollar una conciencia poética más firme y soberana. Durante su estada en Europa se liga al surrealismo, encabezado por André Breton; su obra gana entonces en riqueza verbal, pero pierde en profundidad de sentimiento. Más tarde retorna a lo clásico y alcanza la madurez en su expresión lírica.
Obras principales. Libros de poemas: Luna silvestre (1933); ¡No pasarán! (1936); Raíz de hombre (1937); Bajo tu clara sombra (1937); Entre la piedra y la/1m' (1941); A la orilla del mundo (1942); Libertad bajo palabra (1949); Semillas para un himno (1952); Piedra al sol (1958); La estación violenta (1958); Discos visuales (1968). Ensayos: El laberinto de la soledad (1950); El arco y la lira (1962); Cuadrivio (1965).


Más allá del amor de Octavio Paz
Todo nos amenaza: 
el tiempo, que en vivientes fragmentos divide 
al que fui 
del que seré, 
como el machete a la culebra; 
la conciencia, la transparencia traspasada, 
la mirada ciega de mirarse mirar; 
las palabras, guantes grises, polvo mental sobre la yerba, 
el agua, la piel; 
nuestros nombres, que entre tú y yo se levantan, 
murallas de vacío que ninguna trompeta derrumba. 

Ni el sueño y su pueblo de imágenes rotas, 
ni el delirio y su espuma profética, 
ni el amor con sus dientes y uñas nos bastan. 
Más allá de nosotros, 
en las fronteras del ser y el estar, 
una vida más vida nos reclama. 

Afuera la noche respira, se extiende, 
llena de grandes hojas calientes, 
de espejos que combaten: 
frutos, garras, ojos, follajes, 
espaldas que relucen, 
cuerpos que se abren paso entre otros cuerpos. 

Tiéndete aquí a la orilla de tanta espuma, 
de tanta vida que se ignora y se entrega: 
tú también perteneces a la noche. 
Extiéndete, blancura que respira, 
late, oh estrella repartida, 
copa, 
pan que inclinas la balanza del lado de la aurora, 
pausa de sangre entre este tiempo y otro sin medida.