El Quijote de la Mancha y El Lazarillo de Tormes: contexto histórico.
La novela picaresca: rasgos distintivos
El transcurso del siglo
XVI al XVII , minado de conflictos políticos y militares, es paradójicamente
conocido como el
Siglo de Oro Español, debido al esplendor cultural obtenido en las
artes y humanidades. Ochenta y dos años transcurrieron entre la primera
impresión de El Lazarillo de Tormes (1533) y la publicación de la segunda parte de El Quijote de la Mancha
(1615).
Durante ese período, la situación política, económica y social de España sufrió
cambios radicales.
La crisis social
Si bien durante esa época se mantiene la división medieval en
estamentos -nobleza, clero y Estado llano-, aparecen cambios como consecuencia del movimiento de ascenso
de la burguesía. En el terreno de la nobleza, se distinguen entre grandes
títulos, caballeros e hidalgos. El hidalgo empobrecido (como lo es don
Quijote) goza todavía de ciertos privilegios de su clase, pero al no poseer
dinero no tiene poder.
En toda
Europa, la expropiación de tierras a los grandes feudos y la liberación del
vasallo dejan al campesinado sin la protección del señor. Una parte importante
de este sector social se convierte en "marginal". En España, las
condiciones adversas en que viven los campesinos traen como consecuencia que
los campos se despueblen y que grandes masas se trasladen a las ciudades. Desde
fines del siglo xv y durante todo el siglo XVI, la legislación europea
evidencia la necesidad de protegerse de estos vagabundos, picaros y bandoleros.
Sumado a esto, en el siglo XVII, la sociedad española sufre una grave
crisis demográfica como consecuencia de la expulsión de los moriscos (musulmanes españoles
bautizados) y la mortalidad originada por las guerras continuas, las hambrunas
y las pestes.
Esta época de ruptura del modelo medieval y nacimiento de la sociedad
de clases y la economía capitalista provocó la aparición en el arte de una
mirada de desengaño. Esta mirada construyó obras que presentan diferentes
versiones (de nostalgia, de denuncia, de renovación) acerca de la realidad
circundante.
La picaresca, antesala del realismo
Con la publicación de La vida de Lazarillo de Tormes, en 1533, surge en
España la picaresca. Este género de carácter realista se aparta de las
novelas de caballería y las pastoriles (muy populares en la época) en las que
los personajes y sus acciones son idealizados.
La novela se estructura en tres partes:
a) un
prólogo, en el que siendo adulto, el protagonista expone la intención de
relatar las vicisitudes de su vida a un destinatario de gran jerarquía;
b) seis tratados o capítulos que reconstruyen
el tránsito de la infancia a la adultez al servicio de inescrupulosos amos.
c) un último tratado a modo de cierre, en el
que Lázaro justifica la aceptación del adulterio de su mujer como una concesión
necesaria para conservar su presente bienestar económico.
Por
primera vez en la literatura española, se oye la voz de personajes marginales
(mendigos, ladrones, estafadores), quienes se burlan de la doble moral de sus
señores (nobles, hidalgos y clérigos), y denuncian los mecanismos sociales que
perpetúan su condición de desheredados.
Las claves del género
En La vida de Lazarillo de Tormes, en Guzmán deAlfarache, de Mateo Alemán (1599), y
en El
Buscón, de Quevedo (1626), referentes del género, pueden observarse los rasgos que
definen a la picaresca:
1-Un narrador en primera persona que, obligado por las circunstancias, justifica su deshonrosa
condición a partir de la narración retrospectiva de sus desventuras.
2-El carácter marginal del protagonista, a quien su humilde genealogía y
la necesidad extrema lo inclinan a adoptar una vida inescrupulosa.
3-El formato de carta (género epistolar), habitual en el siglo xvi para
el relato de sucesos, que admite la presencia de un personaje de alto rango que
oficia de lector interno.
4-La estructura episódica que muestra la transformación de un
niño inocente en pícaro, a medida que toma contacto con distintos tipos
sociales, de moralidad discutible.
5-La comicidad de la historia, producto del distanciamiento y del tono burlón e
irónico que adopta el narrador al contar duros sucesos de su vida.
6-La mirada crítica, con que se ofrece una visión descarnada del
conjunto social y de la caída de los valores medievales (honor, hidalguía,
religiosidad) ante el peso del dinero.
7-La construcción de un mundo ficcional verosímil a partir de la
caracterización precisa de eventos históricos, lugares y tipos sociales
reconocibles por el lector en el mundo real.
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