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8 de junio de 2014

Análisis de Los arrecifes de coral y El crimen del otro de Horacio Quiroga

Los arrecifes de coral
Después de sus primeros tanteos narrativos publicados en la Revista del Salto en 1899, el cuento que lo da a conocer en Montevideo es "Sin razón pero cansado", con el cual obtuvo un premio en el concurso organizado por el semanario La Alborada a fines de 1900. Más que modernista, es un relato decadente, puesto que acentúa los rasgos morbosos de aquella corriente. Y más que cuento es un apunte sobre la abulia. 
Otras narraciones de esta época —1901 — son "Jesucristo" y "El guadabosque comediante". Estas tres piezas se publicaron en el semanario mencionado, y poco después, con una cuarta, "La venida del primogénito", fueron recogidas en Los arreci­fes de coral. Son los primeros pasos del narrador. La escasez argu­mental, la afectación del estilo, la artificiosidad de situaciones y per­sonajes revelan una influencia modernista mal asimilada. En el pri­mero de esos cuentos, por ejemplo, el autor emplea términos tan rebuscados como los siguientes: "sonambulizadas", "tragedizada", "huracanaba", "sistolizaba", "glasgownando", "lapizaba", "pero­nismo".

El crimen del otro
En 1904 aparece su segundo libro: El crimen del otro. Es, íntegra­mente, un libro de cuentos. El que da su nombre al volumen reelabora "El tonel de amontillado", de Edgar Alan Poe, y revela hasta qué punto Quiroga admiraba al escritor norteamericano y aceptaba su influencia, aunque todavía no supiera asimilarla. 

  • "La princesa bizan­tina" refiere las hazañas del caballero franco Brandimarte de Brandel. De asunto medieval, tiene reminiscencias de novela de caballería. Aunque está bien escrito, con un estilo cuidado que se acerca al refinamiento, y alcanza vigor en la descripción de algunos combates, resulta convencional y artificioso, de inspiración puramente libresca.
  • "Flor de imperio" mantiene la seguridad formal del relato anterior, pero su asunto es morboso y decadente, cercano al de su libro primigenio. 
  • "La muerte del canario" comienza como una narración poemática y luego toma un giro irónico y humorístico, con recursos que recuerdan algunos cuentos de Darío: el autor se dirige a los lectores y los interroga, y hace lo mismo con uno de los personajes. 
  • "Idilio" intenta un aparta­miento del modernismo y del decadentismo para abordar un asunto y personajes naturalistas: una historia de amor entre dos vagabundos. Pero el resultado es apenas un bosquejo narrativo. 
  • Algo semejante, tanto en intención como en resultado, ocurre con "El 2o y el 8o número", que tiene por escenario un circo. 
  • "Historia de Estilicón" torna a la morbosidad y al decadentismo, con visible influencia de "Doble crimen de la calle Morgue", de Poe. 
  • En "El haschich" el autor refiere minucio­samente su experiencia con la droga, y alecciona a incautos buscado­res de paraísos artificiales. 
  • "La justa proporción de las cosas" es un breve esbozo narrativo cuyo protagonista ha quedado perturbado por los atascamientos de tránsito en la ciudad. 
  • "El triple robo de Bellamore" es un intento fallido de relato policial a lo Poe. 
  • "Corto poema de María Angélica" describe con toques decadentes y románticos las ambiguas relaciones de un hombre con sus cuñadas. 
  • Parecido es el asunto de "Rea Silvia", una niña se enamora del novio de su hermana. Pero esta pieza es breve y suelta, con abundantes diálogos. 
  • En síntesis, pues, con este libro el narrador da un paso adelante y se define como cuentista, aunque se vea aprisionado por influencias muy visibles, por los artificios de su época y por una inspiración puramente libresca, cerrada todavía a la realidad y a la experiencia de la vida.
Fuente:  Los desterrados, estudio preliminar de Fernando Rosenberg, Ed.Kapelusz, Bs.As.,1987