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19 de mayo de 2014

La leyenda del rey Arturo

La leyenda del rey Arturo- Reumen

Cuenta la leyenda que el rey Uther Pendragón estaba enamorado de Igraine, la mujer de su enemigo, el duque de Tintagel. Como Igraine no correspondía a su amor, el mago Merlín le ayudó a Uther a conquistarla, con la condición de que le fuera entregado el hijo que naciera de la unión. Esa noche, el duque murió. Luego, Uther se casó con Igraine. Cuando nació el niño, fue llamado Arturo y entregado a Merlín, quien lo puso en manos de Héctor y lo crió junto con su propio hijo, Kay.

Más tarde, Uther enfermó y murió. El reino quedó sin monarca y sumido en la guerra civil durante años. Un día, se descubrió una espada clavada en una piedra con esta inscripción: "Quienquiera que saque esta espada de esta piedra es legítimo rey de toda Inglaterra". Pero nadie podía cumplir la profe­cía, hasta que Arturo lo logró. Sin embargo, los barones no creían que tuvie­ra sangre noble y, por lo tanto, no lo aceptaron como gobernante. Aconseja­do por Merlín, Arturo fue ganando batallas y prestigio hasta que logró im­ponerse como rey. Luego, se enamoró de Ginebra y se casó con ella.

Un día, Arturo pasó junto a un lago del que surgió una espada maravillo­sa: apareció entonces la Dama del Lago y le entregó Excalibur, el arma que lo hizo invencible en la batalla. Arturo estableció su corte en el castillo de Camelot, y su fama atrajo a los más valientes caballeros. Se sentaban al­rededor de una gran mesa circular, la Tabla Redonda, donde todos se consideraban iguales en dignidad y en derechos, incluso el rey. Un solo asiento estaba vacío, la Silla Peligrosa, asiento reservado por el Mago Merlín  para que fuera ocupado únicamente por aquel caballero que estuviera destinado a encontrar el Santo Grial, copa usada por Jesús  en la última Cena. De este modo, el asiento estaba siempre vacante y ocuparlo sin ser digno del mismo era fatal.

Los caballeros se dedicaban a buscar aventuras y a dar su amor a las damas de la corte. El mejor caballero del mundo era Lancelot (o Lanzarote, según la versión). Él y Ginebra se enamoraron y se convirtieron en aman­tes. Al mismo tiempo, Arturo fue hechizado por el hada Morgana, su media hermana, con quien tuvo un hijo, Mordred, que se convirtió en la ruina de Camelot.
No se sabe si Arturo existió realmente, pero se dice que vivió en la Ingla­terra de principios del siglo VI. La tradición oral mantuvo viva su memoria hasta el siglo IX, cuando el monje gales Nennius lo mencionó en su Historia Brittonum, escrita en latín. Esa es la primera referencia documentada que existe acerca de su persona. A partir de entonces, muchos escritores reelaboraron la materia. En el siglo XV, Sir Thomas Malory (1408-1471) escribió La muerte de Arturo.

Fuente: Literatura Europea y Norteamericana
Puerto de Palos, Bs.As.,2001