Mientraiga fue escrita en 1924,
pero se estrenó varios años después, luego de la muerte de su autor. A través
de esta obra Payró —que no había desarrollado el género chico— incursionó en el
sainete.
En esta obra se
observan muchos elementos característicos del sainete, como el patio del conventillo- espacio de
socialización- o los personajes
inmigrantes. A través de las acciones de los personajes, Payró pone en
evidencia los vicios humanos: la
avaricia, la mezquindad, el aprovechamiento de la generosidad del prójimo o la
gula, con mirada crítica pero humorística.
El tono con que se presenta la acción dramática expone la vida en los conventillos en los suburbios
porteños de las primeras décadas del siglo xx. Inmigración y marginalidad,
mezquindad y miseria son algunos de los temas que recorren el texto.
El tema central de la obra es el dinero que media en las
relaciones entre los personajes. El título significa 'mientras haiga', es
decir, 'mientras haya dinero'. Por eso, los habitantes del conventillo le han
puesto ese apodo a Gaspar por su actitud desprendida respecto del dinero.
Hacia 1930, en un humilde conventillo porteño, viven Gaspar y su compañera
Lucila. El hombre trabaja como viajante de comercio, es pobre y está endeudado.
Sin embargo, es alegre y generoso con ¡o poco que tiene. Sus amigos y vecinos
abusan de esa generosidad pero… mientras «haiga» para comer, Gaspar comparte.
Sin embargo, Gaspar es
generoso no «mientras haya», porque en realidad no tiene dinero. Cuando
verdaderamente «haya» dinero, la conducta del personaje cambiará radicalmente.
Para «Mientraiga» no tiene sentido ahorrar siendo pobre, pero sí cuando la
situación económica mejora. La crítica social implícita se dirige hacia los sectores medios de la sociedad. Ganar la lotería determina, entonces, un cambio rotundo en el
comportamiento del protagonista, que descoloca a los demás personajes y
sorprende al espectador.
Sin embargo, la concepción del dinero para Gaspar
puede entenderse también desde la lógica misma del sainete criollo.
Señala Tulio Carella acerca de este
género « (...) cuando un personaje cambia
de profesión, de clase social cambian algunos caracteres secundarios. A cada
personaje corresponde un conjunto invariable —o poco variable— de actitudes,
lenguaje, caracterización y atuendo». De acuerdo con el género, el cambio
en la posición económica de Gaspar no puede sino reflejarse en un cambio en las
características de comportamiento que identifican al personaje.
Para muchos críticos, el
surgimiento del sainete criollo responde
a la fusión entre la tradición española de las
representaciones de obras "menores" y la asimilación de tipos, cantos y modismos rioplatenses posibilitada por la progresiva incorporación
de actores nacionales.
En nuestro país, el sainete
fue intensificando un tono satírico-político
más marcado. Solían referir hechos de actualidad, muchas veces haciendo
alusión a personas concretas. El estudioso del sainete Tulio Carella considera
que en la Argentina el género incorporó un elemento trágico que no existía en el sainete clásico: «Los personajes son risibles pero alcanzan,
al mismo tiempo, la dignidad de la vida».
El éxito del sainete criollo está asociado al fenómeno
de la inmigración. A partir de
1870 y hasta los años veinte fundamentalmente ingresó a nuestro país una enorme
masa de inmigrantes. La gran mayoría de estos nuevos habitantes (de los cuales
un 50% era italiano y casi un 30% español) se asentó en las orillas de Buenos
Aires.
En poco tiempo, el espacio
urbano se pobló de voces y fisonomías diferentes y en los suburbios crecieron
los conventillos. La escenografía característica del sainete fue el patio del conventillo, donde se
mezclaban las lenguas y las costumbres que aquellos seres traían de sus países
de procedencia. Estos personajes tragicómicos,
su comportamiento y sus formas de hablar suscitaban la risa del público, mientras que sus
ambiciones y sueños inalcanzables generaban muchas veces un sentimiento de compasión.
Personajes
y temáticas del sainete criollo
Los
personajes del sainete son siempre humildes y muchas veces fracasados. Viven
en los márgenes de la ciudad. No suelen transitar el espacio del centro ni el
campo porque los atemoriza o lo desconocen. Entre los personajes típicos del
sainete, pueden encontrarse:
·
El inmigrante: su jerga cocoliche y sus
esfuerzos para "acriollarse" siempre eran un recurso para el humor.
· El guapo o compadrito: joven valeroso y
nostálgico, siempre dispuesto a batirse en un duelo a cuchillo.
·
La percanta: muchacha sencilla, romántica
que sueña con salir de la
pobreza. En la época, se la retrataba como una mujer liberal.
·
El atorrante: generalmente vago, callejero
y aprovechador.
Para
Tulio Carella, las temáticas saineteras son: los sucesos políticos, el «cuento
del tío» o estafa, la «cachada» o broma pesada, el drama amoroso, la soledad,
la muerte, el abandono, la promiscuidad, las diferencias sociales, la falta de
dinero, los deportes y el juego.
«Al
reflejar la vida —sostiene Carella—, el sainete describe una civilización y al
mismo tiempo un modo de interpretar dicha civilización». Justamente, las temáticas
mencionadas se vinculan con la vida en sociedad, con los conflictos entre
personas de diversos orígenes, de distinto sexo o de distintas costumbres. En
el sainete, esa mezcla de tipos sociales es una característica sobresaliente.
Fuente: Literatura IV- Ed. Mandioca, Buenos Aires.
Argumento de la obra
ResponderEliminarNo realizamos tareas escolares, le corresponde a usted leerla y establecer el argumento. Gracias por visitarnos.
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