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30 de marzo de 2019

Análisis de Mientraiga de Roberto J. Payró- El sainete criollo



Análisis de Mientraiga de Roberto J. Payró- El sainete criollo

Mientraiga fue escrita en 1924, pero se estrenó varios años después, luego de la muerte de su autor. A través de esta obra Payró —que no había desarrollado el género chico— incursionó en el sainete.
En esta obra se observan muchos elementos característicos del sainete, como el patio del conventillo- espacio de socialización- o los personajes inmigrantes. A través de las acciones de los personajes, Payró pone en evi­dencia los vicios humanos: la avaricia, la mezquindad, el aprovechamiento de la generosidad del prójimo o la gula, con mirada crítica pero humorística.
El tono con que se presenta la acción dramática expone la vida en  los conventillos en los suburbios porteños de las primeras décadas del siglo xx. Inmigración y marginalidad, mezquindad y miseria son algunos de los temas que recorren el texto.
El tema central de la obra es el dinero que media en las relaciones entre los personajes. El título significa 'mientras haiga', es decir, 'mientras haya dinero'. Por eso, los habitantes del conventillo le han puesto ese apodo a Gaspar por su actitud desprendida respecto del dinero.
Hacia 1930, en un humilde conventillo porteño, viven Gaspar y su compañera Lucila. El hombre trabaja como viajante de comercio, es pobre y está endeudado. Sin embargo, es alegre y generoso con ¡o poco que tiene. Sus amigos y vecinos abusan de esa generosidad pero… mientras «haiga» para comer, Gaspar comparte.
Sin embargo, Gaspar es generoso no «mientras haya», porque en realidad no tiene dinero. Cuando verdaderamente «haya» dinero, la conducta del per­sonaje cambiará radicalmente. Para «Mientraiga» no tiene sentido ahorrar siendo pobre, pero sí cuando la situación económica mejora. La crítica social implícita se dirige hacia los sectores medios de la sociedad. Ganar la lotería determina, entonces, un cambio rotundo en el comportamiento del protago­nista, que descoloca a los demás personajes y sorprende al espectador.
Sin embargo, la concepción del dinero para Gaspar puede entenderse tam­bién desde la lógica misma del sainete criollo.
Señala Tulio Carella acerca de este género « (...) cuando un personaje cambia de profesión, de clase social cam­bian algunos caracteres secundarios. A cada personaje corresponde un con­junto invariable —o poco variable— de actitudes, lenguaje, caracterización y atuendo». De acuerdo con el género, el cambio en la posición económica de Gaspar no puede sino reflejarse en un cambio en las características de comportamiento que identifican al personaje.
Para muchos críticos, el surgimiento del sainete criollo responde a la fu­sión entre la tradición española de las representaciones de obras "meno­res" y la asimilación de tipos, cantos y modismos rioplatenses posibilitada por la progresiva incorporación de actores nacionales.
En nuestro país, el sainete fue intensificando un tono satírico-político más marcado. Solían referir hechos de actualidad, muchas veces haciendo alu­sión a personas concretas. El estudioso del sainete Tulio Carella considera que en la Argentina el género incorporó un elemento trágico que no existía en el sainete clásico: «Los personajes son risibles pero alcanzan, al mismo tiempo, la dignidad de la vida».
El éxito del sainete criollo está asociado al fenómeno de la inmigración. A partir de 1870 y hasta los años veinte fundamentalmente ingresó a nuestro país una enorme masa de inmigrantes. La gran mayoría de estos nuevos ha­bitantes (de los cuales un 50% era italiano y casi un 30% español) se asentó en las orillas de Buenos Aires.
En poco tiempo, el espacio urbano se pobló de voces y fisonomías diferen­tes y en los suburbios crecieron los conventillos. La escenografía caracterís­tica del sainete fue el patio del conventillo, donde se mezclaban las lenguas y las costumbres que aquellos seres traían de sus países de procedencia. Estos personajes tragicómicos, su comportamiento y sus formas de hablar suscitaban la risa del público, mientras que sus ambiciones y sueños inal­canzables generaban muchas veces un sentimiento de compasión.
Personajes y temáticas del sainete criollo
Los personajes del sainete son siempre humildes y muchas veces fraca­sados. Viven en los márgenes de la ciudad. No suelen transitar el espacio del centro ni el campo porque los atemoriza o lo desconocen. Entre los perso­najes típicos del sainete, pueden encontrarse:
·         El inmigrante: su jerga cocoliche y sus esfuerzos para "acriollarse" siem­pre eran un recurso para el humor.
·         El guapo o compadrito: joven valeroso y nostálgico, siempre dispuesto a batirse en un duelo a cuchillo.
·         La percanta: muchacha sencilla, romántica que sueña con salir de la                pobreza. En la época, se la retrataba como una mujer liberal.
·         El atorrante: generalmente vago, callejero y aprovechador.

Para Tulio Carella, las temáticas saineteras son: los sucesos políticos, el «cuento del tío» o estafa, la «cachada» o broma pesada, el drama amoroso, la soledad, la muerte, el abandono, la promiscuidad, las diferencias sociales, la falta de dinero, los deportes y el juego.
«Al reflejar la vida —sostiene Carella—, el sainete describe una civilización y al mismo tiempo un modo de interpretar dicha civilización». Justamente, las temáticas mencionadas se vinculan con la vida en sociedad, con los conflictos entre personas de diversos orígenes, de distinto sexo o de distintas costumbres. En el sainete, esa mezcla de tipos sociales es una característica sobresaliente.

Fuente: Literatura IV- Ed. Mandioca, Buenos Aires.


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