MENÚ

3 de noviembre de 2020

La civilización Maya

 

La civilización Maya

Los mayas desarrollaron su civilización a lo largo de los tres períodos (preclásico, clásico y posclásico) desde el 3.000 a.C. hasta el 1456 d.C. Tras la conquista es­pañola de México no todos los territorios mayas fueron dominados, aunque su esplendor del pe­ríodo clásico había decaído. Actualmente existen más de un millón de descendientes mayas en Guatemala, sur de México (del Océano Pacífico al Mar Caribe, incluida la Península de Yucatán) y Honduras. Con el paso de los siglos el idioma maya derivó en otras lenguas, siendo la más nume­rosa la maya-quiché, pero también se destacan la chol, tojolabal, tzeltal, tzotzil, mam y lacandón.

 Provenientes probablemente del norte californiano, los mayas atravesaron el área cultural meso-americana y se instalaron al sur, al principio en las tierras altas de Guatemala (zona montañosa, al centro-sur). Luego, aproximadamente en el 1800 a.C., se expandieron hacia las tierras bajas de Guatemala y más tarde a la zona de Chiapas. Este territorio, de cálidas y húmedas selvas tropica­les, estaba habitado por descendientes de olmecas, que contribuyeron culturalmente al nuevo pue­blo. En su etapa preclásica se distinguieron por la construcción de centros ceremoniales, y adqui­rieron conocimientos de otras civilizaciones que estaban mucho más desarrolladas. Los mayas tuvieron la capacidad de transformarlos posteriormente en verdaderas expresiones originales. Al mismo tiempo que tomaban esos préstamos culturales, su población crecía y ayudaba al cambio.

 Los investigadores consideran que los mayas desarrollan su "época clásica" cuando su producción cultural es la más importante, avanzada y exquisita de Mesoamérica. Entre los rasgos sobresalien­tes se destacan su estilo artístico y refinado, el desarrollo de la escritura ideográfica y del calenda­rio (ambos ideados por los olmecas); hermosas pinturas murales y cerámicas policromas; una ar­quitectura con variados diseños, decoración, materiales y sistemas constructivos entre los que sobresale la llamada "bóveda maya". Por sus obras artísticas y culturales tan bellas y trabajadas, fueron llamados "los griegos de América".

 Organización política

Se habla generalmente de "Antiguo Imperio" y "Nuevo Imperio Maya" para designar a los períodos clásico y posclásico respectivamente. Esto da lugar a confusión, ya que la difusión de la cultura maya fue básicamente lingüística y cultural, no militar, y jamás existió entre los mayas el concep­to de imperio. Su organización sociopolítica interna fue siempre a base de pequeños estados enca­bezados por una ciudad importante. Debido al avance de la selva sobre las ruinas, todavía no se sabe con precisión cuántas ciudades-estado hubo en el dominio cultural maya.



Su forma de gobierno era una monarquía hereditaria, cuyo so­berano se denominaba Halach Uinic, y estaba secundado por un consejo Supremo, compuesto por jefes regionales, sacerdotes y consejeros especiales. Durante la época clásica, la característica de la monarquía era la teocracia (gobierno de Dios o sus represen­tantes); es decir que quienes eran los intermediarios entre los dioses y los hombres (los sacerdotes) tenían mucha influencia en el gobierno. En cambio, durante la época posclásica -proba­blemente por la influencia de los Toltecas, que invadieron la re­gión- el predominio fue de los militares.

Economía

El fundamento de su economía era la agricultura en base a la roza, como los olmecas. La técnica de roza consiste en prepa­rar el terreno mediante la tala e incendio de un sector del bos­que, para despejar las malezas y arbustos previamente a la siembra. Se cultiva ese predio va­rios años hasta que disminuye la producción por el agotamiento del suelo; luego se prepara otro sector del bosque del mismo modo, y no se vuelve a sembrar el primero hasta que esa tie­rra no haya recuperado la vegetación. Por eso, este sistema agrícola requería de un amplio te­rritorio. Como consecuencia, las ciudades-estado se hallaban dispersas, con terrenos libres a su alrededor.

 El mayor problema con que se enfrentaban era la provisión constante de agua, porque eran insuficientes los ríos o arroyos de la región para enfrentar temporadas prolongadas de sequía. Por eso buscaban ubicarse cerca de cenotes, como en Chichén Itzá. Los cenotes son depósitos geológicos naturales de aguas (numerosos en la península de Yucatán) que se hallan a veces en la superficie, pero en general son subterráneas, por lo cual los pobladores debían cavar para utilizarlos. Si no había cenotes cerca, recogían el agua de lluvia en cisternas (receptáculos cons­truidos por el hombre). Sólo en la época moderna perforaron pozos.

Cultivaron maíz, pimientos, calabazas, tubérculos, cacao, algodón; cosechaban tabaco, copal y cau­cho. De éste obtenían la materia prima para sus sandalias, capas y pelotas para los juegos.

La unidad de producción era la familia, que cultivaba y cosechaba una parcela durante 200 días al año. El resto del tiempo los hombres trabajaban en obras públicas.

 Como era un sistema de producción extensivo, cuando la población aumentó considerable­mente, lo sembrado no alcanzó para alimentarla. Los gobernantes intentaron mejorar el ren­dimiento combinando el sistema de roza con el riego y con la preparación del terreno para un cultivo más intensivo, pero quizás esto no fue suficiente debido a que ya se había agotado la tierra y esos mecanismos no servían a corto plazo. Por ello, gran parte de la población emigró a otras regiones en el 900 d.C., y la cultura maya, que antes estaba ubicada fundamentalmen­te en el noreste de Guatemala, renació en la península de Yucatán, con muchas característi­cas antiguas pero también con nuevos rasgos, tomados de las culturas militaristas del altipla­no central mexicano.

 Sociedad

Existía una diferenciación social marcada entre el clan familiar del jefe y los restantes grupos. La sociedad maya se podría clasificar en cuatro clases: la nobleza, los sacerdotes, el pueblo y los esclavos.Los nobles tenían privilegios que se transmitían por herencia, por lo que se preocupaban mucho por su origen familiar, y para recordarlo hacían árboles genealógicos. Fueron llamados "caci­ques" por los españoles; entre ellos se elegían los jefes locales.

 Los sacerdotes gozaban de gran prestigio: cumplían un importante papel en el gobierno y en el desarrollo de toda la cultura maya, desde la configuración y distribución urbana de los cen­tros ceremoniales, hasta en la investigación científica. No sólo eran astrólogos, sino que do­minaban el sistema calendárico con sus conocimientos astronómicos y matemáticos, y con ello, también conocían los ciclos de la agricultura. Eran asimismo quienes redactaban la his­toria de su pueblo mediante la escritura jeroglífica y, por supuesto, se ocupaban de las cere­monias religiosas y de los sacrificios que se hacían en ofrenda a los dioses. Entre los sacerdo­tes existía división de tareas para su mejor desempeño.

El pueblo trabajaba en la agri­cultura y en la edificación, así como también en todo otro oficio manual que fuera nece­sario para la vida; era, en líneas generales, muy laboriosas y creativas. Los prisioneros de guerra o los infractores a las leyes eran reducidos a la esclavi­tud. Los considerados culpa­bles eran privados de su li­bertad hasta que pagaran por el delito cometido. Un esclavo se compraba como una mer­cancía. Según el investigador Henri Lehmann, Malinche (bau­tizada por los españoles con el nombre de Marina), la famo­sa amante del conquistador Hernán Cortés (que le sirvió de intérprete ante los caudillos mexicanos y facilitó su victoria), era una esclava de lengua maya.

Religión

Se conoce a través de los manuscritos o Códices, por las repre­sentaciones artísticas, por los relatos de los españoles, y por la religión actual de los pueblos mayas que, si bien adoptaron ofi­cialmente el catolicismo, conservaron muchas de las prácticas anteriores. Además de que las tradiciones orales continuaron durante siglos, el Popol Vuh (libro sagrado de los mayas) había sido escrito en lengua maya-quiché, y fue traducido en el siglo XVIII por un sacerdote católico, con la ayuda de los sabios del lugar.

 La religión maya concebía al hombre en total dependencia de los dioses que regían su mundo, rigurosamente ordenado por los sacerdotes. Éstos establecían los ayunos, las oraciones y los sacrificios. Durante el período clásico, se ofrecían en sa­crificio alimentos, animales u objetos preciados. En el perío­do posclásico aparecieron los sacrificios humanos.

 Los dioses principales tenían que ver con el tiempo, con la agricultura y con el cosmos, y estaban agrupados en cuatro (o uno con cuatro características distintas) tal como se conciben los puntos cardinales. El dios más importante de los prime­ros tiempos, Itzmaná, dio probablemente origen al culto a Ku-kulkán, dios maya posclásico, y también está relacionado con Quetzacoatl, dios de los aztecas de la altiplanicie mexicana. Se lo asocia con el poder, con el agua y el fuego, y con la ser­piente Sus ayudantes eran, entre otros, los dioses de la llu­via, del maíz, de los muertos, de la luna y de la maternidad.

FUENTE: Eggers-Brass, Teresa

Historia II : América indígena y la expansión europea / Teresa Eggers-Brass y Marisa Gallego. - 2a ed. - Ituzaingó : Maipue, 2009.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu comentario.