LAS FUNCIONES DEL LENGUAJE
En cada
comunicación hay un objetivo: a veces, se busca informar; otras, tratar de
influir sobre los demás o expresar algún sentimiento. Con estas intenciones, se
ponen en práctica las funciones del lenguaje que, según el lingüista Koman
Jakobson, son seis y están relacionadas con los elementos que conforman el
esquema de la comunicación por él propuesto. Al manifestar sus intenciones, el
emisor va a destacar uno de los componentes de la comunicación y va a elegir,
en función de ello, un tipo de texto que le permita comunicarse. Por ejemplo,
cuando quiera transmitir información, va a centrarse en el referente y elegirá
un tipo textual informativo.
Utilizar la función adecuada para cada situación comunicativa es un recurso que permite que la comunicación sea eficaz.
Tipos de funciones
Mediante la función referencial el emisor transmite
información (datos, hechos, ideas) Se centra en el referente o tema del
mensaje, es decir, en la realidad externa a la comunicación. Se utiliza en
textos que transmiten información o conocimientos como los textos de estudio,
los diarios o las revistas. En ella, predominan el uso de la tercera persona
gramatical, las oraciones enunciativas, el modo indicativo y el lenguaje
objetivo. Por ejemplo: Un volcán es una
estructura geológica.
Si el emisor
está interesado en captar la atención de su destinatario o convencerlo de que
haga o piense algo, utiliza la función
apelativa del lenguaje. Esta se caracteriza por el uso de la segunda
persona gramatical, las formas vocativas, el modo imperativo y las
interrogaciones. Predomina en el discurso político, en avisos publicitarios,
leyes y textos instructivos. Por ejemplo: Probá
el sabor de lo natural
Cuando el
emisor quiere transmitir o comunicar sus emociones o sentimientos, pone en
práctica la función emotiva o expresiva
del lenguaje. Como se refiere a sí mismo, el mensaje está centrado en el
emisor; por lo tanto, utiliza la primera persona gramatical. En su discurso
predomina la subjetividad, que se manifiesta mediante el uso de exclamaciones,
subjetivemas y el modo subjuntivo, entre otros recursos. Suele aparecer en
cartas personales, diarios íntimos y conversaciones cotidianas. Por ejemplo: ¡Qué linda sorpresa!
El emisor
puede tener, también, la intención de crear objetos artísticos mediante las
palabras y, para ello, va a utilizar la
función poética del lenguaje. Esta función se centra en el mensaje mismo y
en sus posibilidades expresivas; predomina en los textos literarios, en las
letras de canciones, en eslóganes publicitarios y en algunos titulares
periodísticos. Se caracteriza por la utilización de recursos expresivos. Por
ejemplo: Para mi corazón basta tupecho,
para tu libertad bastan mis alas.
Otra de las intenciones que puede tener el emisor es reflexionar sobre el lenguaje y sus usos y, para lograrlo, utiliza la función metalingüística. Su interés se centra en la conformación y los usos del código. Por ejemplo: La coma se usa para separar los miembros de una enumeración.
Por último,
cuando el emisor intenta verificar el funcionamiento del canal, o bien habla
sobre un lema sin importancia para mantener la conversación, utiliza la función fática del lenguaje. Al
referirse al canal, se expresa mediante frases de constatación o verificación.
Por ejemplo: ¿Estás ahí? Te escucho muy
mal.
Como las
funciones del lenguaje son una abstracción teórica, los tipos textuales
utilizados por los hablantes son los que las manifiestan. La elección de una u
otra función del lenguaje no es consciente, pero sí lo es el tipo de texto con
el que se buscará transmitir esa función.
Aunque es
frecuente que en cada tipo textual se encuentre más de una función del lenguaje
en simultáneo, siempre habrá una función predominante. Por ejemplo, en una
novela (que pertenece al tipo textual narrativo), predomina la función poética
del lenguaje, pero el narrador puede incluir diálogos en los que los personajes
utilicen cualquiera de las otras funciones. Puede incorporar información y
utilizar la función referencial, reflexionar sobre el uso de la lengua poniendo
en práctica la función metalingüística o transmitir emociones con la función
expresiva.
De igual
forma, cuando el emisor elige un tipo de texto para manifestar su in-tención,
dicho texto va a estar conformado por una trama textual predominante. Tener en
cuenta la relación entre función y trama es muy importante a la hora de
interpretar la intencionalidad de un texto. Por ejemplo, si la intención del
emisor es persuadir al destinatario, la función del lenguaje predominante en su
mensaje será la apelativa, que busque captar su atención y convencerlo, y
seleccionará un tipo textual en el que predomine la trama argumentativa.
ACTIVIDADES Y GUÍA DE LECTURA:
Ver para
escribir: dos variedades para un mensaje
Para elaborar
un mensaje, se utiliza un código, o sistema de signos, como es la lengua. En la
lengua pueden reconocerse distintos registros (variedades que dependen de la
situación comunicativa) y lectos (variedades que dependen de las
características del hablante).
- Observen la imagen. Supongan que la chica debe faltar a su trabajo porque se encuentra enferma y decide enviarle un mensaje de texto a un compañero para avisarle. ¿Cómo será el mensaje? ¿Qué códigos podría utilizar?
- ¿Qué variedades de la lengua estarán presentes en el mensaje? ¿Cómo será el registro y el idiolecto que utilizará?
- Si luego enviara un correo electrónico al departamento de Recursos Humanos de su lugar de trabajo para avisar de la enfermedad, ¿cómo cambiaría el mensaje? ¿Qué características permanecerían igual?
- Escriban ambos mensajes en sus carpetas e indiquen en los textos qué variedades de la lengua pueden reconocerse.
Fuente:A A.VV:
Prácticas del Lenguaje 3, Ed. Estrada, Buenos Aires, 2017.
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