Análisis de
El extraño caso del Doctor Jekyll y el Señor Hyde de Robert Louis Stevenson
Narradores-personajes-descripción
y función de espacios-diálogos- La
estructura, entre el enigma y el suspenso-las cartas- Los
elementos fantásticos- Los
elementos policiales.-Las
explicaciones psicoanalíticas
El narrador
de El extraño caso del Doctor Jekyll y el Señor Hyde refiere los hechos
en tercera persona, desde el punto de vista de uno de los personajes, el
abogado Utterson. Este tiene un testamento de su amigo Jekyll que beneficia a
Hyde (un sujeto desconocido por el abogado), ha escuchado una historia cruenta
de Hyde que le ha contado Enfield y conoce la crítica de otro amigo, el
doctor Lanyon, sobre las prácticas médicas de Jekyll.
Las
preocupaciones, las fantasías, las sensaciones, los pensamientos, las
conjeturas del abogado desfilan ante los ojos del lector, que sigue los hechos
a través del punto de vista del personaje.
Utterson
conoce solamente algunos aspectos de la historia de Jekyll y Hyde y, por lo
tanto, el lector recibe la información en forma parcial. Muchas preguntas se
hace el abogado y comenzará a formularse también el lector: ¿Quién es Hyde?
¿Por qué el médico quiere dejarle su fortuna? ¿Por qué en el testamento se
habla de desaparición? ¿Qué sucede en la casa del doctor Jekyll, a puertas
cerradas? Los enigmas se multiplican a medida que avanza el relato: los sucesos
que presencia Utterson o aquello que averigua no logran contestar los
interrogantes. El misterio cubre, entonces, los hechos y las actitudes.
Las piezas del rompecabezas
La novela
revela poco a poco la existencia de una historia secreta que intenta
reconstruir Utterson y de la cual solo conoce algunos retazos. Otras miradas se
entretejerán con las del abogado para recuperar todos los detalles necesarios.
El relato
refiere algunas breves apreciaciones que no corresponden a Utterson, pero que
permiten presentarlo. Cuenta, por ejemplo, lo que la gente decía de él y de
Richard Enfield, con quien salía a caminar.-
Quienes se los habían cruzado en sus caminatas
dominicales decían que no hablaban, que se los veía notoriamente aburridos y
que mostraban un evidente alivio ante la aparición de un amigo. Pese a lo cual
los dos le daban la mayor importancia a esas excursiones, las consideraban el acontecimiento
principal de sus semanas...
La novela
también incorpora la narración de hechos que no ha presenciado Utterson, y que
conoce a través de lo referido por otros personajes. La historia del asesinato
de Carew llega al abogado por el testimonio de una criada. En este caso, el
narrador en tercera persona aclara que lo expuesto sobre el suceso corresponde
a la versión de la mujer:
Una criada que vivía sola en una casa no lejos
del río había subido a su dormitorio a acostarse hacia las once. (...) se sentó
sobre su baúl, que estaba junto a la ventana, y se quedó allí perdida en una
ensoñación. Nunca (decía entre lágrimas cuando narraba la experiencia), nunca
se había sentido más en paz con la humanidad (...) Y cuando estaba allí
sentada advirtió...
En la mayor
parte de los casos, el narrador prefiere reproducir textualmente lo que afirman
otros personajes y, entonces, aparecen:
Las escenas dialogadas. En ellas,
Utterson toma conocimiento de hechos de los que no ha participado, a partir de
lo que cuentan y comentan sus interlocutores:
Enfield y el abogado iban por la acera opuesta,
pero cuando llegaron frente a la puerta, el primero alzó su bastón y la señaló:
-¿Alguna vez prestó atención a esa puerta?
-preguntó, y cuando su acompañante hubo respondido afirmativamente, siguió:- La
asocio con una historia muy curiosa. -¿Sí? -dijo Utterson, con un ligero cambio
de voz - ¿Qué historia? -Bueno, fue así...
Los diálogos reponen información que desconoce el
abogado y van llenando los vacíos de la historia de Jekyll.
Las cartas. En ellas, los participantes de los hechos
misteriosos cuentan lo que sucedió, develan los interrogantes o generan nuevas
expectativas:
Mi querido
Utterson: Cuando esto caiga en sus manos, yo habré desaparecido, no alcanzo a
prever en qué circunstancias, pero mi instinto y todo lo que rodea a mi
insólita situación me dice que el fin es seguro y no tardará. Lea en primer
lugar el relato que Lanyon me advirtió que había puesto en sus manos; y si
quiere saber más, lea la confesión de su indigno y desdichado amigo
Henry Jekyll
Cuando LJtterson lee esta carta, Jekyll ha
desaparecido y todo hace prever que algo terrible le ha sucedido. Lejos de
develar el misterio, la esquela genera más preguntas: ¿cómo sabía
Jekyll que iba a desaparecer? ¿Por qué desapareció? ¿La desaparición significa
su muerte? ¿Por qué se califica como amigo indigno? Solamente cuando se hayan
leído las otras dos cartas anunciadas, todas las preguntas tendrán respuesta.
La estructura, entre el enigma y el suspenso
A partir de una serie de elementos que despiertan la
sospecha de Utterson, en relación con la vida de su amigo Jekyll, el abogado
emprende una investigación con el fin de explicar los enigmas. El lector sigue
con curiosidad la búsqueda de datos e intenta, por su parte, reconstruir la
historia secreta. La pesquisa es efectiva y el investigador, un buen
observador, reconoce los indicios cuyos significados ocultos eliminarían las
dudas, pero la interpretación es incorrecta.
El relato muestra aquí y allá, entremezclados en la
investigación mencionada, hechos, situaciones y actitudes que anuncian efectos
no deseables para los personajes. Por ejemplo, la visión del rostro de Hyde
produce una sensación inexplicable de desagrado, horror y temor que predice
consecuencias poco felices para Jekyll.
El interés del lector está, en este caso, dominado
por lo que sucederá en el futuro de la historia: sabe que algo ocurrirá,
aunque no puede adivinar exactamente de qué se trata. El texto produce cierta
tensión en el lector que se sostiene por el suspenso, por la espera de lo
inevitable.
Los
espacios
cumplen un papel importante en el relato. Observen la descripción de una calle
de Londres:
...en un
barrio muy populoso de Londres. La calle era estrecha, y de las llamadas
tranquilas, aunque en los días de semana zumbaba de actividad. Sus habitantes
parecían estar todos en buena posición, y todos confiaban en mejorarla con el
tiempo, y utilizaban en embellecimiento el excedente de sus ganancias; de modo
que los escaparates se alineaban con un aire invitante, como hileras de
vendedoras sonrientes. Hasta en domingo, cuando velaba sus más floridos
encantos y quedaba relativamente vacía de peatones, la calle brillaba en
contraste con su deslucida vecindad, como una fogata en un bosque; y con sus
postigos bien pintados, sus bronces pulidos, su limpieza y su nota alegre,
atraía al instante la mirada complacida de un paseante.
En el mundo construido por la novela, donde las
apariencias tienen un gran valor, los espacios (interiores y exteriores) se
caracterizan por lo que muestran y lo que ocultan. Los espacios hablan de los
personajes, de sus acciones, de sus valores. La calle manifiesta la posición
económica de sus habitantes y revela su concepción de belleza, basada en la
limpieza, el orden, la prolijidad.
El espacio descripto en el fragmento anterior
contrasta con el edificio de la calle lateral;
... un edificio
de aire siniestro proyectaba su alero sobre la calle. Era una casa de alto, sin
ventana, y nada más que una puerta sobre la que se alzaba un frente ciego de muro
descolorido; en todos sus rasgos mostraba las señas de una negligencia
prolongada. La puerta, que no tenía ni timbre ni llamador, estaba ampollada y
descolorida. El umbral servía de refugio a vagabundos, que encendían sus
cerillas en la madera de la puerta...
Las puertas y ventanas se mencionan insistentemente
en el texto, porque descubren o encubren el interior con el que comunican.
Hacia adentro, las casas protegen la intimidad de sus habitantes. En ellas,
algunos lugares corresponden a la vida social compartida y son frecuentados
por amigos; otros pertenecen exclusivamente a la privacidad de su ocupante,
como el despacho del doctor Jekyll, en la parte superior del laboratorio. En
unos y otros podrán encontrarse objetos que describen las costumbres sociales
del personaje o los hábitos y gustos personales no confesados. Los cuartos que
dan al frente de la casa de Jekyll constituyen el espacio de la faceta pública
del doctor. Por el contrario, las habitaciones del fondo, separadas de la
vivienda y con comunicación hacia una calle lateral, son el ámbito de la vida
ocultada por Henry Jekyll.
Los acontecimientos
transcurren en espacios públicos, donde los personajes ostentan su prestigio y
buen nombre, y privados, donde se protege la intimidad. En las calles, y a la luz del día o en una noche
diáfana, los caballeros cuidan las normas de conducta y cortesía. En el
interior de sus casas, y especialmente en las habitaciones personales, guardan
los secretos. Investiguen cuáles eran los rasgos de la sociedad victoriana
inglesa y relacionen la información que encuentren con el universo que pinta la
novela.
Los espacios se describen también a partir de
estados particulares, temperaturas y grados de visibilidad, que crean
atmósferas o climas. La brillante calle de Londres puede transformarse en un
espacio amenazador, bajo el efecto de la niebla o la oscuridad de la noche. El
frío laboratorio del doctor Jekyll adquiere una atmósfera de calidez, gracias
al fuego encendido y a pava humeante, lista para servir el té. Los climas o
atmósferas colaboran con la construcción del misterio y del suspenso,
como puede observarse en el fragmento que sigue:
Era una noche
fría y poco acogedora, propia del mes de marzo, con una luna pálida tendida de
espaldas como si el viento la hubiera volcado, y celajes móviles de la textura
más diáfana. El viento volvía difícil la conversación, y hacía afluir la sangre
a la cara. Parecía haber barrido a los peatones hasta dejar las calles
insólitamente vacías; Utterson creía no haber visto nunca tan desierta esa
parte de Londres. Podría haber deseado que fuera distinto; nunca en su vida había
sentido un anhelo tan fuerte de ver y tocar a su prójimo; pues, por más que la
combatiera, se había despertado en su mente una aplastante premonición de
calamidad.
En algunos casos, los elementos propios de una
atmósfera invierten su significado a partir del estado del personaje que se
encuentra inmerso en ella. En el fuego encendido de una sala las llamas pueden dejar de representar la calidez
del espacio protegido y volverse amenazantes bajo la mirada de un personaje
perturbado.
Los personajes
La novela transcurre en la ciudad de Londres, pero
se circunscribe a un ámbito más reducido en el que todos los personajes se
conocen: el círculo de amigos de Utterson, "los de su sangre, o los
conocidos de su juventud", aquellos afectos que, "como la hiedra,
eran fruto del tiempo". Los personajes de este ámbito construyen un
universo ficcional habitado por hombres. Las únicas mujeres mencionadas son
criadas que tienen una participación mínima en la historia.
El personaje es presentado en varias oportunidades
desde el punto de vista de distintos personajes. En todos los casos se lo
caracteriza a partir de las sensaciones, los sentimientos y las impresiones que
produce en quienes lo observan. Por otra parte, todos coinciden en que no
existen palabras que puedan describir el aspecto extraño y siniestro de Hyde.
Es que él evidencia o descubre zonas que habitualmente no están al alcance de
la vista y cuya revelación inquieta a los que las perciben.
Los elementos fantásticos. El relato participa también de lo fantástico. En un
mundo verosímil, parecido al que habita el lector, sucede un hecho que no
tiene explicación, dentro de lo que los hombres consideran como natural.
Los elementos policiales. Al comenzar el relato, el abogado Utterson
sospecha que ha habido un delito (una extorsión), cuyo culpable es Hyde, y una
víctima, que es Jekyll. Sin embargo, no puede afirmarlo con certeza. Por lo
tanto, inicia una investigación para recabar indicios que le permitan
responder sus dudas. Este tipo de armado del texto lo acerca a las novelas
policiales, aunque el investigador no logre despejar los interrogantes. La
reconstrucción de los hechos es realizada por otros personajes, Lanyon y
Jekyll, en términos inesperados para Utterson: el supuesto culpable, si bien
ha cometido otros crímenes de los cuales se cuenta solamente uno en la novela,
no ha delinquido en los términos que cree el abogado; y es el producto de los
experimentos de Jekyll, que solamente es víctima de sus deseos inconfesables.
Las explicaciones científicas. Ninguna interpretación lógica o sobrenatural
explica completamente los sucesos extraordinarios. La incertidumbre respecto
del origen de estos hechos se mantiene, a pesar de que se develen las
incógnitas. La explicación final que reconstruye la historia completa atribuye
la transformación de Jekyll a un experimento científico y le otorga al relato
algunos matices de las novelas de ciencia ficción.
El preparado químico otorga un sustento científico a
lo sucedido: pero el texto no centra la justificación de los acontecimientos en
el experimento. La pócima libera una de las facetas de la personalidad de
Jekyll, que pugnaba por manifestarse antes de que tomara el brebaje y que, con
el tiempo, comienza a rebelarse y a actuar sin necesidad de que el brebaje
colabore. Por otra parte, el doctor ha conseguido su objetivo gracias a un
error irrepetible. La impureza de las primeras sales empleadas no puede
reproducirse y lo que aparentaba ser el hallazgo científico de un estudio
sistemático no es más que un producto del azar.
Las explicaciones psicoanalíticas. La crítica psicoanalítica interpreta la duplicidad
de la personalidad de Jekyll y su desdoblamiento como una ficcionalización de
conceptos que, posteriormente, aparecen en el desarrollo teórico de Sigmund
Freud. Observen la siguiente cita de Lo inconsciente, de Freud:
Tanto en los
sanos como en los enfermos surgen con frecuencia actos psíquicos cuya
explicación presupone otros de los que la conciencia no nos ofrece testimonio
alguno. Actos de este género son no solo los actos fallidos y los sueños de
los individuos sanos, sino también todos aquellos que calificamos de un
síntoma psíquico o de una obsesión de los enfermos. Nuestra cotidiana
experiencia personal nos muestra ocurrencias cuyo origen desconocemos y
conclusiones intelectuales cuya elaboración ignoramos. Todos estos actos
conscientes (...) quedarán ordenados en un conjunto coherente e inteligible si
interpolamos entre ellos los actos inconscientes que hemos inferido.
En Obras completas. Madrid, Biblioteca Nueva, 1972.
Según la teoría de Freud, se encuentran, en el
sujeto, actos conscientes y actos inconscientes. Muchos actos que para el sujeto
resultan inexplicables adquieren una nueva significación a la luz de lo
inconsciente. Estos conceptos justificarían los impulsos contradictorios que luchan
en el interior de Jekyll y que él no puede explicar.
El psicoanalista argentino David Krapf dice en su
artículo "El extraño caso del Doctor Jekyll y el Señor Hyde, no tan
extraño para el psicoanálisis":
Si bien la
terminología psicoanalítica ha cambiado la palabra "doble" por la de
"neurosis" y, en este caso específico, por "neurosis
obsesiva", nadie puede negar la increíble cercanía teórica de Stevenson
con Freud, cuando define: "el hombre en realidad no es uno, sino dos (...)
me atrevo a adivinar que algún día el hombre será conocido como una
multiplicidad de forasteros, independientes, incongruentes y
polifacéticos".
En esta línea, la confesión de Jekyll puede leerse
como el relato de un paciente que, en un primer momento, supone que desde el
"yo" puede dominar lo que le causa dolor y repulsión pero que, a
medida que avanza el relato comienza a sospechar de una fuerza que le
pertenece pero que no reconoce como propia de su "yo", es más, que
detesta y ama al mismo tiempo, contradiciendo las normas de la lógica clásica.
El relato, sin embargo, excede todas las interpretaciones
y la construcción psicológica del personaje es solamente uno de los aspectos
posibles del análisis. El señor Hyde, con su aspecto repulsivo y diferente del
de Jekyll, con sus reacciones descontroladas y con la marca de Satán en su
cara, escapa a todas las definiciones y mantiene latente la posibilidad de que
los acontecimientos narrados no se ajusten a ninguna explicación.
Cierto, la novela de Stevenson (1850-1894) se presenta como una indagación de la mente humana, una búsqueda del bien y el mal en nosotros.
ResponderEliminarEl trastorno de identidad disociativo (antes llamado personalidad múltiple) consiste en la presencia de dos o más identidades o estados de la personalidad.
La disociación es un estado en el que una persona se separa de la realidad. No es lo mismo que nos ocurre en la vida diaria, cuando estamos concentrados en algo y “olvidamos” nuestro entorno o cuando soñamos despiertos.
Jekyll va descubriendo que el hombre “no es realmente uno, sino dos” .Él está dividido porque estaba “identificado de un modo radical con las dos”, aunque él “soñara despierto con el pensamiento de la separación de ambos elementos”. En efecto, “si fuese posible aposentar cada uno de esos elementos en entes separados, que daría con ello la vida libre de cuanto la hace insoportable; lo pecaminoso podría seguir su propio camino, sin las trabas de las aspiraciones y de los remordimientos de su hermano gemelo más puro” (p. 103).
Así, bajo el manto de la parte mala, Jekyll comete sus fechorías.
Aristóteles decía que el hábito nos hace buenos (o malos). Solo practicando actos de bondad conseguimos ser buenos. En el caso de Jekyll, Hyde ha cometido demasiadas maldades como para que su alma puede recobrar la bondad.
Un cuento potente que debería ayudarnos a plantear en qué medida mostramos nuestro lado oscuro...
Comparto con vosotros un audiolibro de El extraño caso del doctor Jekyll y mister Hyde, de Robert Louis Stevenson.
ResponderEliminarEspero que os sirva de ayuda, especialmente a todos aquellos que tengan dificultades para leer.
https://audiolibrosencastellano.com/novela/audiolibro-completo-extrano-caso-del-dr-jekyll-y-mr-hyde-robert-louis-stevenson-1886
Un saludo :)