CERVETERI:
UN TUMULO DE LA NECROPOLIS. Siglo VII.
La
primera arquitectura en Italia: la aportación etrusca
El pueblecito de
Cerveteri (el nombre deriva del latino Caere y significa Caere vieja), situado
entre el lago de Bracciano y el mar, no puede dar una idea, por sus
extensiones limitadas, de la imponente ciudad etrusca que aquí se encontraba.
Caere era uno de los mayores
centros de la dodecápolis de Etruria, y debía su riqueza, sobre todo, a la
explotación y el comercio de los metales en que abunda la región y la vecina
isla de Elba; como Tarquinia, o Spina en el Adriático, fue frecuentada muy pronto por
los mercantes griegos, que abrieron allí sus emporios.
La necrópolis de Caere es
muy extensa y tanto más interesante por encerrar material arqueológico desde
la Edad de Hierro hasta los tiempos romanos. Así se ha podido establecer que en
ella, como en Tarquinia y en otras ciudades etruscas, convivieron
originariamente poblaciones que practicaban el rito de la incineración y
pertenecientes a la denominada civilización villanoviana, con gentes que,
según el uso de las poblaciones de Italia centro-meridional, inhumaban a los difuntos;
factor éste importantísimo porque demuestra que la civilización etrusca no fue
importada ni floreció con total independencia, sino que fue el producto de una
fusión entre varias culturas.
En la zona explorada de
la necrópolis, que puede considerarse sin duda como una de las localidades
arqueológicas más sugestivas de Italia, se encuentran túmulos grandiosos como
éste, que a veces alcanzan hasta treinta metros de diámetro. El basamento es de
roca y de piedras; y la cobertura externa, de tierra batida; en el interior se
abren una o más celdas talladas en la toba, imitando una habitación privada.
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