Literatura argentina: la Generación del 37
En la librería de Marcos Sastre, un grupo de intelectuales jóvenes
desarrolló durante el año 1837 una serie de reuniones para exponer y discutir
temas de interés general. El liderazgo indiscutible de Echeverría permitió que
esos encuentros delimitaran progresivamente un núcleo de preocupación
política, en la línea indagatoria que el propio Echeverría venía estructurando
desde su larga estadía en Francia, en los años 1825-1830.
Clausurado el
"Salón Literario" de Sastre, pocos meses después, por el enrarecimiento
de la atmósfera política en Buenos Aires, muchos de los contertulios del Salón
continuaron sus reuniones en la clandestinidad. En estas condiciones fue fundada
la "Asociación de Mayo" en junio de 1838, y Echeverría, con la
colaboración tangencial de Alberdi, redactó para ella las llamadas Palabras
simbólicas, Credo o Creencia de la Joven Argentina. Casi de inmediato, la
presión de los hechos obligó al exilio a varios de los miembros de la Asociación,
y a partir de entonces, y por el término de más de una década, las Palabras
simbólicas se convirtieron en el repertorio ideológico fundamental de los
expatriados, incluyendo a aquellos que no habían pertenecido a la Asociación
primitiva.
En 1846, Echeverría publicó el Dogma socialista, una suerte de ahondamiento pedagógico y doctrinario
en las 15 palabras o enunciados del documento original, mientras Alberdi, Gutiérrez,
Sarmiento, Vicente Fidel López difundían en el extranjero los objetivos de su
oposición al gobierno de Rosas y ajustaban una interpretación personal de los
principios sustentados en el Credo.
La búsqueda de un sistema institucional que
pudiera superar la vieja antinomia unitarios-federales, y la lucha frontal
contra el régimen rosista, absorbieron todo el interés de los emigrados. La
literatura de esos años refleja una intensa preocupación por esos temas, y el
carácter casi excluyente con que los mismos fueron frecuentados hasta mucho
después de la caída de Rosas (1852), y el real comienzo de aplicación de las
ideas defendidas en el exilio. El Dogma socialista de Echeverría; las Bases (1852)
y las Cartas quillotanas( 1853) de Alberdi; Facundo ( 1845), Campaña en el
Ejército Grande(1852)y Las ciento y una ( 1853) de Sarmiento; Amalia(1851) de
Mármol, son, probablemente, las obras que mejor representan el espíritu de esta
generación, y las que señalan sus más visibles derroteros.
Fuente: Prieto,
Adolfo: Diccionario básico de literatura argentina; Bs.As., Capítulo, 1968