Jorge Luis Borges : El universo como
caos y la existencia como azar
El universo como
caos
La visión del
universo, en Borges, es la de un caos azaroso, incomprensible, en el cual el hombre se debate sin posibilidades
de hallar en él un orden que se ajuste exactamente a su naturaleza (que no
podrá conocer, claro está).
Esa realidad
monstruosa y caótica ha sido ejemplificada por Borges en La Biblioteca de Babel, donde el universo está simbolizado
en una biblioteca infinita, edificio exagonal como una torre sin término, que
contiene todos los libros, pero cuyo sentido, cuyo significado final escapa a
quienes la recorren y escudriñan anhelosamente. Y el desorden irracional que
en ella impera se corresponde con el del mundo todo. La arquitectura del
edificio, sus espejos, las innumerables galerías exagonales, los pozos
infinitos, Dios, que está oculto bajo las formas del círculo y la esfera, son
también un símbolo de esa inalcanzable realidad que nos rodea. Porque el mundo
es un caos que no puede ser reducido a ninguna ley comprensible para el hombre.
Ese es el sentido del palacio inconmesurable que habita el Minotauro en "La casa de Asterión", que es
un laberinto.
El laberinto, en Borges, es un motivo
repetido que reaparece en varias de sus ficciones. Por una parte representa
alegóricamente el universo; por la otra apunta a la imposibilidad humana de comprenderlo.
Estamos
en un mundo creado por dioses que son los únicos que podrán comprenderlo. Esto
ha sido muy claramente explicitado por Borges al describir el palacio de los
Inmortales en su admirable relato "El
Inmortal":
"la nítida
Ciudad de los Inmortales me atemorizó y repugnó. Un laberinto es una casa labrada
para confundir a los hombres, su arquitectura, pródiga en simetrías, está
subordinada a ese fin. En el palacio que imperfectamente exploré, la
arquitectura carecía de fin. Abundaban el corredor sin salida, la alta ventana
inalcanzable, la aparatosa puerta que daba a una celda o a un pozo, las
increíbles escaleras inversas, con
los peldaños y la balaustrada hacia abajo... la desatinada ciudad que yo
recorrí": suerte de parodia o reverso y también templo de los dioses irracionales que manejan el
mundo "y de los que nada sabemos,
salvo que no se parecen al hombre..."
Esta idea aparece también expresada
conceptualmente en Otras inquisiciones:
"La imposibilidad de penetrar el esquema divino del universo no
puede, sin embargo, disuadirnos
de planear esquemas humanos, aunque nos conste que estos son provisorios".
La existencia como azar
Esta visión del universo, escéptica y
cargada de irracionalidad, se conjuga con una semejante referida a nuestra
existencia y nuestro destino como hombres. Es muy difícil que podamos conocer
con exactitud la realidad del mundo, pero también la realidad de nuestras
vidas, el sentido de ellas, la diferencia entre el Bien y el Mal.
Este pensar la vida humana como sometida a
un hado incognoscible e indomeñable ha sido magistralmente concretado en La lotería en Babilonia. Allí nos
enteramos que la pasión por el juego de los babilonios lleva a los
organizadores a introducir en los premios no solamente el dinero, la fama, el
poder y la gloria, sino también la muerte, el escarnio, la derrota y la
pobreza. Así, el triunfo o la desgracia dependen de poderes ocultos,
inalcanzables (la Compañía), que decretan la suerte que nos tocará en los
juegos. Al final del cuento advertimos que estamos leyendo una alegoría de
nuestra propia existencia, del caótico azar que nos rodea y gobierna.
Esta concepción del propio destino como
sujeto al laberíntico universo, también ha sido conceptualmente expresada por
el autor, en Discusión: "Yo
creo que en el impensable destino nuestro, en que rigen infamias como el
dolor carnal, toda estrafalaria cosa es posible, hasta la perpetuidad de un
Infierno”.
La idea de que el destino no depende de
nosotros está magistralmente expresada ya en uno de los cuentos de Historia
universal de la infamia. Y tiene una magnífica versión individual en
"El muerto". El
protagonista triunfa, logra el poder, el amor y el éxito, para descubrir al
final que todo ha sido una burla siniestra; lo han dejado llegar a la felicidad
para después matarlo.
fUENTE: CEAL (Centro Editor de América Latina ) nº 48. BUENOS AIRES, 1968.
This seems to be about Borges, not by Borges. Do you know who wrote this?
ResponderEliminarAt the end of the published article the source appears, that is, who wrote it, I repeat: fUENTE: CEAL (Centro Editor de América Latina ), Fascículo nº 48, BUENOS AIRES, 1968.
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