Qué es una cosmovisión en
la literatura
Una cosmovisión
consiste en las nociones (creencias, pensamientos, etc.) con las que un
individuo, una cultura determinada o un momento histórico particular analiza y
describe los diversos aspectos de la vida: políticos, científicos,
filosóficos, teológicos, etc.
En el caso de la
literatura, ese conjunto de nociones permitirá un ordenamiento de los textos
que el ser humano emplea para configurar su comprensión del mundo. Los textos
así ordenados responden a esa forma de comprender la realidad y, a la vez,
proyectan una nueva luz para retroalimentar ese ordenamiento de lo existente.
Por ejemplo, Edipo rey, de Sófocles, es un texto que plantea una visión del mundo trágica, ya
que desarrolla el enfrentamiento infructuoso de un individuo con su destino;
pero a la vez, lo que se lee en la obra enriquece o modifica la propia
cosmovisión trágica del lector.
Las posibilidades de
organizar los textos en cosmovisiones son variadas: mítica, épica, trágica,
realista, fantástica, cómica. Como podrá observarse, las diferentes variables
tienen en cuenta diversos aspectos: a veces, una determinada forma de
representar el mundo; en otros casos, ciertas constantes ligadas al género,
pero siempre brindan una forma de entender e interpretar la experiencia.
La cosmovisión mítica: características
La cosmovisión mítica permite agrupar todos aquellos textos que
brindan una explicación "sagrada" que está más allá de la lógica
racional sobre la existencia del mundo, de los hombres, de la vida natural y
social.
Las historias narradas
suelen ser de carácter sagrado, ejemplares y significativas. Son sagradas,
porque forman parte de las creencias del pueblo; ejemplares, porque funcionan
como ejemplo para que los hombres se comporten de una determinada manera; y
significativas, porque dan a esa cultura la razón de ser de su existencia.
Los mitos permiten
entender la creación primera: la del universo. Rememoran brevemente los
momentos esenciales de la creación del mundo, el comienzo absoluto de todo lo
existente; pero también plantean un posible fin de la realidad, que siempre
implica un nuevo comienzo. Los cataclismos míticos narran cómo los dioses
castigan al hombre con la destrucción total, excepto por una pareja humana
que es salvada para asegurar una nueva refundación.
La cosmovisión mítica
nos permite comprender la visión del mundo que han tenido los hombres a lo
largo del tiempo, las verdades que han mantenido viva a la humanidad; nos
ayuda a entender nuestras raíces y los valores que todos los hombres —de una u
otra forma— compartimos, más allá de nuestras específicas creencias.
La cosmovisión épica: características
La cosmovisión épica propone una visión del mundo centrada en la
figura de un héroe cuyas hazañas y cualidades —físicas y morales— se resaltan.
El héroe es un ser humano, a veces hijo de un dios, que se diferencia de los
otros mortales. Por lo general, se distingue del común de los hombres por su
fuerza, su coraje, su determinación, su lealtad y su inteligencia. El héroe
representa una guía para el pueblo y pone en juego las cualidades de un gran
jefe.
Los textos que pertenecen a esta cosmovisión proponen que el héroe se
templa a través de una serie de pruebas que lo desafían, y que debe superar
para su propia transformación y la de su pueblo.
El periplo de este personaje puede leerse como modelo de la existencia
humana ya que los hombres, día a día, se ven enfrentados, en la vida
cotidiana, a pruebas que deben superar para crecer y transformarse. De esta
forma, el héroe funciona no solo corno modelo social —en tanto representa los
valores de peso para la sociedad que relata sus hazañas—, sino también como
ejemplo de vida, va que es un individuo que no se detiene ante las
adversidades.
El viaje heroico es una puesta en movimiento del héroe desde un punto
de partida problemático hacia un punto de llegada que simboliza el triunfo
sobre las dificultades planteadas, y una nueva situación personal o social para
el individuo.
La cosmovisión trágica
La cosmovisión trágica propone una mirada ligada a los hechos
terribles e irreparables que arrasan con la vida humana. Ciertas
circunstancias dolorosas —la guerra, la enfermedad, la muerte— parecen
enfrentar al hombre con sus propios límites, lo dejan inerme, sin posibilidad
de reaccionar y con la sensación de que nada de lo que pudiera hacer modificaría
lo que le sucede.
Sostiene la escritora española Rosa Montero (1951), en su libro La
ridicula idea de no volver a verte (Seix Barral, 2013), que lo trágico es
un "dolor que es tan grande que ni siquiera parece que te nace de dentro,
sino que es como si hubieras sido sepultada por un alud”. De eso se trata la
cosmovisión trágica que nos permite agrupar no solo aquellos textos que se
denominan, genéricamente, tragedias —las griegas, las de Shakespeare,
las de los autores clásicos franceses, entre otras—, sino también textos
poéticos, como las elegías, poemas de amor desesperados, y textos narrativos
que plantean lo inexorable del sufrir que marca el devenir de una vida de ficción.
El cine también permite la agrupación de sus obras en cosmovisiones.
Así, Apocalypto (2006), ambientada en la cultura maya, narra el
rito de la guerra florida y el declive de la civilización americana; plantea
una cosmovisión mítica de la realidad.
La película 300 (2007) reproduce el episodio histórico
en que los espartanos se enfrentan a los persas. Esta película podría ser agrupada
junto con otras dentro de la cosmovisión épica. La elegancia del erizo (2009)
narra el encuentro de un hombre y una mujer maduros que descubren el amor,
hasta que un accidente acaba con la vida de uno de ellos. La cosmovisión
trágica es mostrada en este filme a través de una niña muy particular.
Fuente: AA.VV, Activados 5,
Puerto de Palos, Buenos Aires, 2014
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