El mundo de las palabras. La comunicación como hecho total
La lectura de distintos signos es
una constante en nuestras vidas. Codificamos y decodificamos diariamente un
sinnúmero de mensajes conformados por signos que, a su vez, no son estables y
varían en las distintas épocas y comunidades.
Los usos y costumbres de cada
sociedad intervienen en las variaciones que se producen en los códigos. De
igual forma, estos sufren el impacto de los desarrollos tecnológicos que
introducen nuevos signos en la dinámica discursiva: palabras, imágenes, iconos,
etcétera. Así, se va conformando un modelo comunicativo que agota las distintas
posibilidades expresivas en un mensaje "total": nos permite
escucharnos, leernos y vernos en cualquier momento y lugar.
(In) comunicaciones
En los usos sociales del lenguaje
la comunicación se ve condicionada por factores tales como el nivel
sociocultural, la edad o el lugar de origen de los participantes. Existen
también determinaciones que intervienen en la viabilidad de los intercambios,
como el momento y el lugar donde se producen, o las características
psicológicas de los hablantes. Por lo tanto, un fenómeno aparentemente tan
simple y natural como el de la comunicación puede traer aparejados obstáculos
cuando se pone en práctica y transformarse, por momentos, en incomunicación.
Redes textuales
Cuando nos comunicamos,
manifestamos nuestras intenciones centrándonos en alguno de los componentes de
la comunicación. Por ejemplo, si queremos informar, destacaremos el referente:
y para dar una orden, nuestro interés estará centrado en el receptor. En función
de dicho componente vamos a elegir un tipo textual que nos permitirá
comunicarnos y que deberá, ante todo, ser coherente y presentar una cohesión
interna entre sus elementos. Parece sencillo pero no siempre logramos que
nuestras producciones sean comprensibles; en general, no basta el hecho de
comunicar un contenido, sino que es clave la forma en que lo transmitimos.
De igual forma, todo texto que se
produzca debe ajustarse a una forma de organización o trama, adaptada al
contenido y a la intencionalidad del mensaje. Si bien los textos conviven, cada
uno va a pertenecer a un género discursivo específico asociado a una esfera de
la actividad humana. Los diversos géneros, al vehiculizar los intercambios
culturales, intervienen en la constitución de la identidad de las personas. Y
es en estos intercambios donde se manifiesta, a la vez, el carácter polifónico
de todo enunciado, ya que cuando nos comunicamos dialogamos permanentemente
con otros enunciados, refiriendo o citando las voces de otros.
Entre textos y discursos
Conversen entre todos acerca del
carácter polifónico de la comunicación humana y piensen en ejemplos que den
cuenta de dicho fenómeno.
Los textos conforman una serie
complejamente organizada que refleja la esencia intersubjetiva y polifónica de
la comunicación humana. Al dialogar entre sí, los textos crean distintos
vínculos y establecen relaciones con otras producciones o manifestaciones
culturales.
En definitiva, no existen
enunciados aislados, únicos, originales; cada uno de los textos que se producen
tiene ecos de otros y todos conforman esa gran cadena infinita cuyos
componentes esenciales son los signos, que imitan y se reproducen sin cesar.
El lenguaje es la manifestación
más importante de la conducta humana; sin él, la vida en sociedad y cualquier
forma de cultura serían imposibles. Se trata de una facultad innata compuesta
por la lengua y el habla. La lengua, a su vez, está formada por un sistema de
signos que posibilitan la expresión. Cada comunidad crea sus signos y los
utiliza para comunicarse y organizar su realidad.
• ¿Qué
sucedería si cada integrante de una comunidad inventara un signo diferente para
representar un mismo concepto o idea?
• ¿Qué
condición es necesaria para que se conforme una lengua?
De acuerdo con la perspectiva del
padre de la Lingüística moderna, Ferdinand de Saussure (1857- 1913), los
componentes esenciales del lenguaje son la lengua y el habla.
La lengua es una institución
social que está conformada por un sistema de signos compartidos por una
comunidad. Es, además, algo abstracto: solo se puede concebir en su totalidad,
imaginando la suma de los conocimientos lingüísticos de los hablantes. Al ser
de carácter social, la lengua se aprende, es adquirida y es convencional. Como
es un sistema de signos, permite comunicar ideas y, si bien presenta aspectos
en común con otros sistemas de signos (las señales de tránsito, los signos
matemáticos, etcétera), es el más importante y abarcador de todos. La lengua
acompaña en todo momento a los otros sistemas y permite hablar de ellos.
El habla es el uso que un
hablante hace del sistema de la lengua. Cuando un sujeto hace uso del sistema
lingüístico ante un interlocutor, en una situación y con una intención
determinada, produce un hecho inédito denominado habla. El habla es voluntaria
y constituye la realización concreta e individual de la lengua.
Según Saussure, el signo
lingüístico es un tipo de signo específico que se define como la unión de una
imagen acústica, o significante, con un concepto, o significado.
El significante es la huella
mental que los hablantes poseen del sonido del signo. Por ejemplo, el
significante del signo "árbol" es el "sonido árbol", que
está grabado en la memoria de los hablantes Estos lo conocen sin pronunciarlo
El significado también es psíquico y equivale a la definición del término. El
significado del signo "árbol" no es el árbol real, sino la "idea
de árbol"
No existe ningún lazo natural
entre ambos, su relación es resultado de una convención; por lo tanto, el
signo lingüístico es arbitrario. De ahí que en las distintas lenguas, varíen
los significantes que se refieren a un mismo concepto: árbol, arbre, tree,
baum, albero etcétera.
La lengua como sistema de diferencias
Dentro del sistema de la lengua,
los elementos no se definen por sí mismos, sino a partir de la relación de
oposición que tienen con los demás, denominada valor. Por ejemplo, al nivel del
significante, se reconoce que alguien dice roca porque no dice boca ni foca; y
lo mismo sucede con los significados: roca no es piedra, ni granito. En este
sistema de diferencias, no importan tanto los elementos como las relaciones que
se establecen entre ellos.
Los sintagmas y los paradigmas
En la lengua
existen dos tipos de relaciones. Por un lado, las de combinación, también
llamadas sintagmáticas, se refieren a las que se establecen entre los sonidos
cuando se combinan para formar una palabra, o entre las palabras cuando forman
una frase. El resultado de esta combinación es un sintagma, que se forma
mediante determinadas reglas. Por ejemplo, si un sintagma tiene un sujeto en
primera persona del plural, el verbo va a estar en primera persona del plural
porque tiene un valor diferencial surgido de la oposición con las otras
personas del sistema. Esta relación se da mediante la aplicación de la regla
de concordancia.
Por el
contrario, existen las relaciones de asociación, o paradigmáticas, que se
generan en la memoria de los hablantes. Cada palabra remite a otras a través de
evocaciones mentales que no tienen un orden determinado y son potencialmente
infinitas. Por ejemplo, el significado de rojo puede asociarse a crimen, amor o
envidia pero, en el nivel del significante, es posible asociarlo también con ojo:
abrojo, flojo o despojo. En ambos casos, se conforma una serie llamada
paradigma.
1) Definan
con sus palabras los siguientes conceptos:
Lenguaje - lengua - habla - signo lingüístico -valor - sintagma – paradigma.
2) Expliquen por qué el signo lingüístico es definido como arbitrario y convencional. Compárenlo con signos de otros sistemas.
3) Determinen por qué no constituye un sintagma la expresión: Las casas está ocupado.
4) A partir del ejemplo de roca, piensen otros que den cuenta de que, en la lengua, los elementos no se definen por sí mismos, sino por oposición al resto.
Fuente:A A.VV:
Prácticas del Lenguaje 3, Ed. Estrada, Buenos Aires, 2017.
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