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9 de abril de 2021

¿Qué es un signo lingüístico?

 

¿Qué es un signo lingüístico?

Signo lingüístico: todo aquello que se utiliza en el acto de comunicación en representación de algo que se quiere transmitir, percibir o conservar.

Casi todas las cosas, en cuanto formas sensibles del mundo, son signos ya que pueden aportar una significación: el llanto de un niño, un timbrazo, la niebla, una señal de tráfico, las luces del semáforo. El signo lingüístico es el más utilizado en la comunicación humana, es el elemento esencial: las palabras. El signo lingüístico es una entidad biplana, está formado por significante o expresión y significado o contenido.

El significante del signo lingüístico es el conjunto de los elementos fónicos que lo forman, por ejemplo, el significante de la palabra niño sería n+i+ñ+o, o el dibujo o fotografía de un niño. El significado del signo lingüístico es el concepto o idea que evoca en la mente el significante. El significado de la palabra niño sería el concepto de niño, es decir, el conjunto de características comunes a todos los niños que permite agruparlos como clase. Hay otro elemento, el referente, que es el objeto o entidad real a que el signo remite. Los niños reales constituirían el referente. No obstante, hay signos que carecen de referente, aquellos que expresan relaciones: y, de, más. En otros signos, el referente es imaginario, al no pertenecer al mundo real, sino a un universo creado por el propio signo: extraterrestre, el Lazarillo de Tormes.

CARACTERÍSTICAS DEL SIGNO LINGÜÍSTICO

La  arbitrariedad

  La relación entre el significado es inmotivada o arbitraria. El concepto de la palabra perro se expresa en español por medio del significante perro, pero en otras lenguas, para la misma idea se emplean significantes distintos: chien en francés, dog en inglés, hund en alemán y cane en italiano. Es necesario que los hablantes conozcan los signos que forman el código de la lengua que utilizan como medio de comunicación. Solo las onomatopeyas, número reducido de palabras, cuyo sonido recuerda la realidad a la que se refiere: miau-miau, plaf, tictac..., son muy escasas en la lengua y no son elementos orgánicos del sistema lingüístico, y además, algunas onomatopeyas varían de unas lenguas a otras: quiquiriquí, coquericó, cock-a-doodle do.

Monosemia  
La mayor parte de los signos lingüísticos son monosémicos, para un solo significante hay un solo significado: casa, niño, hombre, aunque también es frecuente encontrar signos, en los que a un significante le corresponden varios significados, o al contrario, a un solo significado le corresponden varios significantes: pluma de ave, pluma de escribir, hoja de libro, hoja de planta, hoja de afeitar. O el significado de la palabra perro puede expresarse con distintos significantes: can, chucho...

Establece un sistema de relaciones

  
Los signos de la lengua se encuentran en interrelación o dependencia; sólo adquieren valor en su relación con otros signos de la lengua. Por ejemplo, lunes adquiere valor por oposición a los otros signos representantes de los días de la semana: martes, miércoles, jueves... Las relaciones que establece un signo con los demás signos de la lengua que podrían aparecer en un contexto, y que no aparecen porque se oponen, por ejemplo: En el jardín crecen las flores, el signo ‘jardín’ se opone a los signos ‘parque’, ‘bosque’... porque tienen valores significativos diferenciados, y de igual manera se opone a jardines por su significado gramatical, singular/plural.

Si las oposiciones son binarias, de dos términos, a uno se le denomina término no marcado y al otro término marcado. El término no marcado es el más amplio, el que comprende al término marcado, que está incluido en el otro: El hombre es bueno por naturaleza, el término no marcado es el singular y el término marcado es el plural, ya que incluye a todos los hombres.

Relaciones sintagmáticas. Son las relaciones que presenta un signo con los otros signos que aparecen en un determinado contexto: El hombre es bueno por naturaleza. En esta frase hay varias relaciones sintagmáticas, las que se dan entre ‘hombre-bueno’, masculino singular y entre ‘hombre-es’, tercera persona y singular. El signo lingüístico es un signo articulado, puede dividirse en unidades más pequeñas, es lo que se conoce como la doble articulación del lenguaje humano, que se dividen, según Martinet, en unidades de la primera articulación y unidades de la segunda articulación. Las unidades de la primera articulación son las unidades más pequeñas con significado en que puede dividirse un signo. Las unidades de la primera articulación son los monemas, que se clasifican en lexemas y morfemas. Los lexemas son los monemas que aportan el significado conceptual: niñ— (o), marc— (a). Los morfemas son los monemas que aportan el significado gramatical (niñ) —o, (marc) —a.

Las unidades de la segunda articulación, son las unidades más pequeñas sin significación en que puede dividirse un signo n/i/ñ/o, m/a/r/c/a. Estas unidades de segunda articulación son los fonemas, que en el español actual son veinticuatro: diecinueve consonánticos y cinco vocálicos. Esta característica del signo lingüístico, la doble articulación, hace que la comunicación verbal sea la más productiva y fácil de comunicación humana, sólo con un número reducido de unidades combinadas se puede transmitir cualquier tipo de mensaje.

CLASES DE SIGNO

  
Los signos pueden ser índices, iconos y símbolos. Según el tipo de vínculo que une al signo con su referente (según la clasificación del semiólogo norteamericano Charles Sanders Peirce).

Índice o indicio es un signo que tiene conexión física con el objeto denotado: el humo, que permite inferir la existencia de fuego. Icono es un signo que hace referencia a su objeto en virtud de una semejanza: un retrato, un dibujo, un mapa, el cine. Símbolo es un signo arbitrario cuya relación con el objeto se determina por una ley o convención previa: los colores de las bandera de un país. Así la bandera roja y amarilla es símbolo de España, porque así se ha convenido. Los emblemas o distintivos de los partidos políticos.

Signos naturales y signos artificiales, están basados en una clasificación según la índole del emisor. Signos naturales son los que tienen su origen en fenómenos naturales, humanos o no humanos, aunque casi siempre son índices: el humo, la fiebre, los gestos. Signos artificiales son los creados o fijados expresamente como signos: El alfabeto Morse.

Los signos comunicativos y signos expresivos atienden a una clasificación según la intencionalidad del emisor. Los signos comunicativos son los emitidos intencionadamente y producidos como instrumento artificial. Los signos expresivos son los emitidos de manera espontánea, reveladores de una situación, cualidad, disposición de ánimo...

Por la relación que hay entre el referente y el significante se consideran signos motivados y signos inmotivados; los signos motivados son aquellos en los que se da alguna relación entre el significante y el referente, y signos inmotivados son aquellos en los que no existe relación alguna. Los índices y los iconos serán signos motivados, mientras que un símbolo como la cruz verde, que se identifica con una farmacia, será inmotivado.

Según el modo operativo, según el canal físico utilizado y el aparato receptor humano, se pueden distinguir: signos visuales: imágenes, señales de tráfico, la pantomima, símbolos científicos...; signos fónicos o acústicos: el lenguaje verbal, pitidos, sirenas, golpes...; signos táctiles: caricias, alfabetos...; signos olfativos: olores, perfumes...; signos gustativos: sabores...

Los visuales y auditivos son signos privilegiados en la comunicación humana.

Fuente: Encarta 2000, Microsoft

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