¿Qué
es un signo lingüístico?
Signo
lingüístico: todo aquello que se utiliza en el acto de comunicación en
representación de algo que se quiere transmitir, percibir o conservar.
Casi
todas las cosas, en cuanto formas sensibles del mundo, son signos ya que pueden
aportar una significación: el llanto de un niño, un timbrazo, la niebla, una
señal de tráfico, las luces del semáforo. El signo lingüístico es el más
utilizado en la comunicación humana, es el elemento esencial: las palabras. El
signo lingüístico es una entidad biplana, está formado por significante o
expresión y significado o contenido.
El
significante del signo lingüístico es el conjunto de los elementos fónicos que
lo forman, por ejemplo, el significante de la palabra niño sería n+i+ñ+o, o el
dibujo o fotografía de un niño. El significado del signo lingüístico es el
concepto o idea que evoca en la mente el significante. El significado de la
palabra niño sería el concepto de niño, es decir, el conjunto de
características comunes a todos los niños que permite agruparlos como clase.
Hay otro elemento, el referente, que es el objeto o entidad real a que el signo
remite. Los niños reales constituirían el referente. No obstante, hay signos
que carecen de referente, aquellos que expresan relaciones: y, de, más. En
otros signos, el referente es imaginario, al no pertenecer al mundo real, sino
a un universo creado por el propio signo: extraterrestre, el Lazarillo de
Tormes.
CARACTERÍSTICAS DEL
SIGNO LINGÜÍSTICO
La
arbitrariedad
La relación entre el significado es
inmotivada o arbitraria. El concepto de la palabra perro se expresa en español
por medio del significante perro, pero en otras lenguas, para la misma idea se
emplean significantes distintos: chien en francés, dog en inglés, hund en
alemán y cane en italiano. Es necesario que los hablantes conozcan los signos
que forman el código de la lengua que utilizan como medio de comunicación. Solo
las onomatopeyas, número reducido de palabras, cuyo sonido recuerda la realidad
a la que se refiere: miau-miau, plaf, tictac..., son muy escasas en la lengua y
no son elementos orgánicos del sistema lingüístico, y además, algunas
onomatopeyas varían de unas lenguas a otras: quiquiriquí, coquericó,
cock-a-doodle do.
Monosemia
La mayor parte de los signos lingüísticos son monosémicos, para un solo
significante hay un solo significado: casa, niño, hombre, aunque también es
frecuente encontrar signos, en los que a un significante le corresponden varios
significados, o al contrario, a un solo significado le corresponden varios
significantes: pluma de ave, pluma de escribir, hoja de libro, hoja de planta,
hoja de afeitar. O el significado de la palabra perro puede expresarse con
distintos significantes: can, chucho...
Establece
un sistema de relaciones
Los signos de la lengua se encuentran en interrelación o dependencia; sólo
adquieren valor en su relación con otros signos de la lengua. Por ejemplo, lunes
adquiere valor por oposición a los otros signos representantes de los días de
la semana: martes, miércoles, jueves... Las relaciones que establece un signo
con los demás signos de la lengua que podrían aparecer en un contexto, y que no
aparecen porque se oponen, por ejemplo: En el jardín crecen las flores, el
signo ‘jardín’ se opone a los signos ‘parque’, ‘bosque’... porque tienen
valores significativos diferenciados, y de igual manera se opone a jardines por
su significado gramatical, singular/plural.
Si
las oposiciones son binarias, de dos términos, a uno se le denomina término no
marcado y al otro término marcado. El término no marcado es el más amplio, el
que comprende al término marcado, que está incluido en el otro: El hombre es
bueno por naturaleza, el término no marcado es el singular y el término marcado
es el plural, ya que incluye a todos los hombres.
Relaciones
sintagmáticas. Son las relaciones que presenta un signo con los otros signos
que aparecen en un determinado contexto: El hombre es bueno por naturaleza. En
esta frase hay varias relaciones sintagmáticas, las que se dan entre
‘hombre-bueno’, masculino singular y entre ‘hombre-es’, tercera persona y
singular. El signo lingüístico es un signo articulado, puede dividirse en
unidades más pequeñas, es lo que se conoce como la doble articulación del
lenguaje humano, que se dividen, según Martinet, en unidades de la primera
articulación y unidades de la segunda articulación. Las unidades de la primera
articulación son las unidades más pequeñas con significado en que puede
dividirse un signo. Las unidades de la primera articulación son los monemas,
que se clasifican en lexemas y morfemas. Los lexemas son los monemas que
aportan el significado conceptual: niñ— (o), marc— (a). Los morfemas son los monemas
que aportan el significado gramatical (niñ) —o, (marc) —a.
Las
unidades de la segunda articulación, son las unidades más pequeñas sin
significación en que puede dividirse un signo n/i/ñ/o, m/a/r/c/a. Estas
unidades de segunda articulación son los fonemas, que en el español actual son
veinticuatro: diecinueve consonánticos y cinco vocálicos. Esta característica
del signo lingüístico, la doble articulación, hace que la comunicación verbal
sea la más productiva y fácil de comunicación humana, sólo con un número
reducido de unidades combinadas se puede transmitir cualquier tipo de mensaje.
CLASES
DE SIGNO
Los signos pueden ser índices, iconos y símbolos. Según el tipo de vínculo que
une al signo con su referente (según la clasificación del semiólogo
norteamericano Charles Sanders Peirce).
Índice
o indicio es un signo que tiene conexión física con el objeto denotado: el
humo, que permite inferir la existencia de fuego. Icono es un signo que hace
referencia a su objeto en virtud de una semejanza: un retrato, un dibujo, un
mapa, el cine. Símbolo es un signo arbitrario cuya relación con el objeto se
determina por una ley o convención previa: los colores de las bandera de un
país. Así la bandera roja y amarilla es símbolo de España, porque así se ha
convenido. Los emblemas o distintivos de los partidos políticos.
Signos
naturales y signos artificiales, están basados en una clasificación según la
índole del emisor. Signos naturales son los que tienen su origen en fenómenos
naturales, humanos o no humanos, aunque casi siempre son índices: el humo, la
fiebre, los gestos. Signos artificiales son los creados o fijados expresamente
como signos: El alfabeto Morse.
Los
signos comunicativos y signos expresivos atienden a una clasificación según la
intencionalidad del emisor. Los signos comunicativos son los emitidos
intencionadamente y producidos como instrumento artificial. Los signos
expresivos son los emitidos de manera espontánea, reveladores de una situación,
cualidad, disposición de ánimo...
Por
la relación que hay entre el referente y el significante se consideran signos
motivados y signos inmotivados; los signos motivados son aquellos en los que se
da alguna relación entre el significante y el referente, y signos inmotivados
son aquellos en los que no existe relación alguna. Los índices y los iconos
serán signos motivados, mientras que un símbolo como la cruz verde, que se
identifica con una farmacia, será inmotivado.
Según
el modo operativo, según el canal físico utilizado y el aparato receptor
humano, se pueden distinguir: signos visuales: imágenes, señales de tráfico, la
pantomima, símbolos científicos...; signos fónicos o acústicos: el lenguaje
verbal, pitidos, sirenas, golpes...; signos táctiles: caricias, alfabetos...;
signos olfativos: olores, perfumes...; signos gustativos: sabores...
Los
visuales y auditivos son signos privilegiados en la comunicación humana.
Fuente: Encarta 2000, Microsoft
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