Análisis-resumen de DOÑA ROSITA LA SOLTERA O EL LENGUAJE DE LAS FLORES
Poema granadino del novecientos, dividido en varios jardines, con escenas de canto y baile, de Federico García Lorca
INTRODUCCIÓN
García Lorca es un escritor que ha sentido hondamente la necesidad de la expresión dramática, a pesar de la raigambre lírica de su teatro. Su gran personaje es la mujer y su tema esencial, al cual podrían reducirse todas las variantes que aparecen en sus obras, es el del amor imposible. Una verdadera galería de presencias femeninas, de diversa índole y condición, pero tocadas todas por el común denominador de la frustración afectiva, puebla sus piezas.
Al hombre sólo le da cabida en escena por estricta necesidad y, a veces, hasta lo escamotea y lo elude, como en "La casa de Bernarda Alba".
Federico García Lorca-Autorretrato |
En muchas obras de Lorca predomina el aspecto lírico, manifestado ya a través del verso como forma de toda la pieza (Mariana Pineda), ya a través de la atmósfera poética que comunica una tensión especial al tema y a los personajes, ya mediante la intercalación de importantes motivos liricos -como las nanas en Bodas de sangre o las canciones de las lavanderas en Yerma-,' ricas en elementos simbólicos que constituyen los motivos conductores de las piezas a las cuales pertenecen.
Esta importancia de lo poético no le ha impedido realizar un progresivo avance en el dominio de la técnica de la escena, hasta llegar a un perfecto manejo de las más puras esencias de la tragedia, en la postrera y más lograda de sus obras: La casa de Bernarda Alba.
Análisis del texto : Doña Rosita la soltera
TEMAGarcía Lorca terminó de escribir Doña Rosita la soltera en junio de 1935 y la estrenó el 13 de diciembre del mismo año en Barcelona. El autor cuenta cómo nació la melancólica comedia: "Concebí Doña Rosita en 1924. Mi amigo Moreno Villa me dijo un día: «Te voy a contar la historia bonita de la vida de una flor, la Rosa mutábile, de un libro de rosas del siglo XVIII». Venga. «Había una vez una rosa ... » y cuando acabó el cuento maravilloso de la rosa, yo tenía hecha mi comedia. Se me apareció terminada, única, imposible de reformar."
Esto, unido al conocimiento directo que tuvo el autor de muchos casos similares al que plantea la pieza, dio origen a este drama cuyo tema es un triste producto de la vida provinciana, la "solterona", la mujer llamada "niña" casi hasta su vejez, que ve consumirse su vida en un noviazgo que no se define, en la espera triste y desairada de un matrimonio que no llega. Por el ambiente familiar y social al cual pertenece, lleno de prejuicios y de mojigata cursilería, no ve como digna y aceptable otra salida que seguir aguardando eternamente una decisión que nunca se concretará, mientras la dolorosa angustia de la frustración va impregnando poco a poco su espíritu hasta destruirla.
ESTRUCTURA
La obra se divide en tres actos, cada uno de los cuales corresponde a uno de los tres tiempos habituales en una pieza teatral tradicional:
1) Primer acto: exposición
En el primer acto se presenta a los principales personajes del drama y se plantea el conflicto central: el novio de Rosita debe emprender un largo viaje para reunirse con su padre y esta separación la sume en una espera que ya se presiente definitiva.
2) Segundo acto: nudo
Han pasado quince años. En el día del santo de Rosita y mientras ésta recibe algunas visitas, llega· una carta del novio anunciando un inminente casamiento por poder, que aviva las esperanzas de la protagonista. La juventud de Rosita está a punto de iniciar una franca y definitiva declinación.
3) Tercer acto: desenlace
Han pasado diez años más, lapso ya definitivo en la vida de la novia. El tío ha muerto hace seis años y ella y la tía se encuentran en la miseria. "La acción transcurre en el día en que van a mudarse a un lugar más reducido y humilde, ya que casa y muebles están hipotecados. El novio de Rosita se ha casado hace ocho años, pero sigue manteniendo su correspondencia con ésta. El momento culminante del acto, y de la pieza, es una conversación sostenida por la protagonista y su tía, único desborde emocional que aquélla se permite y durante el cual el público conoce por fin la verdadera esencia del personaje.
Toda la obra se caracteriza por su acción lenta y demorada: la mayoría de las situaciones se reducen a largas conversaciones con las diversas visitas que van llegando a la casa de Rosita a lo largo de los tres actos.
En cada uno de ellos se plantea una sola situación que puede ser denominada realmente efecto teatral (suceso inesperado que provoca un cambio imprevisible en el curso de los acontecimientos): en el primer acto, la partida del novio de Rosita, que es el factor desencadenante de toda la acción posterior; en el segundo, la carta que anuncia el casamiento por poder; en el tercero, la mudanza.
Los hechos, más o menos importantes, tienen lugar en realidad entre un acto y otro: transcurren los largos lapsos -quince, diez años-, se producen las muertes, se casa el novio, desaparecen viejos personajes para dar lugar a otros nuevos, porque la vida toda, con su monótona sucesión de días cada vez menos esperanzados, con sus acontecimientos grandes o pequeños y, fundamentalmente, el irrestañable paso del tiempo como elemento que corroe, desgasta, destruye, agente de decadencia y desintegración, es lo más importante de la pieza y no puede ocurrir en el escenario, frente al espectador; lo que a éste se le ofrece en cada uno de los tres actos es una pequeña muestra de una larga serie de hechos, es el resultado de un tiempo vacío y sin sentido. Se toman en cada acto situaciones que representan hitos en la vida de la protagonista, porque en ellas se condensa un cúmulo de causas y efectos y por ello simbolizan su vida toda.
Analicémoslas una a una:
1. La partida del novio: es la clave de toda la pieza y el origen de todas las frustraciones, pero pudo no tener tanta importancia en un medio social más desprejuiciado, que le hubiese permitido a Rosita ver como un hecho honesto y lícito casarse con otro hombre que no fuera su prometido inicial.
2. La carta del segundo acto: es generadora de esperanza. Es la síntesis de todas las cartas que llegan a lo largo de veinticinco años, con su .doble efecto de dar ilusiones y producir frustración por su falsedad. Es también el símbolo del en· gaño perpetrado por el primo y consentido tácitamente por Rosita.
3. La mudanza: condensa y simboliza la decadencia de toda la familia, y en especial de Rosita, de las flores que la representan, del mundo de vanas ilusiones y falsos apoyos que alimentó durante veinticinco años, pero que ahora irremediablemente se desintegra. Esa desintegración se ha producido en forma lenta, año tras año (en los largos períodos transcurridos entre acto y acto) y la mudanza no hace más que expresarla en forma tangible, concreta y simbólica.
Desde el punto de vista formal, cada una de estas situaciones culminantes tienen la función de matizar la acción, que de lo contrario se reduciría a una sucesión de nostálgicas estampas costumbristas: son núcleos dramáticos que sirven para despertar el interés y la expectativa del público.
. El ritmo de la pieza es lento, y ello es perfectamente adecuado a la índole del tema y de las vidas que se quiere describir: el primer acto es el más movido y ágil; en el segundo la única momentánea animación se produce con la llegada de la carta; el desenlace, que ocupa todo el tercer acto, se desarrolla lenta, desmayadamente, mostrando al público paso a paso los detalles de la decadencia y disolución de un mundo que siempre careció de verdadera sustentación. El tono más alto en la vibración emocional de los personajes se da en el diálogo entre Rosita y su tía.
EL TIEMPOEl factor clave de la pieza, el verdadero resorte dramático, el real desencadenante de situaciones es el fluir del tiempo, que todo lo carcome y lo deteriora por ser un tiempo vacío y sin sentido. Lo más importante que tiene lugar entre un acto y otro es el transcurso de los primeros quince años y de los diez siguientes, veinticinco en total. Ese paso del tiempo se marca en la obra a través de diversos elementos:1) La transformación, el proceso que va desde la lozanía a la decrepitud, se sintetiza en la "Rosa mutábile" cuyo día equivale a la vida de la protagonista.
2) El cambio de la moda es el elemento visual que expresa el fluir temporal.
3) Las actitudes de Rosita ante el tiempo varían según las diversas épocas de su vida y señalan cambios fundamentales:
· Cuando es joven" la domina la impaciencia, anhela que el tiempo pase volando. Ejemplo:AMA: -Es que todo lo quiere volando. Hoy ya quisiera que fuese pasado mañana. Se echa a volar y se nos pierde de las manos. 'Cuando chiquita tenía que' contarle todos los días el cuento de cuando ella fuera vieja: "Mi Rosita ya tiene ochenta años ... , y siempre así."
· Más tarde, al llegar a la madurez, le sucede todo lo contrario:
ROSITA:- Pero es que en la calle noto cómo pasa el tiempo y no quiero perder las ilusiones. Ya han hecho otra casa nueva en la placeta. No quiero enterarme de cómo pasa el tiempo.
· Finalmente, cada año que pasa es como si la dejaran más desnuda y se horroriza de la forma en que se dirige a ella el Muchacho:>
MUCHACHO. Usted lo pase bien, doña Rosita.
ROSITA. ¡Anda con Dios, hijo! (Salen. La tarde está cayendo.) ¡Doña Rosita! ¡Doña Rosita!
4) La juventud de las Ayolas señala, por contraste, la vejez de Rosita, la ya irrecuperable lejanía de su juventud, cuando el novio era todavía una presencia viva:
AYOLA 1". Cuando yo tenía seis años venía aquí y el novio de Rosita me acostumbró a beberlas. ¿No recuerdas, Rosita?
ROSITA. (Seria.) ¡No!
AYOLA 2. A mí, 'Rosita y su novio me enseñaron las letras A, B, C . " ¿Cuánto tiempo hace de esto?
TÍA. ¡Quince años!
AYOLA P. A mí, casi, casi, se me ha olvidado la cara de tu novio. .
5) Con el Muchacho sucede algo similar que con las Ayolas: es ya un joven de dieciocho años, hijo de una de las Manolas, las antiguas amigas de Rosita. Su madre ha muerto hace ocho años y para él los trajes que aún se conservan de ella son "vejestorios", verdaderos disfraces, mientras que Rosita dice melancólicamente "era una moda bonita".
Otro elemento temporal que hace al clima de la pieza es la insistencia con que se marca la hora en que transcurre el último acto: la hora crepuscular, el ocaso del día, las seis de la tarde.
INTERMEDIOS LíricosLa obra está escrita en prosa y su más profunda esencia es dramática, pero se intercalan numerosos fragmentos líricos que cumplen importantes funciones relativas a la estructura misma de la pieza y en varias oportunidades sintetizan su contenido.
1) Poema de la Rosa mutábile
· Se da al comienzo del primer acto y tiene todo el valor de una anticipación del tema de la pieza.
· Se repite al final de dicho acto y allí tiene, frente a la partida del novio, el significado de una clara premonición de Rosita.
· Al final del segundo acto se reitera en forma fragmentaria y representa la exacta situación de la protagonista: aún le queda y por poco tiempo la brasa de la juventud, pero ya está por blanquear, como la rosa.
· Sus dos últimos versos cierran la obra y constituyen su síntesis y la de la suerte de su desdichado personaje.
En forma constante se señala la identificación entre la flor y Rosita: el nombre y el destino de ambas es idéntico.
2) Los conjuros del Ama
Tienen todo el sabor de la típica nota popular a la que García Lorca fue afecto en todos sus dramas.
3) El poema a las tres ManolasLas envuelve en un halo lírico que las realza y sirve para expresar, con una gracia que nunca se hubiera conseguido por medio de la prosa, los delicados afanes y cuidados de una juventud que transcurre entre galanteos y paseos. El clima festivo que comunica se hace extensivo a la tranquila felicidad que disfrutaba Rosita en esa época.
4) El encuentro y despedida de los novios, al final del primer acto
Es un momento de alta tensión dramática en el que, por medio de un lenguaje lírico cuajado en un cúmulo de metáforas e imágenes de gran valor poético, se expresa el dolor y las esperanzas de ella y las vanas promesas de él.
5) El lenguaje de las flores
Es un tema poético musical que se intercala en el segundo acto y que permite, mediante la extensión al lenguaje de diversas flores, que Rosita retome y glose el motivo conductor de la Rosa mutábile y sus transformaciones a lo largo del día. Es un intermedio de distensión dramática que precede el momento culminante de la llegada de la carta.
6) Un tema popular, apto para el canto y el baile, cierra el segundo acto
En el tercer acto, excepto las fugaces reiteraciones del poema de la Rosa mutábile, no hay fragmentos líricos. Éstos, en general,-están en función de expresar los sentimientos de los personajes, principalmente de la protagonista, de manera indirecta y poética: aparecen mientras se mantiene su esperanza o su alegría, de ahí su ausencia en el tercer acto.
LOS COLORES
Otro elemento importante desde el punto de vista visual son los colores que se manejan en la pieza y que tienen un valor simbólico. Los principales son tres:
1) El rojo
No aparece a través del vestuario o la escenografía pero es el color de la Rosa mutábile por la mañana: es símbolo de la plenitud vital, de la lozanía y de la pasión juvenil.
2) El rosa
De ese color son los tres vestidos de Rosita a lo largo de los tres actos. Nombre, flor y color simbolizan la ·esencia misma del personaje que permanece inalterable: cambia la moda, es decir, pasa el tiempo, pero no la tonalidad, que la representa en su ser femenino y en su melancólico matiz de postal antigua.
3) El blanco
Es el color de la vejez, de la plata de los cabellos, del metal de la noche (la luna). La flor y Rosita se identifican en el vestido blanco que ésta se pone para abandonar la casa al final de la obra. Al mismo tiempo, las blancas cortinas que se mueven agitadas por el viento en la sala vacía, antes de que el telón baje definitivamente, evocan los velos del traje de novia que la protagonista nunca llegó a vestir.
LOS PERSONAJES1) Rosita
Su presencia y su drama dominan toda la obra. No hay en este personaje una verdadera evolución o cambio interior, lo que se modifica es su suerte por circunstancias externas, pero ella se mantiene siempre igual: ya en el primer acto manifiesta una urgencia por el paso del tiempo, que revela su incapacidad de vivir a fondo cualquier situación.
En Rosita hay una profunda imposibilidad de enfrentar la realidad y hallar soluciones positivas y vitales. El medio social plagado de convencionalismos y prejuicios la ha moldeado de tal forma que ha anulado su capacidad de reacción. Su escala de' valores sufre una lamentable confusión: para ella olvidar a su novio y realizarse como esposa junto a otro hombre sería "dar que hablar", y su "seriedad" de mujer honesta no se lo permite. Por eso la solución es huir de la realidad, fingir no verla:
ROSITA .... Yo lo sabía todo. Sabía que se había casado; ya se encargó un alma caritativa de' decírmelo, y he estado recibiendo sus cartas con una ilusión llena de sollozos que aun a mí misma me asombraba. Si la gente no hubiera hablado; si vosotras no lo hubieseis sabido; si no lo hubiese sabido nadie más que yo, sus cartas y su mentira hubieran alimentado mi ilusión como el primer año de su ausencia.
TÍA. ¿Por qué no me hiciste caso? ¿Por qué no te casaste con otro?
ROSITA. Yo he sido siempre seria.
TÍA. Te has aferrado a tu idea sin ver la realidad y sin tener caridad de tu porvenir.
ROSITA. Soy como soy. Y no puedo cambiar.
Ahora lo único que me queda es mi dignidad. ·Lo que tengo por dentro lo guardo para mí sola.
Rosita, más que una víctima de su novio, lo es de sí misma y de la sociedad. Es un personaje de excelente realización dramática, bien perfilado y definido.
2) La tíaA pesar de su carácter bondadoso y maternal, pesa negativamente en la vida de la protagonista: al principio niega al sobrino la posibilidad de casarse con ella porque aún debe labrarse un futuro económico y sólo al final, cuando ya es definitivamente tarde, le reprocha no haber sabido hallar mejor solución pará su vida. Es un personaje desdibujado, sin vida propia ni peso dramático.
3) El ama
Es todo lo contrario: un personaje vigorosamente trazado y del cual emana una intensa afectividad y calor vital. Es la contrapartida de la tía, con la cual se enfrenta pacíficamente en reiteradas oportunidades. El autor la ha enriquecido con una serie de connotaciones populares: es supersticiosa, le gustan las expresiones picantes, tiene un gran sentido común y una visión práctica y realista de la vida, es activa y trabajadora y su generosa capacidad de amar la erige constantemente en el centro afectivo y vital de la pieza.
4) Grupos femeninos que rodean a Rosita
Siempre hay un grupo de mujeres que por similitud o por contraste, prolongan e ilustran la situación de Rosita, constituyendo una especie de coro y de telón de· fondo de su presencia.
1. Las Manolas. Aparecen en el primer acto. Son amigas de Rosita, sus compañeras de paseo, y participan de su misma actitud vital: la esperanza en un mañana plena y feliz. Volvemos a saber de su suerte sólo en el tercer acto: el Muchacho es hijo de una de ellas que ya ha muerto hace ocho años. A pesar de esta circunstancia adversa, y paradójicamente, se la siente mucho más' plena y realizada a la Manola en su muerte que a Rosita en su vida. La otra también se ha casado y tiene cuatro hijos. Vale decir, que la función dramática de este grupo es reflejar la si· tuación de la protagonista al principio y destacar luego, por contraste, su infortunio.
2. Las soteronas. Aparecen en el segundo acto y son una especie de espejo deformante en el que Rosita puede contemplarse. Son figuras grotescas, y, ademas de coineidir con la protagonista en la solteria, prefiguran y anticipan en su miseria actual la decadente situación económica de aquella en el futuro. Su conducta y su escala de valores configuran una eficaz pincelada costumbrista.
3. Las Ayolas. Son la contrapartida de Rosita y de las soteronas. Sus frescas ansias de vivir, de casarse, de realizarse, su juventud, acentúan por contraste el paso del tiempo y el deterioro de las cuatro mujeres maduras.
5) Personajes masculinos
Tienen muy poco peso en la obra, salvo el novio, no por presencia sino por ausencia. Los que se mueven en escena, o son poco importantes dentro de la acción o cumplen funciones específicas y subsidiarias:
1. El tío: Como personaje es desdibujado, poco definido; como temperamento, inoperante y pasivo. Forma parte de un mundo en disolución y su muerte no sólo es real sino tambien simbólica: en el mundo actual es imposible vivir unicamente consagrado a cultivar un jardín. Su sentido poco práctico de la vida conduce a su mujer y a Rosita a la ruina.
2. El Senor X y Don Martín. Su funciónn es relativa exclusivamente a la pintura de costumbres. Representan valores en pugna y aspectos conflictuales de la sociedad de la época, el materialismo positivista y falsamente científico en un caso y el idealismo absoluto en el otro, pero desde el punto de vista dramático no desempeñan papel alguno.
3. El Muchacho. Es un resorte dramático cuya única función consiste en señalar el paso del tiempo.