Anális de
Remordimiento
de Jorge Luis Borges
He cometido el peor de los pecados
que un hombre puede cometer. No he sido
feliz. Que los glaciares del olvido
me arrastren y me pierdan, despiadados.
Mis padres me engendraron para el juego
arriesgado y hermoso de la vida,
para la tierra, el agua, el aire, el fuego.
Los defraudé. No fui feliz.
Cumplida no fue su joven voluntad.
Mi mente se aplicó a las simétricas porfías del arte,
que entreteje naderías.
Me legaron valor. No fui valiente.
No me abandona. Siempre está a mi lado
La sombra de haber sido un desdichado.
A través del título, Remordimientos (una sola palabra) se manifiesta este estado de ánimo en tono melancólico pero de expresión contenida e intelectualizada en Borges. El ejercicio de la literatura es visto como fuente de dolor y la ausencia de felicidad se vive como una culpa.
La mirada retrospectiva impregna a Remordimiento de un hálito trágico: ya no hay camino de vuelta y esto sugiere una suerte de maldición y condena, relacionada con la idea del pecado del primer verso.
El poema presenta una antítesis entre vida y arte: la vida está concebida como desorden (juego) frente al orden del arte (simétricas porfías), como gozo (juego humano) frente al voluntarismo (porfías), como lo fundamental (los elementos) frente a lo insustancial (naderías); la vida como coraje; el arte como cobardía; la vida, concebida como el paso del tiempo, el amor, como una actividad lúdica y gozosa.
Los elementos de la naturaleza (tierra, agua, fuego, aire) se oponen al arte. El olvido es entendido como una gran masa helada que cubre la realidad a través de las siguientes connotaciones: frío, muerte, destrucción, grandiosidad, indiferencia.
Versificación: soneto endecasílabo, forma académica y clásica por excelencia.
Fuente: Marín, Marta (1983): Texto y significación. Literatura Hispanoamericana y Argentina; Bs.As., Kapelusz.