SIMBOLOGÍA:Amarillo. 1. Intenso, violento, agudo hasta
la estridencia o bien amplio y cegador como
una colada de metal en fusión, el amarillo es
el más caliente, expansivo y ardiente de los
colores; dificil de entender, desborda siempre
los marcos donde se lo quiere ceñir. Los
rayos de sol, atravesando el azul del cielo,
manifiestan el poderío de las divinidades del
más allá: en el panteón azteca Huitzilopochtli,
el guerrero triunfador, dios del sol del
mediodía, está pintado de azul y amarillo.
En la pareja amarillo-azul, el amarillo,
color masculino, de luz y vida, no puede
tender al obscurecimiento. Kandinsky escribe
a este respecto: «el amarillo tiene tal
tendencia a la claridad que no puede haber
amarillo muy oscuro. Se puede decir pues,
que hay una afinidad profunda, fisica, entre
el amarillo y el blanco» (KANS). Es el vehículo
de la juventud, la fuerza y la eternidad
divina. Es el color de los dioses: Zoroastro,
según Anquetil, significa «astro de oro
brillante, liberal, astro vivo». El Om, verbo
divino de los tibetanos, tiene por calificativo
zere, que quiere decir dorado (PORS, 68).
Vishnú es portador de hábitos amarillos y el
huevo cósmico de Brahma brilla como oro.
2. La «luz de oro» se convierte a veces en
un camino de comunicación de doble senti-
do, mediador entre los hombres y los dioses.
Así Frazer subraya que un cuchillo de oro se
empleaba en la India para los grandes sacrificios
del caballo, «porque el oro es luz y
porque es mediante la luz dorada que el sacrificio
alcanza el reino de los dioses (
Y el amarillo de
oro era también el atributo de Mithra en
Persia y de Apolo en Grecia.
Siendo de esencia divina, el amarillo de
oro se convierte en la tierra en atributo del
poderío de los príncipes, reyes y emperadores,
para proclamar el origen divino de su
poder. Los laureles verdes de la esperanza
humana se recubren con el amarillo áureo
del poder divino. Y los ramos verdes de
Cristo, en su estancia terrena, se remplazan
por una aureola dorada cuando regresa con
su Padre. El domingo de ramos se celebra en
España con palmas y palmones amarillos
que los fieles blanden en el atrio de las catedrales.
3. El amarillo es el color de la eternidad,
como el oro es el metal de la eternidad. Uno
y otro están en la base del ritual cristiano. El
oro de la cruz sobre la casulla del sacerdote,
el oro del copón, el amarillo de la vida eterna,
de la fe, se unen a la pureza original del
blanco en la bandera del Vaticano.
También en medio de semejantes oros y
amarillos los sacerdotes católicos conducen
a los difuntos a la vida eterna.
FUENTE: DICCIONARIO DE LOS SÍMBOLOS
Bajo la dirección de lEAN CHEvALlER
ALAIN GHEERBRANT
BARCELONA
EDITORIAL HERDER
1986