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26 de diciembre de 2012

¿QUÉ ES LA CIENCIA-FICCIÓN?



¿QUÉ ES LA CIENCIA-FICCIÓN?

Se ha definido la ciencia-ficción como la literatura de la imaginación disciplinada, porque si bien admite cualquier creación de la imaginación, se caracteriza por cierta actitud metódica y por el empleo de una lógica consecuente, de tipo científico, aun para tratar las hipótesis más descabelladas. En esto se diferencia de la tradicional lite­ratura fantástica, no en sus temas, sino en el modo de tratarlos.
Tomemos como ejem­plo el clásico tema del viaje en el tiempo: la literatura fantástica lo planteará como un hecho mágico, sobrenatural e inexpli­cable, que simplemente escapa a los límites de lo real, mientras que la ciencia-ficción lo presentará con visos de verosimilitud, como una plausible hipótesis científica, por ejemplo el invento de una máquina del tiempo que permita al hombre reco­rrerlo como una dimensión más.

TEMAS

Es muy amplia  la variedad de temas abordados por la ciencia-ficción.  Los más frecuentes son los siguientes:

Los viajes espaciales  y la  la conquista del universo, con las consiguientes aventuras interplanetarias, inva­siones de seres de otros mundos, descrip­ciones de otros planetas, en los cuales se suelen situar especies vivas imaginarias (hombres alados, hormigas gigantescas, et­cétera) y otras especies conscientes dife­rentes del hombre (perros sabios, caballos racionales, plantas caminantes, superhom­bres, etcétera). En algunos casos se exalta la conquista del espacio como una empresa heroica, en otros se subrayan sus peligros y sus consecuencias.

Creación de entes mecánicos por la cibernética. Los hay de diversas clases: la célebre máquina humanoide o robot, los autómatas de naturaleza orgánica, los que combinan elementos humanos con partes mecánicas, las computadoras, destinadas a desempeñar tareas cada vez más comple­jas en civilizaciones altamente mecanizadas (recuérdese a Hal, la gigantesca compu­tadora que dirige el viaje a Júpiter en el filme “2001, odisea del espacio”), etcétera.

La proliferación de implementos me­cánicos y eléctricos, que puede llegar a do­minar la vida cotidiana en futuras socie­dades gobernadas por la tecnificación.

La máquina del tiempo, es decir, la fascinante posibilidad de recorrer el tiem­po como una dimensión más, gracias a la ciencia.

Universos paralelos al nuestro, cuya existencia se supone ubicada en otras di­mensiones diferentes de las conocidas o en la imaginación del hombre. Esta temática suele traer aparejada una serie de especu­laciones con respecto al tiempo.

Viajes al centro de la Tierra.

El fin del mundo, producido ya por catástrofes atómicas, ya por cataclismos o razones de otra índole, como el agotamien­to del agua existente en la Tierra. Este te­ma da origen al del último hombre en el mundo, y al de las formas de vida que ha­brán de reemplazarlo, como consecuencia de la necesidad de adaptación a las nuevas condiciones del planeta.

Proyección hacia el pasado y hacia el futuro. Los autores de ciencia-ficción imaginan ciclos enteros de vida inteligente anteriores a la aparición del hombre sobre la Tierra y también otras civilizaciones pos­teriores a la nuestra, que se suceden cícli­camente. Surge así el tema del superhom­bre del futuro, al cual imaginan dotado de poderes mentales superiores, inteligencia sobrehumana y algunas facultades no de­sarrolladas en el hombre actual, tales como la telepatía, la clarividencia, etcétera.

Las utopías:  El término utopía pro­viene del griego y significa etimológica­mente “lugar que no existe”. Como tema de la ciencia-ficción puede definirse como la descripción de un mundo construido so­bre principios diferentes de los que actúan en el real. Abundan las utopías negativas que surgen como una necesidad de replan­tear el valor de ciertas formas de vida actual que puedan contener en germen fu­turas sociedades aberrantes. Aparecen así los infiernos utópicos regidos ya por la propaganda y la consiguiente fiebre del consumo, ya por la presencia constante y obsesiva de la televisión o de la música funcional, ya por las técnicas de aprendiza­je, es decir, por falsos valores que de ma­nera sutil anulan la libertad espiritual y el derecho del hombre a desarrollar una personalidad individual y propia. A veces las utopías negativas imaginan un mundo superpoblado o dominado por el avance ili­mitado de la técnica y la industria.

Aplicación de hipótesis científicas.


ESTRUCTURA DEL CUENTO DE CIENCIA-FICCION

La ciencia-ficción ha hallado cauce en todos los géneros literarios, pero de ma­nera particular a través de la narración, tanto en la novela como en el cuento.
El cuento de ciencia ficción suele  caracterizarse por su estruc­tura cerrada, en la cual todos los elemen­tos tienden a lograr un efecto único, con­vergiendo hacia el desenlace, en el cual se integran sin dejar brechas abiertas en el universo creado por el relato. Un cuento debe ser acabado y perfecto como un círcu­lo. En el caso del relato breve de ciencia- ficción, si bien la estructura es también cerrada, la misma índole de los temas es de tal modo sugerente que lanza la fan­tasía del lector a vuelos insólitos, impul­sándolo a crear otras alternativas a partir del desenlace, es decir que, si bien el cuen­to está perfectamente concluido y nada podría añadírsele sin destruir su calidad literaria, es en la imaginación de su destinatario donde se proyecta como una estruc­tura abierta.

PERSONAJES

Por lo general en los relatos de ciencia- ficción no existe una pormenorizada ela­boración de los personajes hecha con ver­dadera penetración psicológica. Su carac­terización tiende a lo esquemático y desdi­bujado, y ello se debe a que no interesan tanto los problemas de tipo individual sino los que el hombre, en cuanto especie, pue­da llegar a tener enfrentado con determi­nadas condiciones. En la ciencia-ficción cuenta más el hombre que los hombres y el tema que los personajes.

LA CIENCIA-FICCIÓN ejerce una función de crítica de cos­tumbres. La ciencia-ficción encara muchos de los problemas más inquietantes que afectan a la sociedad actual con una gran eficacia, pues su ilimitada fantasía le per­mite, partiendo de lo familiar y conocido, imaginar cambios, evoluciones y proyec­ciones que enfrenten al hombre con su probable imagen futura. De este modo muestra al hombre:

v  creando el instrumento de su destruc­ción masiva y aniquilándose en una guerra sin sentido;
v  permitiendo la implantación de la pu­blicidad como un elemento dominante y siempre presente en la vida cotidiana, acompañada de la consiguiente nece­sidad imperiosa de consumir más y más la marea de artículos producidos por la sociedad industrial;
v  dominado por la máquina;
v  suplantando progresivamente los valo­res de la cultura, la meditación y el pensamiento profundo por la presencia constante de una televisión alienante y embrutecedora;
v  realizando viajes al espacio no con ho­nestos propósitos científicos, sino para mercantilizar y destruir maravillosas civilizaciones extraterráqueas o con afán de conquista.
v  Predispone al hombre favorablemen­te para la formación de una actitud flexi­ble, abierta a cualquier cambio social y cultural, pues lo familiariza con las hipó­tesis más imaginativas y aventuradas.

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