La casa de Bernarda Alba de Federico García Lorca
Guía de lectura y actividades
1-Bernarda Alba, una
mujerona tremenda que guarda a sus hijas solteronas con mano de hierro, acaba
de enviudar y les comunica que deberán llevar ocho años de luto. Las hijas
(Angustias, Magdalena, Amelia, Martirio y Adela), con engañosa resignación, ven
pasar su juventud, porque su madre ferozmente orgullosa no quiere casarlas con
nadie que considere "inferior'. Lean el siguiente fragmento y luego respondan:
a) ¿Cuál es el conflicto
que aparece en este fragmento?
b) ¿Quiénes son
los antagonistas, es decir, los personajes enfrentados entre sí?
c) Transcriban
frases o expresiones textuales que caractericen a Bernarda.
d) Redacten una
descripción (retrato) de Adela según aparece en este Acto.
e) ¿Qué les
parece que sucederá en el Segundo Acto?
La casa de Bernarda Alba
– Acto I- fragmento
ANGUSTIAS ¿Qué hora
es?
MARTIRIO Ya deben ser las doce.
ANGUSTIAS ¿Tanto?
AMELIA ¡Estarán al caer!
(Sale Angustias.)
MAGDALENA (Con
intención.) ¿Sabéis ya la cosa...? (Señalando a Angustias.)
AMELIA No.
MAGDALENA ¡Vamos!
MARTIRIO ¡No sé a qué cosa te
refieres...!
MAGDALENA Mejor que yo
lo sabéis las dos. Siempre cabeza con cabeza como dos ovejitas, pero sin
desahogaros con nadie. ¡Lo de Pepe el Romano!
MARTIRIO ¡Ah!
MAGDALENA (Remedándola.)
¡Ah! Ya se comenta por el pueblo. Pepe el Romano viene a casarse con Angustias.
Anoche estuvo rondando la casa y creo que pronto va a mandar un emisario.
MARTIRIO ¡Yo me alegro! Es buen hombre.
AMELIA Yo también. Angustias tiene
buenas condiciones.
MAGDALENA Ninguna de
las dos os alegráis.
MARTIRIO ¡Magdalena! ¡Mujer!
MAGDALENA Si viniera
por el tipo de Angustias, por Angustias como mujer, yo me alegraría, pero viene
por el dinero. Aunque Angustias es nuestra hermana aquí estamos en familia y
reconocemos que está vieja, enfermiza, y que siempre ha sido la que ha tenido
menos méritos de todas nosotras, porque si con veinte años parecía un palo
vestido, ¡qué será ahora que tiene cuarenta!
MARTIRIO No hables así. La suerte viene a
quien menos la aguarda.
AMELIA ¡Después de todo dice la verdad!
Angustias tiene el dinero de su padre, es la única rica de la casa y por eso
ahora, que nuestro padre ha muerto y ya se harán particiones, vienen por ella!
MAGDALENA Pepe el
Romano tiene veinticinco años y es el mejor tipo de todos estos contornos. Lo
natural sería que te pretendiera a ti, Amelia, o a nuestra Adela, que tiene
veinte años, pero no que venga a buscar lo más oscuro de esta casa, a una mujer
que, como su padre habla con la nariz.
MARTIRIO ¡Puede que a él le guste!
MAGDALENA ¡Nunca he
podido resistir tu hipocresía!
MARTIRIO ¡Dios nos valga!
(Entra Adela.)
MAGDALENA ¿Te han visto
ya las gallinas?
ADELA ¿Y qué querías que hiciera?
AMELIA ¡Si te ve nuestra madre te
arrastra del pelo!
ADELA Tenía mucha ilusión con el
vestido. Pensaba ponérmelo el día que vamos a comer sandías a la noria. No
hubiera habido otro igual.
MARTIRIO ¡Es un vestido precioso!
ADELA Y me está muy bien. Es lo que
mejor ha cortado Magdalena.
MAGDALENA ¿Y las
gallinas qué te han dicho?
ADELA Regalarme unas cuantas pulgas
que me han acribillado las piernas. (Ríen)
MARTIRIO Lo que puedes hacer es teñirlo
de negro.
MAGDALENA Lo mejor que
puedes hacer es regalárselo a Angustias para la boda con Pepe el Romano.
ADELA (Con emoción contenida.)
¡Pero Pepe el Romano...!
AMELIA ¿No lo has oído decir?
ADELA No.
MAGDALENA ¡Pues ya lo
sabes!
ADELA ¡Pero si no puede ser!
MAGDALENA ¡El dinero
lo puede todo!
ADELA ¿Por eso ha salido detrás del
duelo y estuvo mirando por el portón? (Pausa) Y ese hombre es capaz
de...
MAGDALENA Es capaz de
todo.
(Pausa)
MARTIRIO ¿Qué piensas, Adela?
ADELA Pienso que este luto me ha
cogido en la peor época de mi vida para pasarlo.
MAGDALENA Ya te
acostumbrarás.
ADELA (Rompiendo a llorar con ira)
¡No , no me acostumbraré! Yo no quiero estar encerrada. No quiero que se me
pongan las carnes como a vosotras. ¡No quiero perder mi blancura en estas
habitaciones! ¡Mañana me pondré mi vestido verde y me echaré a pasear por la
calle! ¡Yo quiero salir!
(Entra la Criada.)
MAGDALENA (Autoritaria.)
¡Adela!
CRIADA ¡La pobre! ¡Cuánto ha sentido a
su padre! (Sale)
MARTIRIO ¡Calla!
AMELIA Lo que sea de una será de todas.
(Adela se calma.)
MAGDALENA Ha estado a
punto de oírte la criada.
CRIADA (Apareciendo.) Pepe el
Romano viene por lo alto de la calle.
(Amelia, Martirio y Magdalena
corren presurosas.)
MAGDALENA ¡Vamos a
verlo!
(Salen rápidas.)
CRIADA (A Adela.) ¿Tú no vas?
ADELA No me importa.
CRIADA Como dará la vuelta a la
esquina, desde la ventana de tu cuarto se verá mejor. (Sale la Criada.)
(Adela queda en escena dudando. Después de un instante se va también rápida
hacia su habitación. Salen Bernarda y la Poncia.)
BERNARDA ¡Malditas particiones!
LA PONCIA ¡Cuánto
dinero le queda a Angustias!
BERNARDA Sí.
LA PONCIA Y a las
otras, bastante menos.
BERNARDA Ya me lo has dicho tres veces y
no te he querido replicar. Bastante menos, mucho menos. No me lo recuerdes más.
(Sale Angustias muy compuesta
de cara.)
BERNARDA ¡Angustias!
ANGUSTIAS Madre.
BERNARDA ¿Pero has tenido valor de
echarte polvos en la cara? ¿Has tenido valor de lavarte la cara el día de la
misa de tu padre?
ANGUSTIAS No era mi
padre. El mío murió hace tiempo. ¿Es que ya no lo recuerda usted?
BERNARDA ¡Más debes a este hombre, padre
de tus hermanas, que al tuyo! Gracias a este hombre tienes colmada tu fortuna.
ANGUSTIAS ¡Eso lo
teníamos que ver!
BERNARDA ¡Aunque fuera por decencia! ¡Por
respeto!
ANGUSTIAS Madre,
déjeme usted salir.
BERNARDA ¿Salir? Después que te hayas
quitado esos polvos de la cara. ¡Suavona! ¡Yeyo! ¡Espejo de tus tías! (Le
quita violentamente con su pañuelo los polvos) ¡Ahora vete!
LA PONCIA ¡Bernarda,
no seas tan inquisitiva!
BERNARDA Aunque mi madre esté loca yo
estoy con mis cinco sentidos y sé perfectamente lo que hago. (Entran todas.)
MAGDALENA ¿Qué pasa?
BERNARDA No pasa nada.
MAGDALENA (A
Angustias.) Si es que discutís por las particiones, tú, que eres la más
rica, te puedes quedar con todo.
ANGUSTIAS ¡Guárdate la
lengua en la madriguera!
BERNARDA (Golpeando con el bastón en
el suelo.) ¡No os hagáis ilusiones de que vais a poder conmigo. ¡Hasta que
salga de esta casa con los pies adelante mandaré en lo mío y en lo vuestro! (…)
2-
Según la gravedad del conflicto y el tratamiento que recibe, la obra de teatro
puede ser:
una tragedia, cuando el conflicto
tiene un desenlace nefasto o grave que arrastra a la destrucción física o
moral del o de los personajes.
una comedia, cuando el conflicto
está tratado con humor e ironía, se resuelve felizmente porque su gravedad no
es tal y se busca ridiculizar a algunos personajes. Hay escalas intermedias
entre la tragedia y la comedia; entre estos tipos de obras se encuentran el drama, la tragicomedia, la comedia
dramática, el sainete...
a) Averigüen las
características que posee cada variante teatral mencionada. Por los datos con
los que cuentan hasta el momento, ¿en qué clasificación incluirían a La casa de
Bernarda Alba?
MANIFESTACIÓN-RESOLUCIÓN
DEL CONFLICTO EN EL DISCURSO TEATRAL
3-
Las hijas de Bernarda y Poncia, la criada, han estado cosiendo "sus
ajuares de novia". La Poncia les ha contado su experiencia como mujer
casada. Todas han notado el cambio en Adela. Cuando las hijas acuden a un
llamado de Bernarda, la Poncia enfrenta a la muchacha, que está ferozmente
decidida a hacer su voluntad. Las hermanas vuelven y, al cabo de un rato, se
produce la siguiente situación:
Acto
Segundo
[...]
Angustias: (Entrando furiosa en
escena, de modo que haya un gran contraste con los silencios anteriores.) ¿Dónde
está el retrato de Pepe que tenía yo debajo de mi almohada? ¿Quién de vosotras
lo tiene?
Martirio: Ninguna.
Amelia: Ni que Pepe fuera un
San Bartolomé de plata. (Entran Poncia, Magdalena y Adela.) Angustias: ¿Dónde
está el retrato? Adela: ¿Qué
retrato?
Angustias: Una de vosotras me lo
ha escondido. Magdalena: ¿Tienes la desvergüenza de decir esto? Angustias: Estaba
en mi cuarto y no está.
Martirio: ¿Y no se habrá
escapado a medianoche al corral? A Pepe le gusta andar con la luna.
Angustias: ¡No me gastes bromas!
Cuando venga se lo contaré. Poncia: ¡Eso,
no! ¡Porque aparecerá! (Mirando a Adela.) Angustias:
¡Me gustaría saber cuál de vosotras lo tiene! Adela: (Mirando a Martirio.) ¡Alguna!
¡Todas, menos yo! Martirio: (Con intención.) ¡Desde luego!
Respondan:
a) ¿Qué recurso usa el autor para dar impulso a esta nueva situación?
b) ¿Quiénes se enfrentan en este caso? Establezcan los dos bandos que se forman en un primer momento.
c) Resalten las palabras con que Martirio introduce el tema de la traición entre las hermanas. ¿Puede Angustias comprender el sobreentendido? Recuerden el principio de cooperación cuando respondan por qué.
d) ¿Qué palabras de Poncia encierran, también, un sobreentendido?
e) ¿Quiénes son las antagonistas al final del fragmento?
3-En
este momento, el asunto de la pérdida del retrato parece agotado; la discusión
ha llegado a un punto muerto: ninguno de los personajes proporciona información
que permita continuar la acción. El autor introduce, entonces, un nuevo
personaje en la escena:
Bernarda: (Entrando con su
bastón.) ¡Qué escándalo es este en mi casa y con el silencio del peso del
calor! Estarán las vecinas con el oído pegado a los tabiques.
Angustias: Me han quitado el
retrato de mi novio.
Bernarda: (Fiera.) ¿Quién?
¿Quién? Angustias: ¡Estas!
Bernarda: ¿Cuál de vosotras? (Silencio.)
¡Contestadme! (Silencio. A Poncia.) Registra los cuartos, mira por las camas.
Esto tiene no ataros más cortas. ¡Pero me vais a soñar! (A Angustias.) ¿Estás
segura?
Angustias: Sí.
Bernarda: ¿Lo has buscado bien?
Angustias: Sí, madre. (Todas
están de pie en medio de un embarazoso silencio.)
Bernarda: Me hacéis al final de
mi vida beber el veneno más amargo que una madre puede resistir. (A Poncia.) ¿No
lo encuentras? (Sale Poncia.) Poncia: Aquí está.
Bernarda: ¿Dónde lo has
encontrado? Poncia: Estaba... Bernarda: Dilo sin temor.
Poncia:
(Extrañada.) Entre las sábanas de la cama de Martirio. Bernarda: (A Martirio.) ¿Es verdad? Martirio: ¡Es verdad!
Bernarda: (Avanzando y
golpeándola con el bastón.) ¡Mala puñalada te den, mosca muerta! ¡Sembradura de
vidrios!
Martirio: (Fiera.) ¡No me pegue
usted, madre! Bernarda: ¡Todo lo que quiera! Martirio: ¡Si yo la dejo! ¿Lo oye?
¡Retírese usted! Poncia: No faltes a
tu madre.
Angustias: (Teniendo a Bernarda.)
Déjela. ¡Por favor! Bernarda: Ni lágrimas te quedan en esos ojos. Martirio: No
voy a llorar para darle gusto. Bernarda: ¿Por qué has retenido el retrato?
Martirio: ¿Es que yo no puedo
gastar una broma a mi hermana? ¡Para qué otra cosa lo iba a querer!
Respondan:
a) ¿Cuál es la justificación que pone el autor en boca de Bernarda para hacerla intervenir?
b) ¿Cómo cumple Angustias con el principio de cooperación?
c) Bernarda reacciona, indignada. ¿Cómo se recomponen ahora los "dos bandos" antagónicos? Q
d) Tampoco a ella las hijas le dan la información buscada. El asunto podría haber quedado así; pero la madre realiza un acto del habla (da una orden) que permite continuar la acción. ¿Qué consecuencias tiene este acto para Martirio?
e) ¿Qué sucedería en la obra si todas aceptaran esta explicación? ¿Qué conflicto permanecería oculto?
a) ¿Cuál es la justificación que pone el autor en boca de Bernarda para hacerla intervenir?
b) ¿Cómo cumple Angustias con el principio de cooperación?
c) Bernarda reacciona, indignada. ¿Cómo se recomponen ahora los "dos bandos" antagónicos? Q
d) Tampoco a ella las hijas le dan la información buscada. El asunto podría haber quedado así; pero la madre realiza un acto del habla (da una orden) que permite continuar la acción. ¿Qué consecuencias tiene este acto para Martirio?
e) ¿Qué sucedería en la obra si todas aceptaran esta explicación? ¿Qué conflicto permanecería oculto?
3-
Si la escena finalizara allí, se produciría un anticlímax: igual que en una telenovela, cuando alguien está a
punto de revelar un secreto y no lo hace, la acción se retardaría; se
produciría un retroceso, esto motivaría más episodios para volver al punto
donde se desperdició la oportunidad. Observen
cómo lo resuelve García Lorca:
Adela: (Saltando llena de
celos.) No ha sido broma, que tú no has gustado jamás de juegos. Ha sido otra
cosa que te reventaba en el pecho por querer salir. Dilo ya claramente.
Martirio: ¡Calla y no me hagas
hablar, que si hablo se van a juntar las paredes unas con otras de vergüenza!
Adela: ¡La mala lengua no
tiene fin para inventar! Bernarda: ¡Adela! Magdalena: Estáis locas.
Amelia: Y nos apedreáis con
malos pensamientos. Martirio: Otras hacen cosas más malas.
Adela: Hasta que se pongan en
cueros de una vez y se las lleve el río. Bernarda:: ¡Perversa!
Angustias: Yo no tengo la culpa
de que Pepe el Romano se haya fijado en mí.
Adela: ¡Por tus dineros! Angustias:
¡Madre! Bernarda: ¡Silencio!
Martirio:
Por tus marjales y tus arboledas. Magdalena: ¡Eso es lo justo!
Bernarda: ¡Silencio digo! Yo veía
la tormenta venir, pero no creía que estallara tan pronto. ¡Ay, qué pedrisco
de odio habéis echado sobre mi corazón! Pero todavía no soy anciana y tengo
cinco cadenas para vosotras y esta casa levantada por mi padre para que ni las
hierbas se enteren de mi desolación. ¡Fuera de aquí! (Salen. Bernarda se sienta
desolada. Poncia está de pie arrimada a los muros. Bernarda reacciona, da un
golpe en el suelo y dice.}. ¡Tendré que sentarles la mano! Bernarda,
¡acuérdate que esta es tu obligación!
Responder:
a)
¿Quiénes son las antagonistas? ¿Qué se disputan?
b)
¿Qué papel desempeña Angustias en todo este enfrentamiento?
c)
¿Qué sabe Martirio y no dice? ¿Quiénes están en condiciones de
comprender el sobreentendido?
d)
¿Quiénes sospechan algo, según sus palabras?
4- Una vez leído el fragmento del Acto Tercero:
a)
Expliquen en un breve resumen los hechos allí ocurridos.
b)
¿Qué-sobreentendidos se deducen del diálogo entre Poncia y la
Criada?
c)
¿Cuál creen que puede ser el final de La casa de Bernarda Alba?.
d)
¿Qué valor simbólico tiene la "casa" como espacio físico?
Transcriban un fragmento del texto que lo identifique.
e)
¿En qué momento se llega a la mayor
tensión dramática?
f)
Lean las acotaciones que escribió el
autor para marcar la intencionalidad del texto, los gestos de los personajes y
los movimientos en el escenario. Siguiendo tales acotaciones, redacten, en
hoja aparte, uno de estos diálogos:
-Martirio y el Romano, cuando sale de visitar a
Angustias;
-Martirio y Angustias, mientras la primera le cuenta
lo que sabe sobre Adela;
-Adela y el Romano, cuando ella se entera de que se
casará con Angustias;
-Martirio y Adela, cuando la primera la descubre
volviendo de su cita.
Recuerden que el diálogo debe tener un inicio, un desarrollo, en el
que se perciba la tensión dramática y un desenlace o final que resuelva o
profundice el conflicto.
g)
Redacten un texto argumentativo en el que justifiquen o condenen la
traición de Adela a su hermana Angustias.
h)
Lean la obra completa para comprender y comprobar las hipótesis
elaboradas.
Fragmento del Acto Tercero
BERNARDA Ya hemos comido. (Se levantan.)
ADELA Voy a llegarme hasta el portón para estirar las piernas y tomar un poco el
fresco. (Magdalena se sienta en una silla baja retrepada contra la pared.)
AMELIA Yo voy contigo.
MARTIRIO Y yo.
ADELA (Con odio contenido.) No me voy a perder.
AMELIA La noche quiere compaña.
(Salen. Bernarda se sienta y Angustias está arreglando la mesa.)
BERNARDA Ya te he dicho que quiero que hables con tu hermana Martirio. Lo que pasó
del retrato fue una broma y lo debes olvidar.
ANGUSTIAS Usted sabe que ella no me quiere.
BERNARDA Cada uno sabe lo que piensa por dentro. Yo no me meto en los corazones,
pero quiero buena fachada y armonía familiar. ¿Lo entiendes?
ANGUSTIAS Sí.
BERNARDA Pues ya está.
MAGDALENA (Casi dormida.) Además, ¡si te vas a ir antes de nada! (Se duerme.)
ANGUSTIAS Tarde me parece.
BERNARDA ¿A qué hora terminaste anoche de hablar?
ANGUSTIAS A las doce y media.
BERNARDA ¿Qué cuenta Pepe?
ANGUSTIAS Yo lo encuentro distraído. Me habla siempre como pensando en otra cosa. Si
le pregunto qué le pasa, me contesta: «Los hombres tenemos nuestras
preocupaciones.»
BERNARDA No le debes preguntar. Y cuando te cases, menos. Habla si él habla y
míralo cuando te mire. Así no tendrás disgustos.
ANGUSTIAS Yo creo, madre, que él me oculta muchas cosas.
BERNARDA No procures descubrirlas, no le preguntes y, desde luego, que no te vea
llorar jamás.
ANGUSTIAS Debía estar contenta y no lo estoy.
BERNARDA Eso es lo mismo.
ANGUSTIAS Muchas veces miro a Pepe con mucha fijeza y se me borra a través de los
hierros, como si lo tapara una nube de polvo de las que levantan los rebaños.
BERNARDA Eso son cosas de debilidad.
ANGUSTIAS ¡Ojalá!
BERNARDA ¿Viene esta noche?
ANGUSTIAS No. Fue con su madre a la capital.
BERNARDA Así nos acostaremos antes. ¡Magdalena!
ANGUSTIAS Está dormida.
(Entran Adela, Martirio y Amelia.)
AMELIA ¡Qué noche más oscura!
ADELA No se ve a dos pasos de distancia.
MARTIRIO Una buena noche para ladrones, para el que necesite escondrijo.
ADELA El caballo garañón estaba en el centro del corral. ¡Blanco! Doble de
grande, llenando todo lo oscuro.
AMELIA Es verdad. Daba miedo. ¡Parecía una aparición!
ADELA Tiene el cielo unas estrellas como puños.
MARTIRIO Ésta se puso a mirarlas de modo que se iba a tronchar el cuello.
ADELA ¿Es que no te gustan a ti?
MARTIRIO A mí las cosas de tejas arriba no me importan nada. Con lo que pasa dentro
de las habitaciones tengo bastante.
ADELA Así te va a ti.
BERNARDA A ella le va en lo suyo como a ti en lo tuyo.
ANGUSTIAS Buenas noches.
ADELA ¿Ya te acuestas?
ANGUSTIAS Sí, esta noche no viene Pepe. (Sale.)
ADELA Madre, ¿por qué cuando se corre una estrella o luce un relámpago se dice:
Santa Bárbara bendita, que en el cielo estás escrita con papel y agua
bendita?
BERNARDA Los antiguos sabían muchas cosas que hemos olvidado.
AMELIA Yo cierro los ojos para no verlas.
ADELA Yo no. A mí me gusta ver correr lleno de lumbre lo que está quieto y
quieto años enteros.
MARTIRIO Pero estas cosas nada tienen que ver con nosotros.
BERNARDA Y es mejor no pensar en ellas.
ADELA ¡Qué noche más hermosa! Me gustaría quedarme hasta muy tarde para
disfrutar el fresco del campo.
BERNARDA Pero hay que acostarse. ¡Magdalena!
AMELIA Está en el primer sueño.
BERNARDA ¡Magdalena!
MAGDALENA (Disgustada.) ¡Dejarme en paz!
BERNARDA ¡A la cama!
MAGDALENA (Levantándose malhumorada.) ¡No la dejáis a una tranquila! (Se
va refunfuñando.)
AMELIA Buenas noches. (Se va.)
BERNARDA Andar vosotras también.
MARTIRIO ¿Cómo es que esta noche no viene el novio de Angustias?
BERNARDA Fue de viaje.
MARTIRIO (Mirando a Adela.) ¡Ah!
ADELA Hasta mañana. (Sale.) (Martirio bebe agua y sale lentamente mirando
hacia la puerta del corral. Sale La Poncia.)
LA PONCIA ¿Estás todavía aquí?
BERNARDA Disfrutando este silencio y sin lograr ver por parte alguna «la cosa tan
grande» que aquí pasa, según tú.
LA PONCIA Bernarda, dejemos esa conversación.
BERNARDA En esta casa no hay un sí ni un no. Mi vigilancia lo puede todo.
LA PONCIA No pasa nada por fuera. Eso es verdad. Tus hijas están y viven como
metidas en alacenas. Pero ni tú ni nadie puede vigilar por el interior de los
pechos.
BERNARDA Mis hijas tienen la respiración tranquila.
LA PONCIA Eso te importa a ti, que eres su madre. A mí, con servir tu casa tengo
bastante.
BERNARDA Ahora te has vuelto callada.
LA PONCIA Me estoy en mi sitio, y en paz.
BERNARDA Lo que pasa es que no tienes nada que decir. Si en esta casa hubiera
hierbas, ya te encargarías de traer a pastar las ovejas del vecindario.
LA PONCIA Yo tapo más de lo que te figuras.
BERNARDA ¿Sigue tu hijo viendo a Pepe a las cuatro de la mañana? ¿Siguen diciendo
todavía la mala letanía de esta casa?
LA PONCIA No dicen nada.
BERNARDA Porque no pueden. Porque no hay carne donde morder. ¡A la vigilia de mis
ojos se debe esto!
LA PONCIA Bernarda, yo no quiero hablar porque temo tus intenciones. Pero no estés
segura.
BERNARDA ¡Segurísima!
LA PONCIA ¡A lo mejor, de pronto, cae un rayo! ¡A lo mejor, de pronto, un golpe de
sangre te para el corazón!
BERNARDA Aquí no pasará nada. Ya estoy alerta contra tus suposiciones.
LA PONCIA Pues mejor para ti.
BERNARDA ¡No faltaba más!
CRIADA (Entrando.) Ya terminé de fregar los platos. ¿Manda usted algo,
Bernarda?
BERNARDA (Levantándose.) Nada. Yo voy a descansar.
LA PONCIA ¿A qué hora quiere que la llame?
BERNARDA A ninguna. Esta noche voy a dormir bien. (Se va.)
LA PONCIA Cuando una no puede con el mar lo más fácil es volver las espaldas para no
verlo.
CRIADA Es tan orgullosa que ella misma se pone una venda en los ojos.
LA PONCIA Yo no puedo hacer nada. Quise atajar las cosas, pero ya me asustan
demasiado. ¿Tú ves este silencio? Pues hay una tormenta en cada cuarto. El día
que estallen nos barrerán a todas. Yo he dicho lo que tenía que decir.
CRIADA Bernarda cree que nadie puede con ella y no sabe la fuerza que tiene un
hombre entre mujeres solas.
LA PONCIA No es toda la culpa de Pepe el Romano. Es verdad que el año pasado anduvo
detrás de Adela, y ésta estaba loca por él, pero ella debió estarse en su sitio
y no provocarlo. Un hombre es un hombre.
CRIADA Hay quien cree que habló muchas noches con Adela.
LA PONCIA Es verdad. (En voz baja) Y otras cosas.
CRIADA No sé lo que va a pasar aquí.
LA PONCIA A mí me gustaría cruzar el mar y dejar esta casa de guerra..
CRIADA Bernarda está aligerando la boda y es posible que nada pase.
LA PONCIA Las cosas se han puesto ya demasiado maduras. Adela está decidida a lo que
sea, y las demás vigilan sin descanso.
CRIADA ¿Y Martirio también?
LA PONCIA Ésa es la peor. Es un pozo de veneno. Ve que el Romano no es para ella y
hundiría el mundo si estuviera en su mano.
CRIADA ¡Es que son malas!
LA PONCIA Son mujeres sin hombre, nada más. En estas cuestiones se olvida hasta la
sangre. ¡Chisssssss! (Escucha.)
CRIADA ¿Qué pasa?
LA PONCIA (Se levanta.) Están ladrando los perros.
CRIADA Debe haber pasado alguien por el portón.
(Sale Adela en enaguas blancas y corpiño.)
LA PONCIA ¿No te habías acostado?
ADELA Voy a beber agua. (Bebe en un vaso de la mesa.)
LA PONCIA Yo te suponía dormida.
ADELA Me despertó la sed. Y vosotras, ¿no descansáis?
CRIADA Ahora.
(Sale Adela.)
FUENTE: LENGUA 9; ED. KAPELUSZ; BS.AS.; 2009