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28 de mayo de 2020

El relato realista: la ilusión de lo real

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Fuente: Conectar Igualdad, Argentina Gob.ar

El relato realista: la ilusión de lo real

El cuento realista es una forma de ficción que se define por su intención de representar lo más fielmente posible problemáticas comunes del mundo real. Pone particular interés en reconstruir la atmósfera y, en general, retrata la época en que la narración se crea y publica. Así, el cuento realista se puede comparar con un espejo o una fotografía. Lo que se ve en ellos no es la realidad en sí mis­ma pero ambos nos muestran una reproducción directa de ella. Esto se debe a que el realismo, en tanto corriente literaria europea surgida en la segunda mitad del siglo xix, se proponía realizar una crítica social a partir de la descripción de la realidad.

 La descripción en el cuento realista

En el relato  realista, el marco y los personajes del mundo representado son construidos de forma tal que refuercen la credibilidad del lector. En este sentido, se incluyen referencias temporales precisas como fechas, datos cronológicos y refe­rencias históricas.

La descripción tanto de las costumbres de una época determinada como de los lugares por donde se mueven los personajes refuerzan la idea de verosimilitud. Los espacios reproducen lugares creíbles o similares a los existentes en cualquier parte del mundo, y son descriptos detalladamente, sin idealizar ni adornar sus caracte­rísticas. Así, existen espacios típicos de la ciudad o del campo, espacios abiertos o cerrados, etcétera.

El retrato de los personajes es también fundamental para la construcción del clima realista. Se los describe física, psicológica y moralmente, y suelen presentar una historia pasada y una particular relación con otros personajes, como si fueran personas de carne y hueso.

 Ficcionalidad y verosimilitud

El pacto narrativo es un contrato implícito entre el autor y el lector mediante el cual se aceptan determinadas normas para la cabal comprensión del texto. Por ejemplo, el lector se compromete a suspender su incredulidad y a aceptar la ficcio­nalidad de lo que se le va a contar, esto es, su calidad de invención y la lógica de un texto en su propio universo literario. Sin embargo, el lector debe aceptar también la verosimilitud del texto.

Así, se puede denominar a la verosimilitud como la capacidad que posee el tex­to de provocar una ilusión o apariencia de realidad dentro del mundo de ficción. Cada género tiene su propio verosímil y, en el caso de los cuentos realistas, estos presentan un verosímil realista, una ilusión de realidad. En definitiva, el lector debe aceptar lo que lee como algo que podría pasar o ha pasado, aunque en reali­dad sepa que se trata de una invención.

 

Fuente: AA.VV., Prácticas del lenguaje 3 ES- Huellas, Ed. Estrada, Buenos Aires, 2017

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