En el seno del Renacimiento italiano, surge una corriente intelectual denominada humanismo cuyos máximos exponentes literarios son Dante Alighieri, Francesco Petrarca y el autor de el Decamerón, Giovanni Boccaccio. El humanismo vuelve su mirada a la Antigüedad clásica y propone una nueva concepción del ser humano, de carácter más individualista, desligado de los rígidos preceptos de la religión. En esta época comienzan a proponerse otras representaciones artísticas; nace, así, una estética que refleja con más realismo la naturaleza humana y abandona los motivos religiosos.
Características renacentistas de El Decamerón
En esta obra se reflejan
temáticas propias del Prerrenacimiento, cuyo origen se vincula con el
surgimiento del comercio como forma de vida. Es en esa época que surgen las
ciudades y, con ellas, la burguesía y el comercio. Como la ciudad de Florencia fue el epicentro del
Renacimiento, resulta lógico que una obra allí contextualizada presente los
primeros rasgos de la literatura renacentista. Estos son:
• Mayor extensión: El Decamerón se propone como un texto extenso frente a las nouvelles (novelas de extensión
breve) frecuentes en la época.
• Lengua romance: la de Boccaccio es la
primera obra en prosa que adopta el italiano, lengua romance, en reemplazo del
habitual y consagrado latín.
• Temática: se proponen temas
eróticos y se presenta un amor sensual alejado del modelo medieval. En esta
obra, hombres y mujeres se muestran destinados al amor carnal y a los placeres
que este genera. Se considera que la figura femenina es la incitadora que hace
caer al hombre en la tentación.
• Condición humana de los protagonistas: ya no se trata de personajes nobles o héroes consagrados, sino
individuos comunes que pueden encontrarse en cualquier ciudad de la época. Así,
los relatos poseen una clara mirada antropocéntrica. Este carácter humanista se
ve también en el tópico del carpe diem ('aprovecha el día'), opuesto al del ubi sunt ('¿dónde están?),
pregunta que se hacían los poetas medievales relacionada con la vida
trascendente, para la que la vida terrenal es solo un paso. En El Decamerón, frente a la mortandad y
la finitud vital que ofrece la peste, el carpe diem parece ser la única posibilidad.
• Carácter anticlerical: la obra expone una
fuerte crítica a la Iglesia, motivo que la aleja del protagonismo que esta
ejercía en la literatura de la Edad Media.
En la obra, la peste que sirve como marco es
descripta de manera minuciosa, como una situación extrema que pone en crisis a
la humanidad. En una época con escaso desarrollo de la medicina y nulas
nociones de higiene, las enfermedades se propagaban a gran velocidad; los
cadáveres y sus pertenencias se quemaban para evitar el contagio y porque los
cementerios no tenían más espacio. Esto generó una destrucción de las normas
que sostenían el entramado social, y acercó al hombre a la animalidad. Por otro
lado, la contemplación cercana de la muerte promovió una mirada más lúcida
sobre la vida. Además, en la época, la peste era vista como castigo divino.
En El Decamerón, frente a este
escenario, un grupo de jóvenes ociosos se retira al campo para preservar su vida.
La narración de historias, símbolo de la humanidad desde sus orígenes, opone
la civilización al caos. Esos diez días serán un medio para la regeneración. De
esta manera, la obra se presenta como una reivindicación del rol esencial que
tiene la literatura en la vida del ser humano.
La estructura utilizada por Boccaccio, sumamente
original para la época, se denomina relato enmarcado: un narrador, o varios, introducen un relato nuevo (cada una de las cien
historias de El Decamerón) dentro del relato general que se está narrando (la huida de la ciudad
a causa de la peste). La situación de comunicación que incluye, por un lado, al
autor como primer narrador que se dirige a sus lectores y, por el otro, a los
personajes como narradores internos que se dirigen a los otros personajes (narratorios) constituye no solo una
innovación, sino que además permite incorporar opiniones que podrían ser
autocensuradas en otros contextos.
En esta centuria, la población europea quedó
diezmada por la hambruna, producto de graves plagas, el cambio climático de la
denominada "Pequeña Edad de Hielo", las guerras y un brote de
"peste negra". A pesar de condiciones tan adversas e, incluso, a
partir de esta adversidad, los artistas no dejaron de crear y hacer arte.
Otros acontecimientos de la época
·
1304:
Dante Alighieri inicia a escribir el Infierno de su obra La Divina Comedia y lo
finaliza en 1307.
·
1306:
Giotto pinta el fresco Lamentación sobre el cuerpo de Cristo.
· 1330:
El Arcipreste de Hita comienza la escritura del Libro de buen amor, que
concluirá en 1343.
·
1337:
Comienza en Francia la guerra de los Cien Años.
· 1372:
Una flota castellana aniquila a una inglesa en la batalla de La Rochelle.
· 1395:
Lorenzo Zaragoza finaliza el retablo de Jérica (primer modelo iconográfico de
la Virgen y el niño).
Sobre
el autor
Si bien no se conoce con certeza su
lugar de nacimiento, se sabe que Giovanni Boccaccio( 1313-1375) vivió en la
ciudad italiana de Florencia durante gran parte de su infancia. Era hijo
ilegítimo de un importante comerciante florentino, quien se hizo cargo de su
crianza.
Boccaccio no demostró ningún interés
en continuar con los negocios de su padre, y desde joven comenzó una
importante carrera humanística, principalmente en la ciudad de Nápoles. Debido
a un revés financiero de su padre, en 1348 se vio obligado a regresar a
Florencia, donde fue testigo de la peste que más tarde constituirá el marco de El
Decamerón. Esta obra, en la que trabajó dos años, le otorgó un importante
reconocimiento social. Fue así como, tras la muerte de su padre (1349), comenzó
a ocuparse de lo que restaba de sus negocios y se le otorgaron cargos públicos.
Gracias a ellos se trasladó a lugares como Aviñón, Padua, Nápoles y Venecia. Murió
en diciembre de 1375 en Florencia, mientras cumplía el encargo de realizar la
lectura pública de La divina comedia, de Dante, labor que no pudo concluir.
Otras obras: La caza de Diana (1334); Füocolo (1336-1338);
Ameto o Comedia de las ninfas fíorentinas (1341-1342); Corbacho (1354-1355).
Fuente: Romina Sampayo, Literatura V
- Serie Llaves, Ed. Mandioca, Bs.As, 2016
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