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27 de abril de 2022

Análisis de SANTA EVITA DE TOMÁS ELOY MARTÍNEZ

 

Análisis de SANTA EVITA  DE TOMÁS ELOY MARTÍNEZ 

Santa Evita es una novela histórica a la que algunos críticos atribuyen una función catártica, es decir, ven que es una novela que plantea encontrar y problematizar los sentidos de diferentes sucesos que persisten y duelen en la memoria y en el cuerpo de los que están vivos.

En esta novela se narra el peregrinaje del cadáver de Eva Perón, convertido en un mito aún más vivo que antes de la muerte. Un cadáver que fue ocultado, escondido, vejado y adorado, y que, con el paso del tiempo, se convirtió en un cuerpo-símbolo entre lo sagrado y lo herético. El verdadero destino de ese cuerpo fue un misterio durante muchos años y produjo diferentes relatos que se convirtieron en leyenda.

En esta novela hay dos historias que se superponen: por un lado está la historia-leyenda del cadáver de Evita y, por otro lado, la historia de la investigación del narrador, en la que se cuenta acerca de la búsqueda de las fuentes, las entrevistas, los pensamientos y los sueños de la voz ficcional que cuenta la historia. También en este plano se cuenta acerca de la escritura en sí de la novela, es decir, hay muchas referencias al acto de escribir esta historia.

Los recursos narrativos que se hacen presentes en esta novela son múltiples. Algunos se relacionan con las herramientas del periodismo, ya que, por ejemplo, aparecen entrevistas que el narrador realiza a diferentes personajes: la madre de Eva, su peluquero, el embalsamador, el coronel Koenig y su ayudante. A todos estos testimonios, también se suman múltiples referencias a otros libros, notas a pie de página, reproducciones literales de discursos de Eva Perón, fragmentos de cartas y guiones, entre otras voces.

 Esta novela es una novela polifónica por excelencia. Alguna vez, el autor explicó que él invirtió el procedimiento utilizado en las novelas de non fiction en el sentido de que en ellas “se usaban las técnicas de la novela para narrar hechos reales y verificables. En el caso de Santa Evita, para crear un efecto de verosimilitud superlativa, uso las herramientas del periodismo: entrevistas, cartas, guiones, pero falsos”.

Los diferentes testimonios que se presentan en el relato dan lugar a la multiplicación inevitable de versiones acerca de los mismos hechos, promoviendo la idea de que la historia resulta de esta manera un conjunto de voces y relatos superpuestos, sin que ninguna versión se imponga por sí misma sobre las otras. La gran diversidad de voces plantea interrogantes, silencios, vacíos, zonas oscuras que impiden cerrar la historia de una manera unívoca.

Es una novela estructurada en dieciséis capítulos, en los que hay diferentes saltos temporales. Los hechos no son contados cronológicamente, ya que hay múltiples anacronías retrospectivas.

El narrador-investigador :

En Santa Evita se narra la historia de la leyenda que se construyó alrededor de la desaparición del cadáver de Eva Perón, desde un narrador-investigador llamado, dentro de la novela, Tomás Eloy Martínez. De esta manera se plantea un juego de identificación entre autor y narrador. Según se explicita en varios momentos de la novela, Tomás Eloy Martínez narrador tardó años en encontrar una manera de contar esta historia.

En el comienzo de la novela, la historia aparece contada en tercera persona, siguiendo las pautas del relato tradicional hasta que, de a poco, va irrumpiendo la perspectiva y voz subjetiva del narrador, quien recién se hace presente por primera vez en una nota al pie de página, luego de varias páginas de comenzada la novela. A partir de ahí va tomando protagonismo su mirada, sus reflexiones y dudas. Es un narrador que se presenta como alguien que narra una crónica de lo que ha investigado. Esa voz ficcional se construye no desde una posición de autoridad sino que, al contrario, plantea las dificultades y vicisitudes con las que se encuentra para narrar esta historia.

La voz del narrador se va alternando con las de los personajes, dando cuenta de los diversos estilos y registros, mediante el artificio de la presentación de testimonios obtenidos en entrevistas, a lo largo de la investigación de este narrador-investigador.

A propósito de la desaparición del cadáver de Eva Perón que trata en su novela, Tomás Eloy Martínez reflexiona sobre los hechos del pasado y la identidad nacional:

“El cadáver de Evita es el primer desaparecido de la historia argentina. Durante quince años nadie supo en dónde estaba. El drama fue tan grande que su madre (Juana Ibarguren) clamaba de despacho en despacho pidiendo que se lo devolvieran. Y murió en 1970 sin poder averiguar nada. No sabía –nadie o casi nadie lo sabía– si lo habían incinerado, si lo habían fondeado en el fondo del Río de la Plata. Si la habían enterrado en Europa... A diferencia de los cadáveres desaparecidos durante la última dictadura, que ruegan por ser enterrados, el cadáver de Evita pide ser ofrecido a la veneración. De algún modo, en Santa Evita hay una especie de conversión del cuerpo muerto en un cuerpo político”.

Fuente: Centrón, Graciana; Literatura II: las formas realistas y no realistas en textos literarios argentinos, latinoamericanos y españoles . - 1a ed. 1a reimp. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Longseller,  Serie  Enfoques.

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