Un laberinto es un lugar formado por calles y encrucijadas, construido con intencional complejidad con el objetivo de confundir a quienes se adentre en él.
El palacio de Knossos: ¿origen del mito
del laberinto?
Los
cretenses, con su legendario rey Minos, fueron un pueblo navegante. Sus
actividades comerciales los relacionaron con Siria, Fenicia y Egipto, regiones
con las que no sólo intercambiaban objetos sino conceptos de arte. Por esta
razón, no sorprende que aparezcan representaciones de laberintos en los sellos
de algunas tumbas del antiguo Egipto o en la Italia etrusca.
Creta
fue una civilización cuya forma de gobierno era la monarquía. El famoso palacio
emplazado en su capital (Knossos) dejó las huellas arquitectónicas más puras de
su estilo. Los arqueólogos que han rastreado sus capas sucesivas, desde sus
modestos comienzos hasta las complicadas estructuras de su etapa final, nos
ilustran sobre el progreso que había conseguido esta región y el lujoso modo de
vivir de su corte.
Llama
la atención que el Palacio de Knossos no guarde un criterio de reparto simétrico
de sus dependencias. Era un gran edificio monumental desprovisto de murallas,
sin ningún tipo de defensa. Construido con piedras cuadradas, muestra en sus
sillares representaciones del símbolo de la doble hacha. Por esta razón se
supone que el nombre de laberinto fue un derivado de labrix (hacha).
Su
estructura constituye un verdadero laberinto de espacios cerrados y corredores
y es difícil orientarse respecto al destino y la correlación de sus numerosas
cámaras y habitaciones. Todo el complejo se aglutina en torno a un patio
central de unos cincuenta metros de longitud y se divide en dos grandes conjuntos,
oriental y occidental, separados por sendos accesos al norte y al sur.
Por
un largo corredor se llega a la sala del trono con un majestuoso sitial de
piedra colocado en lugar destacado y bancos adosados a las paredes, destinados
a dar comodidad a los más altos dignatarios de la corte o consejo real. Posee
también una pintura mural deslumbrante.
Antes
de llegar a la sala del trono, en su antecámara, un gran cuenco de roca
compacta y dura nos hace rememorar las purificaciones rituales que en sus aguas
debieron realizar los cortesanos. Esta sala está situada en un sector
privilegiado, dotado de excelente iluminación, que posiblemente simbolice la
concentración de poder que dio razón de ser a tan espléndida construcción.
En
el lado opuesto, a través de un verdadero vericueto de otros pasadizos, se
llega a lo que se supone fue el dormitorio de la reina, adornado por el
maravilloso fresco de los delfines. También posee una sala de baño con una
especie de bañera de arcilla, y la cámara de aseo con las letrinas.
Hay
también, en la planta inferior, otro gran corredor donde se hallaron dispuestas
en filas grandes tinajas. Debió ser un almacén de víveres.
Este
complicado edificio, atrae la atención de muchos arqueólogos y arquitectos que aún
hoy intentan descifrar el uso de muchas de sus habitaciones.
Significados culturales de los laberintos
En
la historia de la humanidad, los laberintos siempre han aparecido rodeados de
múltiples simbolismos. Ya en la prehistoria, los laberintos dibujados en el
suelo permiten interpretar posibles juegos o danzas llevadas a cabo por los
hombres como manifestaciones rituales. También se los asocia a ritos de
iniciación, ya que el paso de una etapa a otra implica, para quien la va a
transitar, un largo peregrinaje de enigmas y equivocaciones que, en sentido
figurado, es el recorrido de la vida.
En
la Edad Media, el laberinto se asoció a la búsqueda de Dios; representaba el
arduo y difícil camino del hombre desde su nacimiento hasta que lograba el
ansiado encuentro con la divinidad. Luego del vuelco de ideas que tiene lugar
durante el Renacimiento, el hombre se convierte en el centro del sistema. La
idea de laberinto entonces comienza a asociarse con la propia persona, y el
centro será el autoconocimiento.
En
la actualidad, el laberinto aparece en las actividades lúdicas, tanto en
escenarios reales como ficcionales. Un buen ejemplo de esto es la serie de
juegos de Tomb Raider.
FUENTE: Estela
Marta Roca
Literatura:
4º año Secundaria, cosmovisión mítica, épica y trágica / Estela Marta Roca y
María Luisa Iglesias. - 1a ed. - Ituzaingó: Maipue,
2011.
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