CUENTO POPULAR: Historia del hombre con dos mujeres
Fuente: Newton Freitas, Alas afro-brasileños. Relato africano de origen chamítico (lengua houssa), recogido por Rene Bessoit. En Hitopadeza o Provechosa Enseñanza (India, siglo VI D.C.) hay un relato de desobediencia similar, si bien en este caso el comedido es apaleado y muere (cfr. II, Suhridbheda, historia del tintorero y el asno).
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–La mujer que desate a mis perros en mi ausencia será repudiada a mi regreso, y volverá a casa de los suyos.
El poseía hermosos perros, grandes y pequeños, atados en casa. Tomó su flauta, su bolsa, su hacha, y entró en la selva. Caminó, caminó. . . Y halló entonces un dragón, que avanzó hacia él. EL hombre huyó y se trepó a un árbol grande. Tomó la flauta y empezó a tocar. Los perros, que estaban en casa, al oír el son de la flauta, comenzaron a saltar y a ladrar. Una de las mujeres dijo:
–¿Qué habrá ocurrido para que los perros estén saltando y ladrando así? Voy a soltarlos. La otra mujer respondió:
–No, no los sueltes. ¿No le oíste decir que nadie desate a los perros mientras él esté en la selva?
La primera contestó: –Voy a desatarlos. La segunda añadió:
–Si los sueltas, se enojará contigo, y volverás a casa de tus padres. –Poco me importa. Los desataré. –Pues desátalos. Yo no puedo impedírtelo. La mujer, entonces, desató a todos los perros, que corrieron a la selva y cayeron sobre el dragón, que arrancaba todas las raíces de los árboles, faltando apenas las de aquel en que el hombre estaba atrapado. Y el perro mayor arrojó al dragón a tierra, mientras los menores terminaron por matarlo. El dueño de los perros, lleno de alegría, bajó del árbol y volvió a su casa. Al llegar, preguntó:
–¿Quién desató a mis perros?
La segunda mujer contestó:
–Fue ella quien los desató, a pesar de haberle dicho que no lo hiciera.
El marido añadió:
–¡Vete! ¡Ya no te amo más! Si ella no hubiera desatado a los perros ya estará muerto. ¡Vete, ya no te amo más!
Y el hombre repudia a la segunda mujer, que no había desatado a los perros, y se queda en casa con la otra, sólo con ella y sus perros. He aquí el final.
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