El esquema
actancial
Tanto en las
narraciones como en las obras de teatro la acción de los personajes se organiza
alrededor de una búsqueda, de un deseo.
El modelo o
esquema actancial propone analizar al personaje ya no en un plano psicológico
o metafísico, sino como un elemento que se relaciona con los demás conformando
un sistema de acción. El esquema evidencia esas relaciones distribuyendo a los
personajes en un número mínimo de categorías: destinador, destinatario, sujeto que
desea un objeto, ayudante y oponente. Estas categorías representan todas las
posibles combinaciones realizadas en una obra y se vinculan entre sí siguiendo
tres ejes: el eje del deseo, el eje de los valores y el eje de la comunicación.
El modelo se
plantea de la siguiente manera:
Eje de los valores
El eje destinador-destinatario se refiere a los pensamientos, ideales y valores, es decir al plano de la ideología que tienen todos los personajes. En este eje queda explicitado cuáles son las razones profundas que llevan al protagonista a desear lo que desea, es decir qué es lo que lo induce a buscar algo. El destinador es lo que impulsa al sujeto a realizar una misión para conseguir determinado objeto o deseo. A su vez, los valores que guían al sujeto beneficiando a alguien, el destinatario, que puede ser él mismo, un grupo cercano o familiar, un grupo ajeno al suyo, o un grupo más amplio, como podría ser toda una comunidad, por ejemplo.
Eje del deseo
El eje sujeto-objeto plantea la búsqueda del protagonista, es decir la trayectoria que va a tener que realizar el personaje o sujeto para encontrar su objeto, es decir cumplir su deseo. Ese recorrido va a estar lleno de obstáculos que pondrán a prueba al protagonista.
Eje de la comunicación
El eje ayudante-oponente facilita o imposibilita la comunicación. El ayudante facilita y acompaña al personaje a que realice su misión y el oponente pone obstáculos para impedírselo.
El esquema actancial como herramienta de análisis puede aplicarse a cualquier personaje de una narración o de una obra teatral.
