SIMBOLOGÍA: ALAS
Alas (plumas). l. El simbolismo de las alas,
de las plumas, y en consecuencia del vuelo,
se manifiesta en diversas formas, que traen
consigo siempre la noción general de ligereza
espiritual y elevación de la tierra al cielo.
Esta segunda interpretación es sobre todo
la de los chamanes. La primera -que sólo se
diferencia por su nivel de comprensión- es
común al budismo y al taoísmo. Por una
transposición natural, el tocado de plumas
de los indios de América evoca el Espíritu
universal, y el revestimiento con un manto
de plumas, en la China antigua, una investidura
de orden celestiaL A fin de cuentas la
elevación chamánica hacia el cielo, aun si
manifiesta poderes efectivos, no puede ser la
mayoría de veces sino de orden espiritual;
como demuestra trágicamente la aventura de
Ícaro.
La obtención de la ligereza,
es la liberación del
peso del cuerpo, es decir, del apego a la manifestación
formal: es pues el fruto de la
contemplación.
La acción de alzar el vuelo se aplica universalmente
al alma en su aspiración al estado
supra individual. Levantar el vuelo, salir
del cuerpo, se realiza por la coronilla
Las alas indican también la facultad cognoscitiva:
«el que comprende tiene alas»,
Es
por ello además que los ángeles, realidades o
símbolos de estados espirituales, son alados.
También naturalmente el ala y las plumas
están en relación con el elemento aire, elemento
sutil por excelencia.
En la Biblia son
un símbolo constante de la espiritualidad, o
de la espiritualización, de los seres que están
provistos de ellas, tengan éstos figura humana
o forma animal. Conciernen a la divinidad
y a todo lo que puede aproximarse a ella
como resultado de una transfiguración; por
ejemplo, los ángeles y el alma humana.
Cuando se habla de alas a propósito de un
ave, se trata las más de las veces del símbolo
de la paloma que significa el Espíritu Santo.
El alma misma, por el hecho de su espiritualización,
posee alas de paloma en el sentido
dado por el Salmo (54,7): «Quien me dará
alas de paloma, yo volaré y descansaré.» Poseer
alas es pues dejar lo terrenal para acceder
a lo celestial.
Este tema de las alas, que es de origen platónico
(Fedro, 246), es constantemente explotado
por los padres de la Iglesia y los
místicos. Se habla de las alas de Dios en la
Sagrada Escritura. Ellas designan su poderío,
su beatitud y su incorruptibilidad. «Las alas expresarán, pues, en general
una elevación hacia lo sublime, un impulso
para transcender la condición humana.
Constituyen el atributo más característico
del ser divinizado y de su acceso a las regiones
uránicas. El añadir alas a ciertas figuras
transforma los símbolos. Por ejemplo, la serpiente,
cuyo signo es de perversión del espíritu,
se convierte, si es alada, en símbolo de
espiritualización, de divinidad.
Las alas indican con la sublimación, una
liberación y una victoria: van a los héroes
que matan los monstruos, los animales fabulosos,
feroces o repugnantes.
Se dice que Hermes (Mercurio) lleva alas
en los talones.
Y el autor compara esas
alas del talón a los pies ligeros, que designan
el calzado de santos budistas viajando por
los aires; a los zapatos voladores de los
cuentos populares; a las botas de siete leguas.
«En el pie es donde residen, para el
hombre que sueña, las fuerzas voladoras ...
. El ala, símbolo de dinamismo, prevalece
aquí sobre el símbolo de la espiritualización;
pegada al pie, no implica necesariamente
una idea de sublimación. Sin embargo
confiere a los medios de desplazamiento
capacidades sobrehumanas.
FUENTE: DICCIONARIO DE LOS SÍMBOLOS
Bajo la dirección de lEAN CHEvALlER
ALAIN GHEERBRANT
BARCELONA
EDITORIAL HERDER
1986