Miguel
Hernández - Biografía resumida
Miguel Hernández, (1910-1942), poeta y dramaturgo español que manifiesta en sus obras un hondo sentido de la tragedia y una sensibilidad muy propia del siglo XX, empleando para ello las formas líricas españolas tradicionales.
VIDA
Nació en Orihuela (Alicante) donde comenzó a estudiar en el colegio de los
jesuitas pero que tuvo que abandonar muy pronto para ponerse a trabajar
repartiendo leche y cuidando ovejas, aunque ya se había convertido en un gran
lector de la poesía clásica española (Góngora y Garcilaso, principalmente).
Formó parte de la tertulia literaria, en Orihuela, de Efrén Fenoll y Ramón
Sijé, con el que establecería una gran amistad. En la década de 1930 se marchó
a Madrid donde trabajó como colaborador de José María Cossio en Los toros y se
relacionó con poetas como el chileno Pablo Neruda, y los españoles Rafael
Alberti, Luis Cernuda y otros. Miembro del Partido Comunista Español, durante
la República participó en las Misiones pedagógicas, creadas para llevar la
cultura a las zonas más deprimidas de España. Tomó parte activa en la Guerra
Civil española y asistió al Congreso internacional de intelectuales
antifascistas de 1937 en Valencia. Acabada la guerra intentó escapar pero fue
detenido en la frontera portuguesa. Condenado a pena de muerte, se le conmutó
por la de treinta años, pero no la cumplió porque la tuberculosis acabó con su
vida en 1942 en el penal de Ocaña.
OBRA
La poesía de Miguel Hernández se caracteriza por su intenso lirismo, tanto en
su primera colección de poemas, sumamente elaborados, Perito en lunas (1933) y
con una clara influencia gongorina, como en los sonetos de corte clásico de El
rayo que no cesa (1936), y que la crítica considera su obra más
lograda. Sus poemas tratan principalmente del amor, la muerte, la guerra y la
injusticia, temas que conoció y experimentó con intensidad.
Durante la guerra compuso Viento del pueblo (1937), una poesía
militante y propagandística como la que también realizaba Rafael Alberti y que
llamaba “poesía de guerra”. El rostro humano y cruel de la guerra así como el
sufrimiento de sus compañeros en el campo de batalla es lo que se ve en El
hombre acecha (1938). En la cárcel acabó Cancionero y romancero de
ausencias (1938-1941) de un sobrio esteticismo en el que la luz procede
de la desnudez de las palabras. Los temas de esta obra son los tradicionales de
la lírica popular española como el amor hacia la esposa e hijos, la soledad del
prisionero y, por supuesto, las consecuencias de la guerra.
La obra de Miguel Hernández es muy personal y aunque por amistad y edad podía
haber formado parte de la generación del 27 nunca se ha considerado parte de
ella, aunque Dámaso Alonso le considera “el genial epílogo del Grupo”.
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