CONTENIDOS
❚ Explicación, demostración y argumentación
❚ Secuencia argumentativa, estructura
❚ Conectores en la argumentación
❚ Técnicas argumentativas
Explicar y argumentar
Los seres humanos usamos el lenguaje para organizar nuestra experiencia y comunicarla a quienes nos rodean. Ante lo que no conocemos o ante una dificultad, usamos el lenguaje formulando una pregunta para orientar nuestras acciones: ¿qué es esto?, ¿cómo resuelvo esta situación? Lo que sigue a la pregunta es una respuesta expresada con palabras.
En ocasiones, esta respuesta es una exposición o una explicación. Si es posible formular varias respuestas a la pregunta, tendremos que agregar algunos argumentos o razones para elegir una entre tantas. Por lo tanto, es posible caracterizar la exposición explicación como la respuesta a una pregunta y la argumentación como la justificación, por medio de razonamientos, de la validez o la verdad de una respuesta entre otras.
Las siguientes son algunas de las características de estos tipos textuales:
Explicativo: Presenta un saber ya construido, legitimado social o teóricamente.
Pretende informar (función referencial del lenguaje).
Expone una idea de manera objetiva
Argumentativo:- Presenta la construcción de nuevos saberes mediante el desarrollo discursivo.
Pretende persuadir (función apelativa del lenguaje).
Manifiesta y confronta una idea con otras.
¿Cuándo argumentar?
Se argumenta para expresar una opinión o un punto de vista, brindando las razones que los fundamentan. Suele ser necesario argumentar ante temas que generan controversias,
es decir, cuando en relación con un tema determinado surgen varios puntos de vista acerca de cómo interpretarlo, cómo actuar al respecto, etcétera. En ese caso, el tema se convierte en un problema que genera confrontación de discursos.
La argumentación siempre presupone el diálogo, ya que, por un lado, el enunciador suele responder a otra u otras opiniones sobre el mismo tema y, por el otro, puede tener en cuenta puntos de vista contrarios al propio y anticiparse a ellos. La argumentación, si bien trata de justificar una verdad entre otras, no suele ser restrictiva, sino que da lugar a la discrepancia: fomenta la discusión. No se trata de imponer una idea sino, a partir de argumentos racionales y críticos, obtener la adhesión del destinatario. Cuando, por el contrario, se intenta imponer una opinión con afirmaciones absolutas (“porque sí”, “porque no me gusta”) sobre las de los demás, se cierra la posibilidad de diálogo.
El propósito de una argumentación es defender y sustentar una idea desde un determinado punto de vista a fin de convencer a otros para que la acepten y adhieran a ella libre y voluntariamente. También puede ser usada para contraargumentar, es decir, disuadir
al destinatario respecto de una actitud o perspectiva sobre alguna idea, para que cambie de actitud, tome una decisión diferente, desista de ejecutar alguna acción. Por eso, en todos los casos, se debe evaluar quién es el destinatario y qué punto de vista sostiene
para encontrar argumentos válidos que sean aceptados y adoptados. Para argumentar exitosamente es necesario utilizar un conjunto de procedimientos.
Preguntas que abren la argumentación
Las preguntas, que pueden aparecer explícita o implícitamente en un texto argumentativo, permiten establecer el tema problemático que dará lugar a la argumentación. Existen tres tipos de interrogación:
ALTERNATIVA Explicita posibles respuestas mediante una disyunción, por lo que presupone una respuesta cerrada que debe ser corroborada.
Ejemplo de pregunta alternativa: Los nuevos medios electrónicos, ¿volverán obsoletos los libros o ambos podrán convivir?
TOTAL Admite sólo dos tipos de respuesta: sí o no; por ende, también presupone una respuesta cerrada a corroborar.
Ejemplo:¿Internet atenta contra la literatura?
PARCIAL Está encabezada por pronombres interrogativos; posibilita múltiples respuestas que deberán ser especificadas.
Ejemplo:¿Qué es un hipertexto?¿Cómo puede un hipertexto reemplazar a los libros?
Secuencia argumentativa
Los textos pueden ser narrativos, descriptivos, expositivo explicativos, instructivos, dialogales y argumentativos según el tipo textual que predomine en ellos, ya que estos tipos textuales no se presentan en forma pura sino como segmentos denominados secuencias textuales. Cada una de éstas tiene una estructura organizada según las características propias del tipo textual al que pertenezca, pero puede convivir y relacionarse con otras en un texto concreto. Por ejemplo, en una novela —en la que predominan las secuencias narrativas— pueden incluirse también secuencias descriptivas (para presentar personajes, objetos o lugares), expositivo-explicativas (para desarrollar cómo un detective descubrió al culpable de un crimen), dialogales (para introducir una conversación entre personajes), etcétera.
Como las secuencias de cada tipo textual tienen una estructura definida, es posible identificarlas (si bien pueden aparecer variaciones según la clase de texto). Sin embargo, en una secuencia argumentativa no pueden faltar los siguientes elementos.
❚ Hipótesis: la hipótesis (o tesis) es la idea central que responde a la pregunta que plantea el problema y contiene la opinión personal. Según la clase de texto, puede presentarse de manera explícita —como afirmación o negación— en la introducción, o al final, como
conclusión. También puede estar implícita, de modo que el receptor deberá reconstruirla.
En algunos géneros, como las monografías, la formulación de la hipótesis debe ser clara y precisa, adoptando la forma de una proposición, que puede ser afirmativa o negativa (por ejemplo, “La ONU debe intervenir en este caso” o “La ONU no debe intervenir en este caso”).
❚ Desarrollo: es la parte central del texto —también llamada argumentación propiamente dicha— donde se exponen los argumentos, es decir, las razones o los fundamentos que defienden y justifican la validez o la verdad de la tesis, diferenciándola de otras opiniones consideradas inválidas. Los argumentos se construyen mediante varias técnicas. Sin embargo, se intenta que entre la hipótesis y los argumentos haya una relación de tipo lógico. “opino/considero que el hipertexto volverá obsoletos los libros porque/ya que es más versátil”.
Los argumentos pueden presentarse siguiendo un orden decreciente, es decir, de los más convincentes a los menos categóricos, o de los más generales a los más particulares. Por otra parte, éstos pueden enfatizar tanto aspectos racionales como emocionales, para conmover afectivamente al receptor.
Demostrar y argumentar
La argumentación no es una demostración, ya que ésta es propia de las ciencias exactas —como la Matemática y la Física— y se distingue por presentar pruebas demostrables empíricamente.
En estas ciencias, la hipótesis no es considerada verdadera, sino que la investigación posterior deberá demostrar su validez. La argumentación, por el contrario, es
propia de las ciencias humanísticas —como la Sociología y la Psicología— y se caracteriza porque no presenta pruebas irrefutables, sino verosímiles y posibles.
Muchos textos argumentativos acompañan la hipótesis y el desarrollo con la inclusión de las siguientes partes.
❚ Introducción: en las argumentaciones escritas, los primeros párrafos presentan el tema y sus antecedentes; también pueden incluir la hipótesis y algún recurso que llame la atención del destinatario, como una cita de autoridad, un relato o datos atractivos.
❚ Conclusión: se cierra la argumentación con un resumen de los argumentos, con frases que señalan las consecuencias positivas que se derivan de adherir a la hipótesis o las consecuencias negativas que resultan de su rechazo, con apelaciones al receptor incitándolo a la participación o abriendo nuevas preguntas. Su contenido dependerá de la clase de texto, ya que en una monografía, por ejemplo, no es correcto incluir un relato conmovedor, recurso que, en cambio, es habitual en las notas de opinión.
Cada una de las partes mencionadas suele estar subtitulada y en su interior pueden incluirse secuencias de cualquier otro tipo textual. La presencia de éstas en la argumentación está determinada, en gran medida, por el contexto. Si el receptor no conoce el tema
sobre el cual se argumenta, será pertinente introducir, por ejemplo, la narración del hecho comentado, la descripción del objeto referido o la explicación de algún concepto específico.
En todos los casos, tales secuencias están subordinadas a la argumentación, es decir, al propósito de justificar las propias ideas para convencer a los otros de la opinión que se presenta.
Conectores en la argumentación
Las relaciones lógicas que se establecen entre la hipótesis o tesis y los argumentos, y entre éstos mismos, pueden explicitarse mediante palabras o frases denominadas conectores,
cuya función es, justamente, expresar o manifestar la relación o conexión existente entre dos partes. En los textos argumentativos, los conectores más usados son:
De coordinación:
- copulativos y (e), además, también, ni
- disyuntivos o (u), ya sea... ya sea, o bien... o bien
- adversativos pero, sin embargo, sino (que), en cambio, no obstante, por el contrario
- distributivos tanto... como, no sólo... sino también
de subordinación
- causales porque, ya que, a causa de, dado/puesto que, de modoque /de manera que /
- consecutivos así que, en consecuencia, por ende/eso/lo tanto,
- concesivos aunque, aun cuando, si bien, por más que, a pesar de
- condicionales si, sólo si, con tal, siempre que
- de fin para que, con la intención/finalidad de
- temporales cuando, antes, después, luego, siempre
ordenadores
en primer/segundo/tercer término/lugar, para comenzar, para
continuar, por un/otro lado, por último, para finalizar/terminar
anafóricos
- de relación : en relación con, respecto de, asimismo
- de semejanza : igualmente, esto es, o sea
- apositivo : es decir
- resuntivo: para resumir, en síntesis
Técnicas argumentativas:
ANALOGÍA
Establece semejanzas entre dos elementos, uno de los cuales es
conocido por el receptor. Ejemplo: “Una catedral medieval era como un programa de TV permanente, siempre repetido, que se supone le decía a la gente todo lo que le era imprescindible para la vida diaria y la salvación eterna.”
CAUSALIDAD
Relaciona dos elementos mediante un nexo causal, para determinar las causas de lo que se quiere argumentar. Ejemplo: “Hay libros que no podemos reescribir porque su función es enseñarnos la necesidad; por lo tanto, sólo respetándolos tal como son pueden hacernos más sabios.”
CITA DE AUTORIDAD
Introduce, directa o indirectamente, el nombre o la voz de otra persona. Que lo diga esa persona le da validez y autoridad al argumentador. Ejemplo: “Además, Hugo nos advierte: ‘Un vértigo, un error, una derrota, una caída que dejó perpleja a toda la Historia, ¿puede ser algo sin causa? No... la desaparición de ese gran hombre era necesaria para que llegara el nuevo siglo. Alguien, a quien no pueden hacérsele reparos, se ocupó de que el resultado del acontecimiento fuera éste... Dios pasó por aquí’. Eso es lo que nos dice cada libro verdaderamente grande: que Dios pasó.”
CONCESIÓN
Se otorga cierta validez a un argumento contrario, pero sólo para
oponer luego el propio. Ejemplo: “Ciertamente, una computadora es un instrumento con el cual se pueden producir y editar imágenes; y las instrucciones, ciertamente, se imparten mediante íconos; pero es igualmente cierto que la computadora se ha convertido en un instrumento alfabético antes que otra cosa.”
EJEMPLO
Se introduce un caso particular que intenta ilustrar o justificar una
afirmación general. Ejemplo:“El último límite de la textualidad libre es un texto que en su origen está cerrado, por ejemplo, Caperucita Roja o Las mil y una noches, y que yo, el lector, puedo modificar de acuerdo con mis inclinaciones, hasta elaborar un segundo texto, que ya no es el mismo que el original pero cuyo autor soy yo mismo.”
EXPLICACIÓN
Desarrolla un concepto para que el receptor entienda su importancia y su pertinencia en la argumentación.
Ejemplo:“En un libro tradicional debemos leer de un modo lineal. Podemos saltearnos páginas; llegados a la página 300, podemos volver a chequear o releer algo en la página 10. Pero eso implica un trabajo físico.”
REFUTACIÓN
Presenta un argumento contrario para discutirlo, contradecirlo o invalidarlo.Ejemplo:“Sin embargo, el hecho de que los libros puedan llegar a desaparecer no sería una buena razón para suprimir las bibliotecas. Por el contrario, deben sobrevivir como museos que conservan los descubrimientos del pasado.”
PREGUNTA RETÓRICA
Anticipa los interrogantes que puede hacerse el lector y ofrece una respuesta posible.Ejemplo:“De hecho, si tenemos un número infinito de elementos con los cuales interactuar, ¿por qué tendríamos que limitarnos a producir un universo finito? Se trata de un asunto teológico...”
4 comentarios:
Un saludo muy cordial…!!!
Jorge de Monte Grande
Muy bien, felicitaciones, me sirvió mucho.
este bien la informacion pero no me sirvio de mucho
Quien es el Autor? o donde viene?
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