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18 de junio de 2020

La novela de aventuras: características, temas, personajes, narrador

La novela es una obra litereraria narrativa de carácter extenso que incluye múltiples conflictos y una amplitud de personajes. A pesar de contar con otros precedentes, se acuerda en que su forma, tal y como se la conoce hoy, se dio por primera vez en Don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes. Al tratarse de una forma literaria ori­ginada en el siglo XVII, es considerada una de las variantes más modernas.


La principal característica de la novela es la diversidad ya que puede abarcar muchísimos temas, distintos géneros y acepta la inclusión de distintas formas de escritura como cartas, documentos, poemas o monólogos. Debido a esta compleji­dad en su forma, se pueden encontrar muchos subtipos de novela. Algunos de ellos son: de aventuras, sentimental, gótica, de aprendizaje, epistolar, histórica, policial, de tesis.


Las características y los temas de la novela de aventuras


La novela de aventuras se caracteriza por presentar un momento extraordina­rio en la vida del personaje que se lanza (la mayoría de las veces de manera volun­taria) a la búsqueda de un objetivo y por eso se ve envuelto en una serie de peligros y desafíos. Este tipo de novela posee, por tanto, mayores acciones externas y riesgos tísicos que otras, Busca cortar el aliento y poner a los personajes en incontables situaciones de peligro de las que salen con coraje, astucia o suerte.


Algunos de los ternas más comunes en la novela de aventuras son: el viaje, el ho­nor, el valor de la amistad, la naturaleza y su tuerza, el paso de la niñez a la adultez y la búsqueda de lo desconocido.

Los personajes, el tiempo y el espacio

Desde el punto de vista del personaje, la novela de aventuras suele estar pro­tagonizada por jóvenes inexpertos que salen a descubrir el mundo. Pero se trate de adolescentes u hombres adultos, el héroe de la novela de aventuras finalmente resulta transformado. Los peligros por los que pasa lo dotan de experiencias que al final del camino le enseñan algo al respecto del mundo, de los hombres y de sí mismo.

Los espacios que recorren los personajes suelen ser lugares exóticos e inhóspi­tos ya que el encanto de la novela de aventuras pasa, en buena parte, por el hecho de que los lectores vean con los ojos de los personajes lugares que probablemente nunca podrán visitar por fuera del texto. El tiempo de la aventura, además, es un tiempo especial que se ubica de manera excepcional en la vida de los personajes. Antes de la aventura, el protagonista vivía una vida sin sobresaltos. Cuando esta finalice, retomará dicha vida pero la podrá enriquecer gracias a todo lo aprendido.


El argumento y la trama

Un mismo acontecimiento puede ser contado por distintas personas de una manera diferente. Puede decirse, entonces, que un mismo argumento aparece reves­tido por diferentes tramas. El argumento de una narración provee los personajes y las acciones fundamentales de forma cronológica. El entramado de esa historia es lo que la convierte en una narración particular con sus propias características ya que organiza esos elementos mediante distintos recursos como la acronía, el punto de vista, la elipsis o un uso específico del lenguaje.


El narrador y el punto de vista

Elegir un punto de vista para ingresar a la historia y construir una voz que la cuente son dos pasos fundamentales para pasar del argumento a la trama. Las nove­las suelen poner especial énfasis en estos dos elementos ya que por su diversidad es posible contrastar distintas formas de concebir al mundo y distintas formas de hablar.

El punto de vista puede ser interno  o externo, es decir, la visión puede ser la del protagonista que vive los acontecimientos como se dan (equisciente), la de un personaje de la historia que oficia de mero testigo (deficiente) o la de un observa­dor externo al que no se le escapa ningún detalle (omnisciente). El narrador,  en consecuencia, puede estar en primera persona o en tercera persona.


Fuente: Prácticas del lenguaje 1 , Serie Huellas Digital, Ed. Estrada, Buenos Aires


26 de diciembre de 2015

El cuento de terror: características, clasificación, personajes, recursos de estilo y temáticos

Desde hace miles de años, los seres humanos hemos inventado historias de terror como una manera de explicar lo inexplicable y de "poner bajo control" nuestros miedos más profundos. Estos relatos aparecen en culturas muy diversas como la sumeria, la egipcia, la griega, la india o la china. Sin embargo, el género de terror se mani­fiesta como tal recién a mediados del siglo XIII y durante el siglo XIX, con novelas como Frankenstein, de Mary Shelley (1816), El extraño caso del Dr.JekyllyMr. Hyde, de Robert L. Stevenson (1886) y Drácula, de Bram Stoker (1897).

Los personajes del cuento de terror
En las situaciones que se generan en los cuentos de terror, los personajes experimentan sentimien­tos de pánico y luchan contra aquello que los amenaza y, al mismo tiempo, contra su propio te­mor. Pero los agentes, conocidos o desconocidos, del terror suelen tener una presencia tan fuerte en el relato que muchas veces terminan convirtién­dose en los verdaderos protagonistas de la histo­ria. Actualmente recordamos con más claridad a Drácula, al monstruo creado por Frankenstein o al ser extraterrestre de Alien, que a los personajes que los rodean.

Los temas del cuento de terror son muy variados y se relacionan con la tradición cultural de cada civilización. Siempre ponen de manifiesto una fas­cinación por lo sobrenatural o lo macabro y presen­tan personajes como ánimas, espíritus, vampiros, hombres-lobos, seres de ultratumba, máquinas in­fernales o estatuas que cobran vida. Algunos de los arquetipos más famosos de este género son:

Los vampiros
El mito del vampiro aparece muy temprana­mente en la cultura popular de diversos países, pero la literatura lo consagra definitivamente con la novela Drácula, del escritor inglés Bram Stoker. A partir de algunos relatos anteriores, Stoker crea su personaje, un si­niestro aristócrata de Transilvania que bebe la sangre de sus víctimas. En el siglo xx, el cine retomará muchas veces el tema en pe­lículas como Nosferatu, Drácula y La danza de los vampiros.

Los monstruos creados por científicos
Una de las primeras novelas que trata el te­ma de los monstruos creados por científicos es Frankenstein, de la escritora inglesa Mary Shelley. En ella, el doctor Frankenstein da ori­gen, gracias a sus experimentos en el campo de la electricidad, a una monstruosa criatura formada con órganos de diversos cadáveres. Al principio, este ser es inocente y bondadoso, pero el rechazo y la crueldad de la gente y de su creador lo convierten en un asesino.

Los seres en parte humanos y en parte bestiales
La combinación de aspectos humanos y bestiales en un mismo ser aparece de mane­ra extraordinaria en el famoso relato de El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde, del escritor inglés Robert L. Stevenson. En esta historia, el tranquilo y bondadoso Dr. Jekyll logra transformarse, gracias a sus experi­mentos científicos, en el temible y cruel Mr. Hyde. Pero también la cultura popular pre­senta este arquetipo en personajes como el hombre-lobo (séptimo hijo varón que en las noches de luna llena se transforma en ani­mal), el tigre-gente (indio que se convierte en puma por un poder mágico o debido a un pacto con el diablo) o el minotauro (mons­truo de la mitología griega con cabeza de toro y cuerpo de hombre).

Las momias
El antiguo arte del embalsamamiento creado por los egipcios produjo muchos relatos de terror, especialmente a partir del descubri­miento de la tumba del faraón Tutankamón, en 1924, por el noble inglés Lord Carnarvon. Las misteriosas muertes de los integrantes de la expedición dieron origen a la leyenda de "la maldición de la momia", que la literatura y en especial el cine retomaron en muchas ocasiones.

Una clasificación de los cuentos de terror
Los cuentos de terror tienen algunas caracte­rísticas en común con los cuentos fantásticos, ya que en ellos también suele irrumpir lo inexplica­ble en medio de una realidad cotidiana. Por lo tanto, podemos clasificarlos dentro de alguna de las siguientes categorías:

Los que explican de una manera realista los hechos extraordinarios.
En esta categoría entran aquellos relatos en los que el autor opta por una explica­ción natural o seudocientífica de los acon­tecimientos. Éste es el caso, por ejemplo, del cuento "El almohadón de plumas", de Horacio Quiroga, donde la misteriosa muerte de la protagonista se justifica por la presen­cia de un monstruoso insecto que habita dentro del almohadón.

Los que explican de una manera sobrenatural los hechos extraordinarios.
A esta categoría pertenecen los relatos don­de lo sobrenatural, diabólico o divino se da como explicación absoluta de los hechos. Por ejemplo, en el cuento "La lluvia de fuego", de Leopoldo Lugones, la intervención divina arrasa la tierra como castigo al mal.

Recursos de los cuentos de terror
Para lograr su efecto, los cuentos de terror sue­len emplear recursos estilísticos (con respecto al modo de narrar) y temáticos (en relación con la historia que cuentan).
Recursos estilísticos : Abundancia de descripciones, que producen suspenso y están destinadas a crear un ambiente siniestro.

Recursos temáticos
  • La creación de situaciones de encierro o riesgo en las que los protagonistas se sienten a merced de los acontecimientos.
  • La aparición de un agente conocido (seres humanos, animales, plantas, objetos, etc.) que sale de control y pone en peligro a los personajes
  • La aparición de un agente desconocido (monstruos, fantasmas, seres extraterrestres, etc.J que amenaza la seguridad de los protagonistas y los coloca en un estado de indefensión.

Fuente: AAVV: Lengua 8, Ed.Santillana; Bs.As.; 2002




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