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30 de abril de 2011

Simbología: EL COFRE

Cofre. El simbolismo del cofre se apoya en
dos elementos: el hecho de que se deposite
allí un tesoro material o espiritual; el hecho
de que la abertura del cofre sea el equivalente
de una revelación.
El depósito en el cofre es el de las Tablas
de la Ley en el Arca de la Alianza de los hebreos;
el del Espejo de Amaterasu en el cofre
de Ise; el de los Tesoros de Kuvera en sus jarras;
el del destino en la caja de Pandora;
también el del arroz de la inmortalidad y el
de los diversos objetos simbólicos en el ->
celemín (teu) del esoterismo chino. Lo que
se deposita en el cofre es el Tesoro de la
Tradición, el instrumento de su revelación y
su comunicación con el Cielo.
Pero la apertura ilegítima del
cofre está llena de peligros: cuando los Genjis
rebeldes se apoderan del cofrecito imperial
y pretenden abrirlo son cegados y se
vuelven locos por el brillo del Espejo. La
Revelación divina no puede ser desvelada
inconsideradamente. El cofre no puede
abrirse mas que en la hora providencialmente
dispuesta y sólo por quien posee legítimamente
la llave
Fuente: DICCIONARIO DE LOS SÍMBOLOS
Bajo la dirección de
lEAN CHEVALlER
con la colaboración de
ALAIN GHEERBRANT
BARCELONA
EDITORIAL HERDER
1986

3 de marzo de 2011

Simbología - El número cinco

Cinco. l. El número cinco extrae su simbolismo
de ser, por una parte, la suma del primer
número par y del primer número impar
(2 + 3), y por otra. el medio de los nueve primeros
números. Es signo de unión, número
nupcial dicen los Pitagóricos; número también
del centro, de la armonía y el equilibrio.
Es también el símbolo del hombre (con
los brazos separados, parece dispuesto en
cinco partes en forma de cruz: los dos brazos.
el busto, el centro -abrigo del corazón, la
cabeza, la dos piernas). Símbolo igualmente
del universo, dos ejes, uno vertical y
otro horizontal, pasando por un mismo centro;
símbolo del orden y la perfección; finalmente.
símbolo de la voluntad divina que no
puede desear más que el orden y la perfección
(CHAS. 243-244).
Representa también los cinco sentidos y
las cinco formas sensibles de la . materia: la
totalidad del mundo sensible.
La armonía pentagonal de los Pitagóricos
deja su marca en la arquitectura de las catedrales
góticas. La estrella de cinco puntas, o
la flor de cinco pétalos, está situada, en el
simbolismo hermético, en el centro de la
cruz de cuatro elementos; es la quintaesencia
o el éter. El 5 con respecto al 6 es el microcosmos
con respecto al macrocosmos, el
hombre individual con respecto al Hombre
universal.
Cinco es el número de la
Tierra: es la suma de las cuatro regiones cardinales
y el centro, el universo manifestado.
Pero es también la suma de dos y de tres,
que son la Tierra y el Cielo en su naturaleza
propia: conjunción, matrimonio del yin y el
yang, de rien y de Ti. También es el número
fundamental de las sociedades secretas.
Es esta unión que simbolizan los cinco colores
del arco iris. Cinco es también el número
del corazón.


DICCIONARIO DE LOS SÍMBOLOS
Bajo la dirección de
lEAN CHEVALlER
con la colaboración de
ALAIN GHEERBRANT
BARCELONA
EDITORIAL HERDER
1986

Simbología: La cigüeña o garza

Simbología: La Cigüeña o garza.
Aunque el Levítico
(1 1,18-19) la califica de inmunda
la cigüeña es casi siempre un ave de
buen augurio. Es un símbolo del amor filial,
pues se pretende que alimenta a su padre en
la vejez. Se asegura, en ciertas regiones, que
trae a los niños; lo que podría no estar exento
de relación con sus hábitos de ave migratoria,
cuyo regreso corresponde al despertar
de la naturaleza. Pero en la misma perspectiva
y por la misma razón se atribuye a su
sola mirada el poder de causar la concepción.
En la China se dice algo parecido de la
garza real.
La garza, la cigüeña y el ibis son aves
destructoras de serpientes. Son pues los adversarios
del mal, animales antisatánicos y
en consecuencia símbolos de Cristo. En el
antiguo Egipcio el ibis era un aspecto de
Thot, personificación de la Sabiduría, y el
fénix, símbolo del ciclo solar y de la resurrección,
podría muy bien haber sido la garza
real purpúrea. La actitud de estas aves,
erguidas, inmóviles y solitarias sobre un solo
pie evoca naturalmente la contemplación.
En el Extremo Oriente. y especialmente
en el Japón la cigüeña se confunde fácilmente
con la grulla, y aparece como un
Símbolo de inmortalidad.
Es por lo menos el símbolo más corriente
de la longevidad. Se le atribuye el poder de
alcanzar una edad fabulosa. Pero cuando llega
a seiscientos años ya no come más, contentándose
con beber para vivir; a partir de
los dos mil años se vuelve toda negra. Es,
con la liebre y el cuervo, un animal que gusta
a los alquimistas taoístas.

7 de febrero de 2011

Simbología: Alianza

Simbología: Alianza: El término de alianza (berilh en hebreo)
posee el sentido de compromiso, o
también el de pacto efectuado con respecto a
una persona o una colectividad. Estos dos
sentidos se encuentran igualmente en las palabras
griegas: diatheke y syntheke; y latinas:
joedus y lestamenlum. De donde las expresiones
Antiguo y Nuevo Testamento, por
Antigua y Nueva Alianza. La Antigua
Alianza designa un compromiso tomado por
Yahvéh con respecto a Abraham; está precedida
por la alianza hecha entre Dios y Noé
después del diluvio, cuyo signo exterior es el
arco -7 iris, como el cordero pascual será el
signo de la alianza mosaica. A propósito de
esta alianza significada por el arco iris, se
puede aquí hablar de una revelación de Dios
por la naturaleza correspondiendo a la
alianza de Noé. La continuidad de la alianza
no está vinculada a la fidelidad de un hombre
o de un pueblo; Yahvéh mantiene su
pacto independientemente de la actitud de
su asociado; Israel lo sabe y es por ello que
se pedirá a Dios que se acuerde de su alianza.
lean Daniélou, analizando el sentido de la
alianza (DANA, 46), precisa cómo la alianza
se simboliza por una víctima compartida. A
la orden de Yahvéh, Abraham coge una becerra,
una cabra, un carnero, una tórtola,
una paloma y los corta en dos; entre los animales
partidos pasará un hachón de fuego
significando la alianza, que unifica lo que
está partido y que participa de una misma
sangre. En la Nueva Alianza la víctima será
el Cristo y el signo la eucaristía. Así las
alianzas se suceden unas a otras, no destruyéndose,
sino asumiéndose. M.-M.D.

Fuente:DICCIONARIO DE LOS SÍMBOLOS
Bajo la dirección de
lEAN CHEVALlER
con la colaboración de
ALAIN GHEERBRANT
BARCELONA
EDITORIAL HERDER
1986

Simbología: Alfombra-estera

Simbología: Alfombra, estera. l. La alfombra, para los
orientales, no es, como para muchos occidentales,
un objeto cualquiera del mobiliario;
«es un elemento importante de la vida
personal, familiar y privada. Su ornamentación
no se debe en absoluto a simples casualidades,
sino que viene condicionada por
ideas y sentimientos varias veces milenarios
» (GENT). SU ornamentación no carece
de cierto valor mágico: el rombo y el octógono
de corchetes o de pequeños triángulos
laterales pueden representar el escorpión y
la tarántula, contra los cuales uno quiere
protegerse.
Igualmente mágicos y simbólicos, y no solamente
estéticos, son: el camello, que representa
la fortuna de los nómadas y cuya
imagen es un testimonio de felicidad y de riqueza
para el fabricante y el propietario de
la alfombra; el perro, que aparta de la morada
en la que se coloca el tapiz, a todos los
indeseables, brujos, enfermedades personificadas
tales como la viruela; el pavo real, ave
sagrada tanto en Persia como en la China; la
paloma, símbolo del amor y de la paz; el árbol
de la vida, símbolo de la eternidad, lo
mismo que el ciprés; la granada en flor, el
germen de girasol, la cápsula de semillas,
símbolos de riqueza y de abundancia; y el
clavel, símbolo de la felicidad.
2. En cuanto al color de las alfombras,
amarillo oro es símbolo de poder y de
grandeza; conviene a las alfombras destinadas
a los palacios y a las mezquitas; -blanco:
pureza, luz, paz (bandera primitiva de
los árabes hasta el fin de los ommeyas); -7
rojo: felicidad, gozo (bandera de los seldjúcidas
y las dinastías otomanas); -7 negro: destrucción,
revuelta (adoptado por los abbasidas
sublevados contra los ommeyas); ~ verde:
renuevo, resurrección, vestidos de los
habitantes del paraíso (color de los partidarios
de Alí, chiítas persas; luego, a partir del
siglo XIV, de todos los descendientes del profeta
y de los peregrinos de La Meca); ~ azul
celeste: adoptado por lo~ emperadores de Bizancio,
color nacional del Irán, visto sin
embargo como color de duelo en todo el
Oriente; púrpura (violeta tapetado, o incluso
claro): distintivo de los reyes, color del lábaro
de Constantino, influyó en varios pueblos
orientales; sinople, llamado verde profeta,
que caracteriza a muchas alfombras de oración,
que luego deben enrollarse, sin pisarlas
nunca. Las .«marcas» de fabricación de las alfombras
se transforman en elementos decorativos
y poseen también virtud mágica: así,
el signo que representa un peine con cinco
trazos, simboliza la mano de Fátima, que
exorcisa contra el mal de ojo.
En algunas regiones de Marruecos, cuando
un extranjero penetra en una casa en
donde se encuentra una hermosa alfombra
nueva (zaráiya), la mujer que la ha fabricado
quema un trocito de su orla, a fin de
expulsar el mal de ojo; entre los ait warain,
se hace exactamente lo mismo cuando se
lleva una alfombra nueva al mercado para
venderla.
Tras la muerte de alguien, ciertos ritos populares
afectan a las alfombras. Así en Fez
las que cubren el suelo de la casa del difunto
deben ser remplazadas por esteras traídas de
una mezquita. Se las deja sobre el suelo de la
casa durante tres días, contando el día de
la defunción (WERS, 429,468,540).
4. La «alfombra de oración» es exactamente
un templum, es decir un espacio sacralizado,
delimitado con respecto al mundo
profano. Los santos se representan a veces
(así Sidi Uali Dada, en Argelia) navegando
sobre una alfombra de oración tirada por
peces (OERS, 184).
En cuanto símbolo estético, la alfombra
expresa a menudo la noción de jardín, inseparable
de la idea de -7 paraíso. Hay en ella
flores, árboles, animales y pájaros, reales o
míticos. «El medio empleado impide una
imitación demasiado realista... de manera
que es el jardín en sí y sus características formales
y universales lo que estas alfombras
expresan; no un jardín individual, sino el
gozo permanente ofrecido por los jardines.
Es así como un alfombrero de la época islámica
dice en un poema: Aquí, en el jardín
fresco florece una primavera siempre maravillosa,
que no atacan ni los vientos de otoño
ni las tormentas de invierno» (ENCI,
4,4 7). Se trata de una abstracción -la del tapiz-
destinada a hacer sentir en invierno las
delicias de la primavera.

La alfombra resume en sí la simbólica de
la morada, con su carácter sagrado y con todos
los deseos de felicidad paradisíaca que
ella implica.




DICCIONARIO DE LOS SÍMBOLOS
Bajo la dirección de
lEAN CHEVALlER
con la colaboración de
ALAIN GHEERBRANT
BARCELONA
EDITORIAL HERDER
1986

Simbología: Alfa y omega

Simbología: Alfa y omega.: Estas dos letras se encuentran
en el principio y al fin del alfabeto
griego. Como se considera que las letras contienen
la clave del universo, éste se halla
enteramente encerrado entre estas dos extremidades.
Alfa y omega simbolizan pues la
totalidad del conocimiento, la totalidad del
ser, la totalidad del espacio y del tiempo.
2. El autor del Apocalipsis atribuye estas
dos letras a Jesucristo, el testigo fidedigno,
el primogénito de los muertos, el príncipe de
los reyes de la tierra... Yo soy el alfa y la
omega, dice el señor Dios. Él es, el que era y
el que ha de venir, el amo-de-todo» (Ap
1,4-8). Eso significa que Cristo es el principio
y fin de toda cosa. Es la expresión helenizada
del pensamiento de Isaías:
¿Quién es el autor de esta gesta?
El que llama a las generaciones desde el principio.
¡Yo Yahvéh que soy el primero
y que estaré con los últimos! (41,4)
... Así dice Yahvéh, Rey de Israel,
su redentor, Yahvéh Sebaot:
... yo soy el primero y el último,
y fuera de mí no hay ningún dios (44,6-8).
La revelación se ha precisado en el Apocalipsis:
«y dijo el que estaba sentado en el
trono: "He aquí que hago el universo nuevo."
Y añadió: "Escribe: Estas palabras son
ciertas y verdaderas." Y me dijo también;
"iHecho está! Yo soy el alfa y la omega, el
principio y el fin. Al que tenga sed, yo le
daré gratis de la fuente del agua de la vida.
Tal será la parte del vencedor. Yo seré su
Dios y él será mi hijo. Pero los cobardes, los
incrédulos, los depravados, los asesinos, los
impuros, los hechiceros, los idólatras, en
suma todos los hombres falsos, tendrán su
parte en el lago ardiente de fuego y azufre.
Ésta es la segunda muerte"» (21,5-8).

Alfa y omega primero y el último, el principio y el fin. Estas
dos letras se encuentran inscritas frecuentemente
sobre la -> cruz de Cristo. En
nuestros días, Teilhard de Chardin ha utilizado
estas dos letras griegas para exponer
una teoría nueva de la evolución universal,
que pretende la constitución de una noosfera
a través de una espiritualización progresiva
de los seres y la conciencia. Denuncia en
primer lugar una tendencia del espíritu moderno,
que vería en la evolución una despersonalización
progresiva y una colectivizaciónde los seres en una energía común.

Fuente:DICCIONARIO DE LOS SÍMBOLOS
Bajo la dirección de
lEAN CHEVALlER
con la colaboración de
ALAIN GHEERBRANT
BARCELONA
EDITORIAL HERDER
1986

12 de enero de 2011

SIMBOLOGÍA: APOLO

SIMBOLOGÍA: Apolo :Apareciendo de noche en la Ilíada,
el dios del arco de plata (canto 1) Febo
Apolo brilla como la luna. Convendrá tener
en cuenta la evolución de las mentalidades y
la interpretación de los mitos para reconocer
en él, mucho más tarde, a un dios solar, un
dios de la luz, y para comparar su arco y sus
flechas al sol y a sus rayos. Originalmente se
emparenta más bien con la simbólica lunar.
Se presenta en este canto como un dios vengador
de letales flechas.
Se revela en primer lugar por el signo de
la violencia y de un loco orgullo. Pero reuniendo
elementos diversos de origen nórdico,
asiático y egeo, este personaje divino se
vuelve más y más complejo, sintetizando en
él varias oposiciones que consigue dominar,
para terminar en un ideal de sabiduría que
define el milagro griego. Él realiza el equilibrio
y la armonía de los deseos, no por suprimir
las pulsiones humanas, sino por
orientarlas hacia una espiritualización progresiva,
gracias al desarrollo de la conciencia.
Se le honra en la literatura con más de
doscientos atributos, que lo hacen parecer
alternativamente como un dios rata primitivo
de los cultos agrarios; un guerrero
irascible y vengativo; un amo de las fieras, al
mismo tiempo que pastor socorrido, que
protege los rebaños y las cosechas; un bienhechor
de los hombres, que los sana y purifica,
que engendra a Asclepios (Esculapio), el
dios médico; profeta de Zeus, crea la mántica
de inspiración en Delfos (-> trípode).
Inspira no solamente a profetas, sino a los
poetas y artistas; llega a ser el dios solar, que
atraviesa los cielos sobre un carro deslumbrante.
En Roma no se asimila a ningún
otro dios; es el único entre los dioses extranjeros
adoptados por la ciudad y por el Imperio,
que permanece él mismo, intacto, único,
sin par.
Dios muy complejo, trivializado
cuando se lo reduce a un hombre
joven, sabio y bello; o cuando se lo opone,
simplificando a Nietzsche, a Dioniso, como
la razón al entusiasmo. No, Apolo es el símbolo
de una victoria sobre la violencia, de
un autodominio en el entusiasmo, de la
alianza de la pasión y la razón, el hijo de un
dios, por Zeus y el nieto de un Titán, por
Leto, su madre. Su sabiduría es el fruto de
una conquista, no una herencia. Todas las
potencias de la vida se conjugan en él para
incitarlo a no encontrar su equilibrio más
que sobre las cumbres, para conducirlo desde
«la entrada de la caverna inmensa» (Esquilo)
«a las cimas de los cielos» (Plutarco).
Simboliza la suprema espiritualización; es
uno de los símbolos más bellos de la ascensión
humana. J.C.

FUENTE:DICCIONARIO DE LOS SÍMBOLOS
Bajo la dirección de
lEAN CHEVALlER
con la colaboración de
ALAIN GHEERBRANT
BARCELONA
EDITORIAL HERDER
1986

SIMBOLOGÍA: APOCALIPSIS

SIMBOLOGÍA: Apocalipsis :El apocalipsis es ante todo
una revelación, que se refiere a realidades
misteriosas; luego una profecía, pues estas
realidades son venideras; por último una visión,
cuyas escenas y cifras son otros tantos
símbolos. Estas visiones no tienen valor
por ellas mismas, sino por el simbolismo del
que están cargadas; pues todo o casi todo, en
un apocalipsis, tiene valor simbólico: las cifras,
las cosas, las partes del cuerpo, los
personajes mismos que entran en escena.
Cuando describe una visión, el vidente traduce
en símbolos las ideas que Dios le sugiere,
procediendo entonces por acumulación
de cosas, de colores, de cifras simbólicas, sin
preocuparse de la incoherencia de los efectos
obtenidos. Para comprenderlo, es necesario
pues entrar en su juego y retraducir las
ideas, los símbolos que propone, bajo pena
de falsear el sentido de su mensaje» (BIBJ,
3,414).
2. El término de Apocalíptico» ha llegado
también a ser (debido en parte a los libros
apocalípticos mismos, que constituyen un
género literario muy difundido en los primeros
siglos de nuestra era) en el símbolo de
los últimos días del mundo, que estarán
marcados por fenómenos espantosos: gigantescos
maretazos, derrumbamientos de montañas,
abismales resquebrajaduras de la tierra,
abrasamiento del cielo en un indescriptible
estruendo. El apocalipsis se convierte
así en un símbolo del fin del mundo.
Al final del relato de la Segunda Batalla
de Moytura, la Morrigu céltica, o diosa de la
guerra, profetiza el fin del mundo: confusión
de las estaciones, corrupción de los hombres,
decadencia de las clases sociales, maldad,
relajamiento de las costumbres. Este
cuadro figura también, con gran lujo de detalles,
por el texto titulado Coloquio de los
dos sabios, redactado en la lengua rebuscada
y difícil de los poetas irlandeses medievales.
Se puede allegar esta concepción a la del
Apocalipsis cristiano, y también a la profecía
de los druidas referida por Estrabón, de
que reinarán solos un día el fuego y el agua.
3. A título de ejemplo de esas visiones
apocalípticas y de su interpretación, tomemos
el símbolo de la Bestia.
Desde el punto de vista histórico, la Bestia
herida evoca al imperio romano quebrantado
y tal vez al suicida de Nerón. Más generalmente,
la Bestia representa al Estado perseguidor,
el Adversario por excelencia de
Cristo y de su pueblo. La Bestia resucitada
es la parodia caricaturesca de Cristo, el anticristo
de los tiempos futuros. Las siete cabe-
zas de la Bestia evocan las cabezas innumerables
y sin cesar renacientes de la Hidra
tradicional. Los cuernos simbolizan la potencia
de la Bestia, las diademas, su pseudorealeza.
La Bestia, comenta Georges Casalis
es el Dragón, la antigua
serpiente, que es el Diablo y Satán (20,2) y
que se manifiesta sobre esta tierra por las
bestias a las cuales comunica su potencia y
que arrastran a los hombres a adorarla: bestia
que asciende del mar, imperio romano ya
mortalmente herido y renaciendo sin embargo
en cada uno de sus emperadores, y la bestia
que asciende de la tierra (13,11), poderío
ideológico de la propaganda totalitaria o,
mejor, del culto imperial (culto de la personalidad)
que obliga a todos los hombres a
pertenecer por un bautismo blasfematorio al
emperador... La lucha del Imperio idólatra
contra la Iglesia es el reflejo terrestre del
combate celestial del Diablo contra el Cristo
La Bestia es
una de las figuras centrales del Apocalipsis.
Representa el gran principio de ilusión y de
blasfemia ... el principio demoníaco de extravío
de las colectividades humanas que
acompaña a toda la historia religiosa de la
humanidad. Después de sus victorias brillantes
y efímeras en este mundo, la Bestia
tiene prometida la derrota final; será vencida
por el Cordero.
FUENTE:DICCIONARIO DE LOS SÍMBOLOS
Bajo la dirección de
lEAN CHEVALlER
con la colaboración de
ALAIN GHEERBRANT
BARCELONA
EDITORIAL HERDER
1986

SIMBOLOGÍA: APIO O PEREJIL

SIMBOLOGÍA: Apio O perejil: Con el apio o el perejil, plantas aromáticas,
umbelíferas y siempre verdes, coronaban
los griegos a los vencedores de los
juegos ístmicos y de los nemeos.
Simboliza
una juventud triunfante y gozosa. Si
desempeñaba un papel importante en las ceremonias
fúnebres, era para indicar el estado
de eterna juventud, al cual el difunto recién
accedía.
FUENTE:DICCIONARIO DE LOS SÍMBOLOS
Bajo la dirección de
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con la colaboración de
ALAIN GHEERBRANT
BARCELONA
EDITORIAL HERDER
1986

SIMBOLOGÍA: APARECIDO-FANTASMA

SIMBOLOGÍA: Aparecido, fantasma. l. Existen en el folklore
céltico una multitud de fantasmas, animados
con toda clase de intenciones, buenas o
malas. En general, no resulta bueno encontrarlos.
Las apariciones más espectaculares
del repertorio legendario bretón son las
lavanderas nocturnas, muchachas
o mujeres que lavan el sudario de
los que van a fallecer. Casi siempre provocan
la muerte de aquellos o aquellas que las
encuentran por el camino. Corresponden a
las banshee del folklore irlandés, a las banshidhe
de la literatura medieval, a las que el
cristianismo consideró seres maléficos. En el
folklore bretón moderno, la
varilla de madera que sirve para limpiar
la reja del arado, tiene fama de poder alejar
a los fantasmas .
2. Entre las almas inquietas que vuelven a
la tierra para perseguir a los vivos figuran
las almas de las mujeres jóvenes muertas estando
embarazadas. Esta creencia, que existía
entre los aztecas, se vuelve a encontrar en
Siberia, entre los buriato, para quienes estas
almas «atrapan a los niños por el cuello, donde
sus dedos dejan marcas azuladas, o bien
causan una enfermedad perniciosa a la persona que ha comido de un alimento
tocado por ellas». Uno se protege de estos
fantasmas con los despojos de un búho real,
el cual se cree que los persigue de noche;
este espíritu se caracteriza por su olor aliáceo (HARA, 263). Los pueblos turco-mongoles
temen igualmente a los espíritus de los
muertos que permanecen sin sepultura.
3. La imagen del aparecido materializa en
cierta forma, y simboliza al mismo tiempo,
el temor frente a los seres que viven en el
otro mundo. El fantasma es quizás también
una aparición del yo, de un yo desconocido,
que surge de lo inconsciente, que inspira un
miedo cuasi pánico, y al que se hace retroceder
a las tinieblas. El aparecido sería la
realidad negada, temida y rechazada. El psicoanálisis
vería ahí un retomo de lo rechazado,
de los retoños de lo inconsciente.

FUENTE:DICCIONARIO DE LOS SÍMBOLOS
Bajo la dirección de
lEAN CHEVALlER
con la colaboración de
ALAIN GHEERBRANT
BARCELONA
EDITORIAL HERDER
1986

4 de enero de 2011

SIMBOLOGÍA: ANTÍGONA

SIMBOLOGÍAS: Antígona. Hija del casamiento incestuoso de
Edipo y Yocasta. En lugar de abandonara su padre ciego y desesperado, después de
la revelación de su doble crimen (homicida
de su padre, esposo de su madre), ella le prodiga
sus cuidados afectuosos y lo acompaña
hasta el santuario de las -+ Euménides, en
Colonas, donde Edipo muere en la paz del
alma recobrada. Vuelta a Tebas, desobedece
las órdenes de Creonte, realizando para su
hermano Polinices, condenado, los gestos rituales
de los funerales. Condenada a muerte
a su vez y encerrada viva en la tumba familiar,
ella se ahorca; su prometido se da
muerte sobre su cadáver; la mujer misma de
Creonte se mata de desesperación.
El psicoanálisis ha hecho de Antígona un
símbolo, dando su nombre a un complejo, el
de la fijación de la joven a su padre, a su
hermano y a su círculo familiar, hasta el
punto de rehusar una vida de expansión personal
en otro amor, que supondría una ruptura
de las ataduras infantiles. Su muerte
tiene valor de símbolo: se ahorca en el panteón
familiar y su prometido muere.
Mas la dramaturgia moderna ha resucitado
a Antígona y la ha sacado de su tumba.
Es la joven emancipada, que deja en el panteón
familiar, el despojo de la inocencia,
aplastada por los hábitos y coacciones sociales.
Es Antígona la rebelde; pero en la medida
que se indigna contra la tiranía familiar,
permanece aún psicológicamente dependiente
y prisionera. Antígona debe ser lo bastante
fuerte y lo bastante libre para asumir
plenamente su independencia, en un nuevo.
equilibrio que no sea el de una hibernación
trivializante. La leyenda así prolongada simboliza
la muerte y el renacimiento de Antígona,
pero de una Antígona llegada a ser
ella misma a un nivel superior de evolución.
FUENTE: DICCIONARIO DE SIMBOLOS DE JEAN CHEVALIER

SIMBOLOGÍA: Ankh (cruz ansada egipcia).

SIMBOLOGÍA: Ankh (cruz ansada egipcia). Cruz o nudo
mágico, llamado «el vivo», muy frecuentemente
empleado en la iconografía egipcia.
«Esta cruz de asa es el símbolo de millones
de años de vida futura. Su círculo es la imagen
perfecta de lo que no tiene ni comienzo,
ni fin: representa el alma que es eterna porque
ha salido de la substancia espiritual de
los dioses; la cruz figura el estado de trance
en el cual se debate el iniciado, o más exactamente
representa el estado de muerte, la
crucifixión del elegido; en ciertos templos el
iniciado era acostado por los sacerdotes sobre
una cama en forma de cruz... Quien
quiera que posea la llave geométrica de los
misterios esotéricos cuyo símbolo es precisamente
esta cruz ansada, sabe abrir las puertas
del mundo de los muertos y puede penetrar
en el sentido oculto de la vida eterna»
Los dioses y los reyes y casi siempre Isis,
la tienen en mano para indicar que detentan
la vida, que son pues inmortales; los difuntos
la tienen en mano, en la hora de la ->
psicostasia o sobre la -> barca solar, para indicar
que imploran a los dioses esta inmortalidad.
Esta cruz simboliza también el centro,
de donde manan las cualidades divinas y
los elixires de inmortalidad; apresarla entre las
manos, es abrevarse en las fuentes mismas.
Esta cruz se agarraba a veces por la parte superior,
por el asa, sobre todo en el curso de
las ceremonias fúnebres; evoca entonces la
forma de una llave; y es verdaderamente
la clave que abre la puerta de la tumba a los
Campos de Ialú, al mundo de la eternidad.
A veces la cruz de asa se sostiene en medioser iniciado a los misterios y la obligación
del secreto; es la llave que cierra los arcanos
a los profanos. Aquel que se beneficia de la
visión suprema, que ha sido dotado de clarividencia,
que ha atravesado el velo de! más
allá, no puede intentar revelar el misterio
sin perderlo para siempre.
FUENTE: DICCIONARIO DE SÍMBOLOS DE JEAN CHEVALIER

SIMBOLOGÍA: ANIVERSARIO

SIMBOLOGÍA: Aniversario. Los aniversarios simbolizan las
fases señaladas del ciclo de la existencia y,
en el sentido propio de su etimología, los
años giratorios.
Los aniversarios de las personas (Sanga)
se felicitan de una manera solemne en el Japón.
Son particularmente importantes los
que corresponde a los:
40 años, llamado inicio de la vejez (en japonés:
shoro), pues dice Confucio: «A los
40 años, yo no me extraviaba.»
61 años, consumación del ciclo de 60 años
(en japonés: kanreki). En tal aniversario, el
que lo cumple se cubre con gorro rojo y viste
un kimono rojo y todo el mundo lo felicita
por haber vuelto a recién nacido.
70 años, o edad rara (koki), así llamada
después de que el gran poeta chino Tu-Fu
dijera que los 70 años (koki) son un privilegio
entre los hombres.
77 años, o alegre longevidad (en japoneS:
kiju).
88 años, o longevidad del arroz (en japonés:
beiJu).
Estos dos últimos aniversarios se llaman
así porque la caligrafia japonesa que representa
las palabras alegría y arroz se asemeja
a los números japoneses 77 y 88.
Podemos añadir a estos aniversarios particulares
los que marcan la duración del matrimonio,
uniendo al símbolo del recuerdo y
de la alianza el de materiales progresivamente
preciosos, sólidos y raros:
un año, bodas de papel;
cinco años, bodas de madera;
diez años, bodas de hierro;
veinticinco años, bodas de plata;
cincuenta años, bodas de oro;
y sesenta años, bodas de diamante.
FUENTE: DICCIONARIO DE SÍMBOLOS DE JEAN CHEVALIER

SIMBOLOGÍA: ANIMAL

SIMBOLOGÍA: Animal. El animal en tanto que arquetipo
representa las capas profundas de lo inconsciente
y del instinto. Los animales son símbolos
de los principios y las fuerzas cósmicos, materiales o espirituales. Los signos del
Zodíaco, que evocan las energías cósmicas,
son ejemplo de ello. Los dioses egipcios están
provistos de cabezas de animales, los
evangelistas son simbolizados por animales,
el Espíritu Santo se figura por una paloma.
Tocan
los tres niveles del universo: infierno,
tierra, cielo. La mitología de los maya nos
muestra por ejemplo un cocodrilo abriendo
sus fauces monstruosas que son las de un
monstruo del inframundo que devora al sol en el
crepúsculo.
En Egipto la zoolatría es muy antigua:
las bestias deben cuidarse y adorarse, porque
son «el receptáculo mismo de las formas
buenas o temibles de la potencia divina. En
cada ciudad el dios tribal, desde tiempo inmemorial,
se encama en una especie protegida
por tabú».
U n egipcio, dice Heródoto, deja quemar
sus muebles, pero expone su vida por sacar
un gato del brasero. Existen innumerables
momias de bestias. Cuidar los sepulcros de
los animales era un deber en el que los devotos
ponían su orgullo
3. En el simbolismo chino sólo intervienen
los animales salvajes; los animales domésticos
no cuentan, no desempeñan ningún
papel, a no ser, las más de las veces, el papel
de iluso en las supersticiones y los cuentos.
No tienen jamás el poder de transformarse
en hombre o de evocar las cualidades humanas,
como puede tenerlo el zorro y algunas
veces el tigre. El tigre, por ejemplo, está dotado
del poder de distinguir, gracias a un
resplandor que se encuentra sobre la cabeza
de un hombre, si éste es bueno o no.
Los animales fabulosos son los más numerosos
en el arte chino.
Los seres más fabulosos,
los brujos más extraños, los animales
con las formas más
5. «Los turcos requerían de un hábil guía
del ejército las cualidades de diez animales:
la bravura del gallo, la castidad de la gallina,
el coraje del león, la agresividad del jabalí,
la astucia del zorro, la perseverancia del perro,
la vigilancia de la grulla, la prudencia
del cuervo, el ardor en el combate del lobo,
la gordura del yagru, animal que, a pesar de
toda pena y todo esfuerzo, permanece gordo
» (Al Mada' Ini, autor árabe del siglo IX,
citado en ROUF, 233). Otro autor árabe un
poco anterior habla, en una enumeración
análoga, de las cualidades de guerrero: el tesón,
la sangre fría, la fuerza del lobo, el
coraje del oso, la sed de venganza del yak, la
castidad de la urraca, la perspicacia del
cuervo, el ingenio del zorro rojo, la sed de
venganza del camello garañón, el coraje del
león, la facultad de vigilia del búho. La simbólica
de los pueblos turcos añade que el
caballo es bravo y el buey fuerte, que los
corderos son débiles y temerosos, que el león
no puede reprimir su cólera, que el potro es
turbulento, el tigre bravo y valeroso. M.M.
6. Desde el punto de vista bíblico, citamos
solamente dos casos: los animales son presentados
a Adán; los animales, agrupados en
la Biblia, aparecen provistos de un sentido
particular. Los animales que Adán nombra
significan, según Filón, las pasiones humanas
comparables a las bestias salvajes que
conviene domesticar (Leg. A/l., 2,9-11). Filón
considera diferentes grupos de animales.
A propósito del sacrificio por Abraham de
un buey, una cabra, una oveja, una paloma
y una tórtola, dice: «La naturaleza de esos
animales ofrece un parentesco con las partes
del universo: el buey con la tierra, como labrador
y cultivador; la cabra con el agua,
porque es un animal iracundo y el agua es
agitada e impetuosa, como lo atestiguan las
corrientes fluviales y las mareas; el morueco
se asemeja al aire por su violencia, y también
porque ningún animal es más útil al
hombre, ya que le proporciona sus vestimentas;
en cuanto a los pájaros, el elemento
que se les emparenta es el cielo, repartido en
diferentes esferas; se pueden referir los planetas
a la paloma, pues es un animal dulce y
los planetas nos son propicios; las estrellas a
la tórtola, pues ésta gusta de la soledad. Se
puede añadir también que las aves se emparentan
con las estrellas, pues su vuelo se
parece al movimiento de las estrellas y su
canto a la música de las esferas» (Quaesliones
in Genesim, 3,3).
Insistiendo sobre este tema, Filón establece
otras analogías entre estos animales y el
hombre, analogías que volveremos a encontrar
en el arte cristiano. El buey presenta un
parentesco con el cuerpo en razón de su docilidad,
la cabra se relaciona con los sentidos,
y particularmente con el impulso de
éstos. El morueco evoca el Logos por el hecho
de su carácter macho y activo. La paloma
corresponde a la razón en el acto de
aprehender el mundo visible, la tórtola
amante de la soledad busca la realidad invisible
(Quaesliones in Genesim, 3,4), etc.,
(OANP,131-132). M.-M.D.
7. Los animales, que tan a menudo intervienen
en los sueños y las artes, forman
identificaciones parciales al hombre; aspectos,
imágenes de su naturaleza compleja;
espejos de sus pulsiones profundas, de sus
instintos domesticados o salvajes. Cada uno
de ellos corresponde a una parte de nosotros
mismos, integrada o por integrar en la unidad
armonizada de la persona.
«La profusión de los símbolos animales en
las religiones y las artes de todos los tiempos
no subraya solamente la importancia del
símbolo. Muestra también hasta qué punto
es importante para el hombre integrar en su
vida el contenido psíquico del símbolo, es
decir, el instinto ... El animal, que es en el
hombre su psique instintiva, puede llegar a
ser peligroso cuando no es reconocido e integrado
en la vida del individuo. La aceptación
del alma animal es la condición de la
unificación del individuo y de la plenitud de
su bizarría» (JUNS, 238-239). [Cr. también
para la simbólica cristiana de los animales:
Bestiaire roman, Zodiaque 1977; Ramon
Llull, El !libre de les beslies, Barcelona
1905.]

FUENTE: DICCIONARIO DE SÍMBOLOS DE JEAN CHEVALIER

31 de diciembre de 2010

SIMBOLOGÍA: EL ANILLO

SIMBOLOGÍA: EL Anillo : Basta citar, entre numerosos ejemplos,
el anillo nupcial y el anillo pastoral,
así como el anillo del Pescador que sirve de
sello pontifical y que se rompe al morir el
papa, para percatarse de que el anillo sirve
esencialmente para marcar un lazo, para
atar. Aparece así como el signo de una
alianza, de un voto, de una comunidad, de
un destino asociado.
En China el anillo es el símbolo del ciclo
indefinido sin solución de continuidad: es el
círculo cerrado, en oposición a la espiral.
2. El anillo simboliza en el cristianismo la
fiel atadura, libremente aceptada. Está ligado
al tiempo y al cosmos. El texto de Pitágoras
dice: «No pongáis la imagen 'de Dios
sobre vuestro anillo», y muestra así que
Dios no debe ser asociado al tiempo. Se puede aun interpretar de dos maneras: una bíblica, que no se debe invocar el nombre de
Dios en vano; la otra ética, que conviene
asegurarse una existencia libre y sin traba.
Los primeros cristianos, a imitación de los
gentiles, llevaban anillos y Clemente de Alejandría
aconsejaba a los cristianos de su
tiempo llevar sobre el engaste de su anillo la
imagen de una -+ paloma, de un -+ pez o de
un -+ ancla.
Los caballeros estaban autorizados para
llevar una sortija de oro. Entre los religiosos
la sortija simboliza su casamiento místico
con el Señor.
El anillo posee poderes mágicos en el plano
esotérico. Es, por reducción, el cinturón,
protector de los lugares, que conserva
un tesoro o un secreto. Apoderarse de un
anillo es en cierto modo abrir una puerta,
entrar en un castillo, una caverna, el Paraíso,
etc. Ponerse un anillo o imponerlo en el
dedo de otro, es reservarse a sí mismo o
aceptar el don de otro, como un tesoro exclusivo
o recíproco. M.-M.D.
4. A un anillo, dice la leyenda, debía Salomón
su sabiduría. Los árabes cuentan que
un día marcó con el sello de este anillo a todos
los demonios que había reunido para sus
obras de adivinación y éstos se convirtieron
en sus esclavos. Lo perdió una vez en el Jordán
y debió esperar a que un pescador se lo
trajera para hallar de nuevo su inteligencia.
¿No era un genio celoso quien había robado
el anillo de Salomón -se han preguntado au,
tores esotéricos- para usar de su potencia, hasta que Dios lo apremiara a tirar el anillo
al mar, a fin de que fuera devuelto a Salomón?
(GRIA, 89).
Así este anillo sería el símbolo del saber y
de la potencia que Salomón tenía sobre
otros seres. Es como un sello de fuego recibido
del cielo que marca su dominio espiritual
y material. Evoca otros anillos mágicos.
5. Varios anillos de diverso simbolismo
han sido en verdad célebres, particularmente
entre los griegos. Prometeo, liberado por
Heracles, se ve obligado a guardar en el dedo
un anillo de hierro, donde está engastada
una lasca de piedra, en recuerdo de la roca
del Cáucaso y de las armellas donde había
estado encadenado, y sobre todo como marca
de sumisión a Zeus. El anillo es aquí el
símbolo de tal sumisión, a la vez impuesta
y consentida, que liga para siempre a dos
seres.
Existe también el anillo de Polícrates: la
Fortuna no cesa de sonreír a este rey, hasta
el punto de que, convencido de que esta situación
privilegiada no puede durar, decide
sacrificar espontáneamente algún objeto precioso
de su apego y, desde lo alto de una
torre, arroja al mar su anillo amado con una
espléndida ~ esmeralda. Un pez se lo traga,
un pescador lo coge y lo entrega a Polícrates.
Este anillo ha sido destinado a conjurar
la suerte en su circulo mágico; la ofrenda es
sin embargo rechazada por el mar. Darío desencadena
una guerra contra Polícrates y
éste, vencido, muere atado a una cruz. El
anillo simboliza aquí el destino del cual el
hombre no puede deshacerse, y expresa de
nuevo un lazo indisoluble. Polícrates quiere
ofrecerlo en compensación, pero los dioses
sólo aceptan lo que ellos mismos han decidido
tomar y no es un abandono material y
espectacular lo que puede cambiar su fallo.
No hay más sacrificio que el interior, que
consiste en aceptar el destino; he aquí lo que
parece significar el anillo de Polícrates.

6. El anillo de Giges, del que Platón nos
narra el hallazgo, no es menos rico en significación
simbólica: «Giges era un pastor al
servicio del rey que reinaba entonces en Lidia.
A continuación de una gran tormenta y
de un terremoto, el suelo se había hendido y
una anchurosa abertura se había formado en
el lugar donde pacía su rebaño. Asombrado
por esta visión descendió adentro del agujero,
y se cuenta que entre dos maravillas vio
un caballo de bronce, hueco, horadado con
puertecillas. Asomado que hubo la cabeza a
través de ellas vio en el interior a un hombre
que estaba muerto, según toda apariencia y
cuya talla superaba la talla humana. El
muerto estaba desnudo; tenía solamente un
anillo de oro en la mano. Giges lo cogió y
salió)} (República, 359). Llevando en el dedo
este anillo, Giges descubre por azar que tiene
el poder de volverle invisible, y éste es el
origen de su fortuna. El sentido de este anillo
no difiere mucho del de Polícrates. Hallado
sobre un muerto, en circunstancias tan
excepcionales como un temblor de tierra, en
un caballo de bronce, no puede ser más que
un don de las potencias ctónicas y transmite
a los que viven en este mundo los más altos
poderes. Pero su magia solamente actúa
cuando Giges gira el engaste de su sortija hacia
él, para adentro de su mano. Aun ahí
vemos que las verdaderas potencias están en
nosotros mismos y la invisibilidad que da el
anillo es la retracción del mundo exterior
para alcanzar o encontrar de nuevo las lecciones
esenciales; aquellas que vienen del
mundo interior. El anillo de Giges simbolizaria
entonces el punto más alto de la vida
interior y tal vez la mística misma. Pero la
bipolaridad del símbolo se halla de nuevo en
el interior de nosotros mismos: el poder del
anillo puede conducir a las conquistas místicas,
pero también, por su perversión mágica,
a victorias criminales y a una dominación tiránica.
Lo que no deja de producirse en la
historia de Giges.

DICCIONARIO DE LOS SÍMBOLOS
Bajo la dirección de
lEAN CHEVALlER
Doctor en teología. Profesor de filosofía con la colaboración de
ALAIN GHEERBRANT
BARCELONA
EDITORIAL HERDER
1986

SIMBOLOGÍA: LA ANGUILA

SIMBOLOGÍA: LA Anguila. La anguila -para nosotros inaprensible
y símbolo de disimulo- está vinculada
a la vez con la serpiente por su morfología
y a los símbolos acuáticos por su hábitat.
Fue, en el Egipto antiguo, el emblema de
Harsomtous de Dendera, sol naciente, símbolo
de la manifestación primordial emergiendo
de las aguas.
Animal familiar en el Japón, se lo considera
mensajero divino; la iconografia lo asocia
a la tortuga (OGRJ).
En un episodio de la mitología irlandesa
aparece una anguila. Es el resultado de una
metamorfosis, de la Bodb (corneja), o diosa
de la guerra que, despechada al no ser querida
por el héroe Cúchulainn, acude con esta
forma al vado donde él combate contra los
hombres de Irlanda y se enrolla alrededor de
su pierna. Cúchulainn la arranca brutalmente
y la lanza contra las rocas (WINI, 3 15).
A un grado inferior, la anguila reúne en sí
misma los simbolismos de la serpiente y del
agua.
DICCIONARIO DE LOS SÍMBOLOS
Bajo la dirección de
lEAN CHEVALlER
Doctor en teología. Profesor de filosofía con la colaboración de
ALAIN GHEERBRANT
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EDITORIAL HERDER
1986

SIMBOLOGÍA: LOS ÁNGELES

SIMBOLOGÍA: LOS Ángeles: Seres intermediarios entre Dios
y el mundo, mencionados en diversas formas
por los textos akkadios, ugariticos, bíblicos
y otros. Son seres puramente espirituales,
o espíritus dotados de un cuerpo
etéreo, aéreo; pero sólo pueden tomar de los
hombres las apariencias. Desempeñan para
Dios las funciones de ministros: mensajeros,
guardianes, conductores de los astros, ejecutores
de las leyes, protectores de los elegidos,
etc., y están organizados en jerarquías de siete
órdenes, de nueve coros, o de tres triadas.
El pseudo Dionisio Areopagita ha elaborado
sobre ellos la más perfecta y la más mística
de las teorías en sus Jerarquías celestiales.
Sin prejuzgar las interpretaciones teológicas
dadas por las Iglesias ni la fe católica en
cuanto a la existencia de los ángeles, se pue-
de no obstante señalar que bastantes autores
consideran los atributos dados a tales seres
como símbolos de orden espiritual.
Otros ven en los ángeles símbolos de las
funciones divinas, símbolos de las relaciones
de Dios con las criaturas; o por el contrario
-aunque en simbólica los opuestos coinciden-,
símbolos de las funciones humanas
sublimadas o de aspiraciones insatisfechas e
imposibles. Para Rilke, de manera aún más
amplia, el ángel simboliza «la criatura en la
cual aparece ya realizada la transformación
de lo visible en invisible que nosotros cumplimos
».
2. Los ángeles de seis alas, los serafines (literalmente
los ardientes), rodean el trono de
Dios; tienen cada uno seis alas: «dos para
cubrirse la cara (por temor de ver a Dios),
dos para cubrirse los pies (eufemismo que
designa el sexo), y dos para volar> (Is 6,1-2).
Semejante séquito no conviene más que a la
pura divinidad. Se verá también a estos ángeles
alrededor de la figura de Cristo, atestando
su divinidad.
Para
los padres de la Iglesia, son «la corte del rey
de los cielos, los cielos de los cielos». Para
algunos, vinculando sus creencias a la filosofía
aristotélica, son los animadores de los
astros, estando cada uno de ellos encargado
del movimiento de una estrella, de modo
que el número de ángeles iguala al de los astros.
La inmensa cúpula del firmamento gira
por su acción. Influyen también por el efecto
de las conjunciones astrales, e incluso más
directamente «en todos los peldaños de la
creación material» (CHAS, 14).
Anuncian o
realizan la intervención divina. Según el Salmo
18, 10-1 1, son seres celestiales y sirven
de trono a Yahvéh:Luego inclina los cielos y desciende,
las nubes debajo de sus pies.
Un querubín toma por carro y vuela,
elevado en las alas de los vientos.

Existe una equivalencia simbólica y funcional
entre los mensajeros del otro mundo
céltico, que se desplazan a menudo en forma
de cisnes, y los ángeles del cristianismo, que
tienen alas de cisne. Los ángeles son por lo
demás muy a menudo los mensajeros del Señor.
En la versión más reciente del relato
irlandés titulado la Muerte de Cúchulainn,
existe una interpolación cristiana significativa:
ante el héroe en peligro de muerte que se
dirige al combate aparecen cohortes de ángeles,
que le cantan una música.
El número de ángeles
mismo es desconocido. La Escritura habla
de mil veces mil y diez mil veces diez mil:
Miles de millares lo servían,
miríadas de miríadas estaban de pie ante él.
(Dan 7,10)
Pero si aquélla multiplica por sí mismos
los números más elevados que conozcamos,
es, precisa el pseudo Dionisio, «para revelamos
claramente que el número de legiones
celestiales escapa para nosotros a toda medida.
Tal es en efecto la multitud de estos ejércitos
bienaventurados que no son de este
mundo, que superan el orden débil y restringido
de nuestros sistemas de numeración
material y que sólo pueden conocer y definir
su propia inteligencia y su propia ciencia,
que no es de este mundo, sino que pertenece
al cielo y que han recibido cual don perfectamente
generoso de la Tearquía, pues esta
Tearquía conoce lo infinito, porque ella es
la fuente de toda sabiduría, el principio común
y supraesencial de toda existencia, la causa
que da rango de esencia a todo ser, la potencia
que contiene y el término que abraza
la totalidad del universo» (PSEO, 234). J.C.
4. Los ángeles forman el ejército de Dios,
su corte, su casa. Transmiten sus órdenes y
velan sobre el mundo. Tienen un papel importante
en la Biblia. Su jerarquía está vinculada
a su proximidad del trono de Dios.
Citemos los nombres de los tres arcángeles
principales: Miguel (vencedor de los dragones),
Gabriel (mensajero e iniciador), Rafael
(guía de los médicos y de los viajeros).
Las declaraciones que conciernen a los ángeles
son diversas. Según Justino, que es uno
de los principales autores que hablan del
culto de los ángeles, éstos, a despecho de su
naturaleza espiritual, poseen un cuerpo aná
logo al cuerpo humano. Su alimentación no
tiene por supuesto relación alguna con la de
los humanos: se alimentan en los cielos.
Para Justino el pecado de los ángeles consiste
en sus relaciones sexuales con las mujeres
pertenecientes a la raza humana. Sus hijos se
llaman demonios. El pseudo Dionisio insiste
sobre el papel de iluminación que ejercen
los ángeles con respecto a los hombres. Clemente
de Alejandría descríbe el papel protector
que ejercen los ángeles sobre las naciones
y las ciudades. La Sagrada Escritura
no alude jamás a los ángeles guardianes.
Sin embargo, según Enoch (100,5), los santos
y los justos tienen sus protectores. Cada
fiel está asistido por un ángel, dirá Basilio;
este ángel guía su vida y es a la vez su pedagogo
y' su protector. Ese papel de protección
lo encontramos afirmado en la Sagrada Escritura
por Lot (Gén 19), Ismael (Gén 21) Y
Jacob (Gén 48). Un ángel libera a Pedro y a
Juan. En la edad media los ángeles intervienen
en los peligros, las guerras, las cruzadas,
etcétera. '
El ángel en tanto que mensajero es siempre
portador de una buena nueva para el
alma.
FUENTE:DICCIONARIO DE LOS SÍMBOLOS
Bajo la dirección de
lEAN CHEVALlER
Doctor en teología. Profesor de filosofía con la colaboración de
ALAIN GHEERBRANT
BARCELONA
EDITORIAL HERDER
1986

SIMBOLOGÍA: LA ANÉMONA

SIMBOLOGÍA: LA Anénoma. l. La anénoma simboliza en primer
lugar lo efimero.
Es la flor de Adonis. Adonis es convertido
por Venus en una anémona rojo púrpura.
Ovidio ha descrito la escena en las Metamorfosis,
(libro 10, 710-735). Habiendo llegado
junto al cadáver de su amado, víctima
de los colmillos de un jabalí furioso, vierte
sobre la sangre del joven un néctar embalsamado;
a este contacto, borbotea como las
burbujas transparentes que, desde el fondo
de un cenagal, suben a la superficie de las
aguas amarillentas; no transcurre más de
una hora cuando de esa sangre nace una flor
del mismo color, parecida a la del granado,
que esconde sus semillas bajo una corteza
flexible; pero no se puede gozar de ella largo
tiempo; pues, mal fijada y demasiado ligera,
cae arrancada por aquel que le da su nombre,
el viento». El carácter efimero de esta
flor le vale su nombre que, en griego, significa
viento. Aparte de la leyenda de Ovidio,
esta flor se dice nacida del viento y arrebatada
por el viento. Evoca un amor sometido a
las fluctuaciones de las pasiones y a los caprichos
de los vientos.
2. Según numerosos autores la anémona
debe identificarse con el lirio (o lis) de los
campos, el cual se menciona constantemente
en la Biblia. No existía el lirio blanco (azucena)
en los campos de Palestina, pero
la anémona estaba allí muy extendida. El
Cantar de los Cantares alude al lirio de
los campos, al lis de los valles: crece entre
los espinos, se encuentra en los jardines
(2, \.2.16, etc.). En el sermón de la montaña,
Cristo habla del lirio de los campos (Mt
6,28-29) y por lo mismo parece designar a la
anémona.
La anénoma es una flor solitaria cuyo
vivo color atrae la mirada. Su belleza está ligada
a su simplicidad, sus pétalos rojos evocan
los labios que el soplo del viento entreabre.
Aparece así dependiente de la presencia
y del soplo del Espíritu: símbolo del
alma abierta a las influencias espirituales.

FUENTE:DICCIONARIO DE LOS SÍMBOLOS
Bajo la dirección de
lEAN CHEVALlER
Doctor en teología. Profesor de filosofía con la colaboración de
ALAIN GHEERBRANT
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EDITORIAL HERDER
1986

SIMBOLOGÍA: ANDRÓGINO

SIMBOLOGÍA: Andrógino : Fórmula arcaica de la coexistencia
de todos los atributos, comprendidos
los atributos sexuales, en la unidad divina,
así como en el hombre perfecto, sea que
haya existido en los orígenes, sea que haya
de ser en el futuro. Mircea Eliade ve en esta
creencia y este símbolo la expresión de la
«coexistencia de los contrarios, de los principios
cosmológicos (macho y hembra) en el
seno de la divinidad». Cita numerosos ejemplos
extraídos de las religiones nórdicas,
griegas, egipcias, iranias, chinas, e indias.
allegada en China a la pareja complementaria
luz-obscuridad, que expresa los aspectos
sucesivos de una sola y misma realidad ...
ora manifiesta, ora no manifiesta. Tal concepción
de un dios andrógino ayuda a comprender
que él se baste a sí mismo, que
extraiga de sí mismo su propia existencia y
que toda existencia derive sólo de él corno
de una fuente única.
En efecto, la perfección humana sólo puede
ser a imagen de la divina; tanto si la
situamos en el pasado como en el porvenir,
se representa por el estado andrógino; Eva
no sería más que el resultado de una ruptura
interna, de una escisión; el futuro Adán
reintegrará en un todo ambas partes separadas.
El andrógino es el símbolo de la indiferenciación
original y de la ambivalencia.
Símbolo de los más antiguos según el cual el
hombre de los orígenes poseía los dos sexos.
Para los bambara, es «una ley fundamental
de la creación que cada ser humano sea a
la vez macho y hembra en su cuerpo y en
sus principios espirituales» (OlEB).
Los ritos de la circuncisión y de la excisión
se explican a menudo por la necesidad
de hacer pasar al niño de manera definitiva
a su sexo aparente; el clítoris es en la mujer
como una supervivencia del órgano viril y el
prepucio en el hombre corno una supervivencia
femenina. A.G.
2. De una manera muy general, el Ser primordial
se manifiesta corno andrógino anteriormente
a su polarización o, lo que viene a
ser lo mismo, corno huevo anteriormente
a su separación en dos mitades, macho y hembra,
Cielo y Tierra, yang y yin.
Uno produce dos, dice el Tao: el Adán primordial
se convierte en Adán y Eva; el
Platón recuerda el mito del andrógino
en El Banquete : « ... en aquel tiempo
el andrógino era un género distinto, como
forma y como nombre, partícipe de ambos
sexos, macho y hembra, mientras que ahora
no queda sino el nombre y aun sumido en el
oprobio. En segundo lugar, la forma de cada
individuo era en su totalidad redonda, su espalda
y sus pechos dispuestos en círculo;
con cuatro brazos y piernas en número igual
al de los brazos, dos rostros sobre un cuello
circular, semejantes en todo; y sobre estos
dos rostros, que estaban colocados en sentidos
opuestos, una sola cabeza; además cuatro
orejas, dos órganos sexuales y todo el
resto a tenor y por semejanza con lo dicho.
Caminaba recto, como ahora y en cualquiera
de las dos direcciones; pero si le daba
alguna vez por correr a toda prisa, podían
los hombres -cual ahora los acróbatas que
levantando las piernas en alto dan circulares
volteretas- apoyándose sobre los ocho
miembros que tenían, moverse velozmente
haciendo la rueda.»
Tanto si este mito se
evoca en ciertos midraschim concernientes
al estado andrógino de Adán, o en las doctrinas
de las gnosis cristianas, la androginia se
presenta como el estado inicial que debe ser
reconquistado. También en su forma primitiva,
según una tradición, el hombre y la
mujer poseían un solo cuerpo provisto de
dos caras; Dios las separó dando a cada uno
de ellos una espalda. A partir de este momento
es cuando comienzan una existencia
diferenciada. Decir -según el mito del Génesis-
que Eva es sacada de una costilla de
Adán significa que el todo humano estaba
indiferenciado en el origen.
Escoto Erígena propone una teoría sobre
la creación de Adán, según la cual la separación
de los sexos se integra en un proceso
cósmico. El origen de esta división en el
seno de la naturaleza humana se remonta a
Dios mismo. En la medida que el hombre
reúne en él lo ~ masculino y lo femenino,
esta unión alcanza todos los planos del ser.
El Cristo resucitado prefigura ese estado de
unidad, que se presenta en una perspectiva
escatológica.
Llegar a ser uno es la meta de la vida humana.
Orígenes y Gregorio Niseno distinguen un ser andrógino en el primer hombre
creado a imagen de Dios. La deificación a la
cual el hombre es convidado le permite hallar
de nuevo tal androginia, perdida por el
Adán diferenciado y restablecida gracias al
nuevo Adán glorificado. En el Nuevo Testamento
varios textos se refieren a esta unidad.
Cristo al hablar de los que están aún en el
mundo pide a su Padre que ellos sean uno
(Jn 17,11); se alude a la unión de los miembros
en el cuerpo (1 Cor 12,27); san Pablo
insiste sobre este tema en la carta a los Romanos
(12,4-5) a propósito de la pluralidad
de los miembros en la unidad del cuerpo.
Todas esas expresiones significan una plenitud
y una perfección que la androginia simboliza;
en este caso, si se puede decir, una
androginia colectiva.
Habiendo señalado la androginia como
una de las características de la perfección espiritual,
en san Pablo y en el Evangelio de
san Juan, Mircea Eliade escribe: «En efecto,
llegar a ser macho y hembra o no ser macho
ni hembra son expresiones plásticas por las
cuales el lenguaje se esfuerza en describir la
metanoia, la conversión, la reversión total
de los valores. Es tan paradójico ser macho
y hembra como convertirse de nuevo en
niño, nacer otra vez, o pasar por la puerta
estrecha» (EL/M, 132).
4. La androginia aparece como símbolo de
divinidad, de plenitud, de autarquía, de fecundidad,
de creación. La bisexualidad divina
se extiende a todos los grados de la
participación. En las antiguas teogonías griegas,
los seres divinos no tienen necesidad de
una pareja para engendrar; aunque presentados
como masculinos o femeninos, son andróginos.
Mircea Eliade ha mostrado cómo
sólo el andrógino ritual posee valor ejemplar,
no tiene por qué agrupar los órganos
macho y hembra, pues representa «la totalidad
de las potencias mágíco-religiosas solidarias
con los dos sexos» (ELlM, 134-135;
DELH,29).
La androginia aparece por tanto también
como un signo de totalidad; restaura no solamente
el estado del hombre original considerado
como perfecto, sino el caos primitivo
anterior a las separaciones creadoras; un
caos que esta vez se ha vuelto ordenado, sin
haber perdido nada de su riqueza, ni haber
roto nada de su unidad. Cuando el Dios
creador separa las aguas superiores de las inferiores,
introduce elementos diferenciados.
Así Enoch (53,9-10) alude a las aguas cósmicas
mostrando que las aguas superiores ocupan
el papel del macho y las aguas inferiores
el de la mujer. Lo ~ alto y lo bajo, el día y
la noche, lo invisible y lo visible, lo celestial
y lo terrenal pertenecen al mismo orden
de oposición que lo masculino y lo femenino.
La reintegración de los complementarios,
aboliendo todo antagonismo, es pues
un retorno al estado primordial, trátese del
caos primitivo, del primer Adán, o incluso de la unión de lo celestial y lo terrenal, pero un retorno que es un progreso en la
conciencia de la unidad
Sin embargo, esta unidad recibe
su valor del estado celestial, del cual es
ella ya una anticipación. El estado final se
junta con el estado original.

FUENTE: DICCIONARIO DE LOS SÍMBOLOS
Bajo la dirección de
lEAN CHEVALlER
Doctor en teología. Profesor de filosofía con la colaboración de
ALAIN GHEERBRANT
BARCELONA
EDITORIAL HERDER
1986

SIMBOLOGÍA: EL ANCLA

SIMBOLOGÍA: El Ancla (áncora): Masa pesada cuyo peso retiene
al navío, el ancla se considera símbolo
de firmeza, solidez, tranquilidad y fidelidad.
En medio de la movilidad del mar y de los
elementos, ella es lo que fija, ata, inmoviliza.
Simboliza la parte estable del ser,
aquello que nos permite guardar una calma y
lucidez ante la oleada de sensaciones y sentimientos.
En este sentido, puede ser también
una barrera, un retardo, y eso es sin duda lo
que significa cuando, ligada al delfín que es
la rapidez misma, aparece como ilustración
de la divisa de Augusto: Festina lente (apresúrate
lentamente).
Última salvaguarda del marino en la tempestad,
se halla la mayoría de veces vinculada
a la esperanza, que queda corno sostén en
las dificultades de la vida: «esta esperanza la
guardaremos corno un ancla sólida y firme
de nuestra alma» dice san Pablo en Heb,6,19.
El áncora simboliza también el conflicto
de lo sólido y lo líquido, de la tierra y el
agua. Detiene el movimiento de la vida,
cuando se toma tempestuosa. Debe resolverse
el conflicto para que la tierra y el agua
conjugadas favorezcan una evolución fecunda.
Desde el punto de vista místico, no estando
esta armonización realizada en este mundo,
conviene, como dice san Pablo, anclar
nuestra alma en el Cristo, único medio de
evitar el naufragio espirituaL Mi áncora y
mi cruz, dirán los místicos, expresando bien
esta voluntad de no abandonarse a los remolinos
de la naturaleza sin la gracia, con el fin
de fijarse al manantial de toda gracia que es
la Cruz.
FUENTE:DICCIONARIO DE LOS SÍMBOLOS
Bajo la dirección de
lEAN CHEVALlER
Doctor en teología. Profesor de filosofía con la colaboración de
ALAIN GHEERBRANT
BARCELONA
EDITORIAL HERDER
1986

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