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12 de enero de 2011

SIMBOLOGÍA: APOLO

SIMBOLOGÍA: Apolo :Apareciendo de noche en la Ilíada,
el dios del arco de plata (canto 1) Febo
Apolo brilla como la luna. Convendrá tener
en cuenta la evolución de las mentalidades y
la interpretación de los mitos para reconocer
en él, mucho más tarde, a un dios solar, un
dios de la luz, y para comparar su arco y sus
flechas al sol y a sus rayos. Originalmente se
emparenta más bien con la simbólica lunar.
Se presenta en este canto como un dios vengador
de letales flechas.
Se revela en primer lugar por el signo de
la violencia y de un loco orgullo. Pero reuniendo
elementos diversos de origen nórdico,
asiático y egeo, este personaje divino se
vuelve más y más complejo, sintetizando en
él varias oposiciones que consigue dominar,
para terminar en un ideal de sabiduría que
define el milagro griego. Él realiza el equilibrio
y la armonía de los deseos, no por suprimir
las pulsiones humanas, sino por
orientarlas hacia una espiritualización progresiva,
gracias al desarrollo de la conciencia.
Se le honra en la literatura con más de
doscientos atributos, que lo hacen parecer
alternativamente como un dios rata primitivo
de los cultos agrarios; un guerrero
irascible y vengativo; un amo de las fieras, al
mismo tiempo que pastor socorrido, que
protege los rebaños y las cosechas; un bienhechor
de los hombres, que los sana y purifica,
que engendra a Asclepios (Esculapio), el
dios médico; profeta de Zeus, crea la mántica
de inspiración en Delfos (-> trípode).
Inspira no solamente a profetas, sino a los
poetas y artistas; llega a ser el dios solar, que
atraviesa los cielos sobre un carro deslumbrante.
En Roma no se asimila a ningún
otro dios; es el único entre los dioses extranjeros
adoptados por la ciudad y por el Imperio,
que permanece él mismo, intacto, único,
sin par.
Dios muy complejo, trivializado
cuando se lo reduce a un hombre
joven, sabio y bello; o cuando se lo opone,
simplificando a Nietzsche, a Dioniso, como
la razón al entusiasmo. No, Apolo es el símbolo
de una victoria sobre la violencia, de
un autodominio en el entusiasmo, de la
alianza de la pasión y la razón, el hijo de un
dios, por Zeus y el nieto de un Titán, por
Leto, su madre. Su sabiduría es el fruto de
una conquista, no una herencia. Todas las
potencias de la vida se conjugan en él para
incitarlo a no encontrar su equilibrio más
que sobre las cumbres, para conducirlo desde
«la entrada de la caverna inmensa» (Esquilo)
«a las cimas de los cielos» (Plutarco).
Simboliza la suprema espiritualización; es
uno de los símbolos más bellos de la ascensión
humana. J.C.

FUENTE:DICCIONARIO DE LOS SÍMBOLOS
Bajo la dirección de
lEAN CHEVALlER
con la colaboración de
ALAIN GHEERBRANT
BARCELONA
EDITORIAL HERDER
1986

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