Análisis del cuento Las actas
del juicio de Ricardo Piglia
Piglia construye su cuento a partir del formato de un acta. El texto se
presenta como el fragmento de las actas de un juicio, el juicio que no se realizó a la
muerte de Urquiza. Encontramos así un primer narrador, el secretario de actas, que
cuenta una serie de acontecimientos en una secuencia temporal: el juez se presentó
en la Sala del Juzgado a tomar declaración a un testigo, el testigo juró decir
la verdad y luego declaró. El primer narrador, uno de los personajes del juicio,
enmarca el relato de un segundo narrador, el testigo, que refiere el asesinato de
Urquiza.
La escritura del texto, como si se tratara de la transcripción de un documento
existente, juega con los límites entre la Literatura y la Historia, entre la
ficción y el relato verdadero. Por su construcción, el texto no parece cuento,
sino un documento oficial: bajo la ilusión de verdad que produce el documento oficial, Piglia inventa la posible declaración
de uno de los cincuenta hombres que entraron en la casa del general el día del asesinato.
El escritor, en su relato, deja algunas huellas que confirman la reconstrucción
ficcional de la historia. Mencionamos aquí algunos datos: ningún juicio a los culpables pudo llevarse a cabo, por falta
de apoyo de las autoridades provinciales y por la imposibilidad de actuar de las
autoridades nacionales ; el personaje que declara se llama Robustiano Vega y
podría ser la modificación del nombre de uno de los atacantes, Robustiano Vera.
Por otra parte, Vera, según las referencias de distintos historiadores, participó
de la partida que entró en la casa de Urquiza pero no fue quien lo asesinó.
Sintetizando, podemos decir que el escritor del cuento presenta el texto
como si fuera un acta oficial; pero, a través de algunos datos, le recuerda al
lector que se trata de una reconstrucción ficcional.
El interrogatorio
ausente
El relato del testigo está construido como una serie de respuestas a un
interrogatorio (el del juez) cuyas preguntas no figuran. Los espacios en blanco
y las rayas de diálogo indican una alternancia de voces por las que rápidamente
reconocemos que está ausente un integrante: siempre habla el testigo, reproduce
preguntas, inicia las intervenciones con frases como "No, señor" para
dirigirse, seguramente, al juez.
Las ausencias y los blancos obligan al lector a llenar los vacíos del texto
y proponen una lectura activa del relato.
Esta invitación a intervenir en el cuento no se da solamente a nivel de la forma
en que está narrado. También se incita al lector a pensar sobre los acontecimientos
pasados, desde puntos de vista y apreciaciones no abordados por la Historia.
Los blancos hablan de los huecos de los relatos históricos. En ellos siempre
hay voces, puntos de vista, hechos que resultan irrecuperables. El cuento pone
de manifiesto que los historiadores, con todas sus explicaciones e interpretaciones,
al intentar develar los enigmas del pasado, los vuelven evidentes y los multiplican. ¿Por qué cambió Urquiza? ¿Qué
motivaciones o qué fines orientaban sus acciones? ¿Por qué se dejó vencer en Pavón?
¿Hubo algún pacto secreto? ¿Cuáles eran los intereses que defendía el general? Dice
Vega en su declaración:
De esas cosas les quiero
preguntar, a ustedes, que son letrados, aunque se hayan juntado aquí para que
sea yo el que hable, porque yo no puedo decir más que lo que sé y el resto lo tienen
que averiguar.
Las múltiples respuestas no logran cerrar la cuestión. Existe un "resto"
que nadie puede averiguar y los blancos de la Historia, los enigmas, siguen estando
ahí.
El punto de vista del asesino y su lenguaje
El interrogatorio permite incluir un punto de vista, respecto de los
acontecimientos, que no aparece en los libros de Historia: el del asesino.
Ese punto de vista presenta una imagen de Urquiza como un muerto en vida
después de haber sido considerado como un dios. El punto de vista define un lenguaje
propio de un provinciano, un integrante de las tropas del general que luego, por
esas contradicciones propias de la vida de los hombres, terminó como unode sus
asesinos.
Las intervenciones del testigo guardan algunas marcas propias de la oralidad,
debido a que la forma de un acta responde a la transcripción textual de las palabras
del interrogado.
Recordemos que un acta es un documento
que registra todo lo ocurrido en una reunión, en una asamblea, en un juicio o en
cualquier acción cuyo testimonio formal sea imprescindible. Su función primordial
consiste en dejar constancia de lo sucedido y actuado, para que cualquier persona
que no haya estado presente o que tenga alguna duda u objeción pueda consultar el
texto. En su redacción, deben constar:
el lugar y la fecha, los participantes,
los asuntos tratados o los hechos
ocurridos,
las palabras de quienes declararon
(si se trata de un juicio),
las resoluciones tomadas,
las firmas de los participantes (que
garantizan la veracidad de lo expuesto en el acta).
La precisión de los datos es fundamental, para que el acta guarde su valor
testimonial.
El lenguaje que se emplea es formal y, generalmente, existen palabras,
frases y expresiones fijas que se repiten
en casi todas las actas.
El texto del acta narra las acciones y
actuaciones: refiere
la sucesión de hechos en los que participaron ciertas personas, en un espacio y
un tiempo determinados. Para indicar que la narración se realiza al mismo tiempo
que suceden los hechos, se utiliza el tiempo verbal presente. De esta manera se
garantiza que todo lo acontecido ha sido registrado en el texto.
Las actas del juicio de Ricardo Piglia : Contexto histórico
En este cuento, Ricardo Piglia escribe, desde la ficción, ciertos episodios
de la Historia Argentina ligados con la muerte del general Justo José de Urquiza.
Urquiza nació en las cercanías de Concepción del Uruguay en 1801.
Hombre de ideas federales y defensor de las autonomías provinciales, estuvo
ligado a la vida política desde muy joven, en una época signada por el
enfrentamiento entre unitarios y federales. En 1842, llegó a ser gobernador de
su provincia, Entre Ríos.
En medio del conflicto político que dividía al país hacia mediados del
siglo y que giraba en torno a la falta de una constitución, Urquiza
se enfrentó a Juan Manuel de Rosas y lo venció definitivamente en la batalla de
Caseros en 1852. Su llegada al poder no eliminó la contienda entre Buenos Aires
y el interior. Los enfrentamientos con los defensores de los intereses porteños
se sucedieron hasta que, en Pavón, frente al gobernador de Buenos Aires
Bartolomé Mitre, Urquiza abandonó la lucha, a pesar de que estaba ganando la
batalla. Diversas interpretaciones proporcionan los historiadores respecto de
las motivaciones de la retirada: las explicaciones van desde la traición hasta
el gesto heroico de quien se rinde para pacificar al país.
Este acontecimiento, su prolongada hegemonía en la provincia y la posterior
adhesión a la presidencia de Domingo Faustino Sarmiento abrieron el camino para
que uno de sus principales hombres, López Jordán, decidiera tomar su lugar. Los
historiadores conjeturan que fue él quien organizó la partida que lo asesinó en
1870.
El 11 de abril de ese año, cincuenta hombres armados entraron en la casa
de San José. Una parte de ellos, bajo las órdenes de Robustiano Vera, ingresó
en la parte posterior, tomó prisionero al jefe de guardia y custodió la salida.
Algunos hombres, comandados por José María Mosqueira, controlaron la entrada
principal. Un grupo pequeño, dirigido por el cordobés Simón Luengo, entró en el
patio principal y atacó a Urquiza que, aparentemente, apenas hizo un disparo.
Dos uruguayos, Ambrosio Luna y Nicomedes Coronel, ultimaron al general con un disparo y varias puñaladas, en presencia de su hija.
El sumario policial iniciado por el juez Ezequiel Crespo no prosperó por
falta de fondos y de una autoridad que apoyara la investigación.
4 comentarios:
Hola, me dicen a que genero literario pertenece esta narración?
Es un relato con el estilo que utilizan los encargados de redactar las actas en un juicio.
¿Pero puede incluirse en el género No-Ficción?
Hola, Claudio. No, no pertenece al género de no ficción puesto que este está relacionado con el periodismo , la investigación y la utilización de técnicas literarias, dando como resultado un nuevo género: la no ficción ( valga la redundancia) o nuevo periodismo.
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