Las mil
y una noches: origen- estructura-marco histórico y geográfico. El hilo
conductor
Los viajes de Simbad el marino -al igual que
"Alí Baba y los cuarenta ladrones", "Aladino y la lámpara
mágica" y muchas otras historias- se encuentran narrados en Las mil y una noches. Este libro ha sido
investigado por los más destacados estudiosos, pero no se ha llegado a una
conclusión definitiva sobre sus orígenes.
Existen varias teorías
al respecto. Mientras algunos piensan que proviene de la India, otros sostienen
que es de origen persa. Los arabistas se basan en un hecho muy concreto: el libro está
escrito en árabe. Finalmente, hay quienes relacionan Las mil y una noches y el Libro de Ester, de
la Biblia, lo que los lleva a hablar de un autor judío arabizado.
Ahora bien, todos
coinciden en que el libro es una compilación de relatos folclóricos de diversa
procedencia, como la India, Persia, Egipto y la literatura judía. Como los árabes fueron
quienes se encargaron de recopilarlos, al hacerlo, los modificaron
según su religión y sus costumbres. Quienes transmitían oralmente estas
historias, los rapsodas (de rapto, coser'),
las "cosían", en buena medida, según su propio gusto. A estas
modificaciones, hay que sumarles las que introducían los copistas, que eran
los encargados -antes de la invención de la imprenta— de copiar los textos a
mano.
La vida escrita del libro comienza hacia el siglo
IX d. C, pero la obra sufre
modificaciones y añadidos hasta el siglo XVI. Hay tantas diferencias entre una edición y otra que, por
ejemplo, nos encontramos con dos séptimos viajes de Simbad completamente
diferentes entre sí.
Antes del siglo XVIII, muchos de los
cuentos de Las mil y una noches se
conocían en Europa sin que se supiera su origen. Así, por ejemplo, "La
ajorca de oro" constituye una versión de "La Cenicienta"
distinta de la que publicó en Francia Charles Perrault (1628-1703), que la
había tomado de otras fuentes populares. La fábula de la lechera, que se conoce
en España gracias al Infante Juan Manuel( 1282-1348), también proviene del
libro árabe, aunque se supone que es de origen indio.
Por fin, Antonio Galland publicó en París, en
1704, la primera traducción al francés y, con ella, las noches orientales
llegaron a Occidente. El éxito fue rotundo, pese a que se criticaron algunas licencias
del traductor''.
Durante el siglo XIX, se realizan otras traducciones. Para mencionar sólo algunas,
citaremos las de Gustave Weil al alemán (1838), que fue retraducida al español
por Bergnes (1841); y la del explorador y traductor sir Richard Burton al
inglés (1885). Esta última era la que leía con veneración el escritor argentino
Jorge Luis Borges (1899-1986), y fue la primera versión "sin cortes",
lo cual le atrajo no pocas críticas en la rígida sociedad victoriana de su
época. Recién en 1958, con el trabajo de Rafael Cansinos Asséns, aparece la
primera versión castellana tomada :tamente del árabe.
El hilo conductor
¿Cómo se hace, en Las mil y una noches, para dar coherencia y unidad datos tan
diversos? Con un recurso propio de todas las colecciones cuentos medievales: el
empleo de un marco narrativo, es
decir, un suceso o un personaje que sirve de pretexto para presentar cuentos que
no tienen relación alguna entre sí, fuera de ese hecho o de ese narrador común.
Por ejemplo, en el libro del infante Juan Manuel, el sabio Petronio cuenta "ejemplos"
a su alumno, el conde Lucanor, para enseñarle el arte de gobernar. El escritor
inglés Geoffrey Chaucer (1340-1400) imaginará una peregrinación religiosa; y el
italiano Giovanni Boccaccio 3-1375), una peste terrible; ambas como situaciones
propicias para que diversos personajes cuenten, a su turno, una historia.
El hilo conductor de Las mil y una noches es bastante más elaborado y original : en
la antigua Bagdad, floreciente bajo el gobierno del imaginario sultán
Schahriar, ocurrió que su esposa lo ofendió gravemente. Furioso, la mandó matar
y, a partir de entonces, desposó cada día una muchacha distinta, a la que hacía
ejecutar en el amanecer siguiente. Ante estas circunstancias, los nobles que
tenían hijas solteras comenzaron a huir del reino, hasta que el visir (es
decir, el primer ministro) que era el encargado de elegir a las infortunadas
novias— no encontró muchacha casadera que no fuera su propia hija, Scherezada,
famosa por su habilidad como narradora.
Esta acudió al palacio junto con su hermana menor, Donihzada y, durante la
noche de sus nupcias, le suplicó al sultán que le concediera un último deseo:
despedirse de su hermana antes de
morir. Tal como habían arreglado, Donihzada le pidió que le contara una de sus historias, deseo que
cumplió Scherezada frente a su hermana y el sultán. Pero llegó la madrugada y
el cuento no había acabado, por lo que el sultán, intrigado por el final, le
perdonó la vida hasta el día siguiente.
Así, durante mil y una noches, la muchacha
mantuvo fascinado al monarca con relatos como el de los viajes de Simbad, hasta
que, finalmente, Shahriar, enamorado de ella y de su habilidad, le perdonó la
vida. De este modo, a través de la literatura, la hija de la luna no sólo se
salvó a sí misma y a las jóvenes de su reino, sino que transformó al violento
sultán en un gobernante magnánimo y justo.
La milenaria Bagdad
Las mil y una noches se ambienta en el período de mayor
esplendor político y cultural de los árabes, en el momento inmediatamente
anterior a la desintegración política del Islam. Durante parte del siglo II de la hégira (nuestro siglo VIII), este gran imperio fue
gobernado, desde su corte de Bagdad, por Harum al Raschid.
Los relatos evocan la fundación de Bagdad
(terminada en el 766), cuya posición estratégica la convirtió en el centro del
comercio oriental. En esta edad dorada, se mueve la figura del omnipresente
califa.
Los hechos históricos posteriores, de enorme
magnitud, como la desmembración del califato, el fin del dominio árabe en
España, el descubrimiento de América... no se mencionan en los relatos de Las mil y una noches (salvo alguna
alusión incidental a la tercera Cruzada), pese a que su redacción se remonta
hasta el siglo XVI. El libro ha
mantenido intacto para sus lectores esa Bagdad floreciente, propicia para el
ensueño.
El marco geográfico
Algo parecido sucede con la Geografía, ciencia
que estaba avanzada en el siglo XVI gracias a los datos de viajeros árabes.
Sin embargo, los viajes
de Simbad recorren un espacio mítico, que alberga genios y animales fabulosos,
junto con algunos ríos e islas que los geógrafos pueden ubicar hoy con
alguna precisión.
El lector encontrará costumbres antiguas de
pueblos actuales, hechos imaginarios de personajes históricos, aventuras
ficticias en lugares reales y una enorme cantidad de seres fantásticos, naufragios
peligrosísimos y banquetes fastuosos... Todo gracias a un comerciante musulmán protegido por
Alá.
Fuente: Simbad, el marino
Ed.Cántaros, Bs.as.,2003