El tema del amor , el tiempo y la muerte en los cuentos de Rubén
Darío
Las variantes del tema
del amor, dominante en los Cuentos de Darío, presentan un código que elabora el sentido
y el mensaje señalados desde su particular perspectiva.
En "A las orillas del Rhin" el
tema amoroso presenta la característica modalidad romántica; el amor se
plantea como imposible ante los designios superiores -variante de la
oposición que se encuentra en Romeo y Julieta-. La perduración del amor ideal
se reserva para el más allá.
De naturaleza romántica es también el tema del amor cortado por la muerte y los
secretos designios de Dios: "El año que
viene siempre es azul" y "Sor Filomela".
El amor irrealizado, vivido como angustia
de esperanza frustrada, es el tema de "Mi tía Rosa",
de viva humanidad, donde bajo el refinamiento de las exquisiteces de estilo y
sensaciones, aflora la capacidad de comprensión hacia el prójimo.
El amor sensual, erótico, el excluyente
placer de los sentidos -la carne que tienta con sus frescos racimos-, con refinamiento de
sensibilidad quintaesenciada, es el tema literario y decadentista de "La ninfa".
Esa modalidad del amor sensual se une pronto a una atmósfera de
pesimismo con preanuncios de muerte, de la manera como lo señala Pedro Salinas
en la poesía de Darío. La idea de pecado ensombrece pronto la
apetencia del placer sensual que amenaza como un veneno: éste es el tema de "Historia de un picaflor". El amor carnal
entra en conflicto con la fugacidad de la vida corporal. Se cierra el arco del
destino humano desde la naturaleza doble del hombre -y la tumba que llama
con sus fúnebres ramos-. La vida aparece como agonía entre el amor y su
tiempo. El
erotismo insatisfecho se transforma en obsesión del vivir, en lucha
permanente ante la fugacidad de la vida. Erotismo fatal, porque está concebido
como sustancia de la carne y se percibe en conflicto con la carrera del hombre
hacia la muerte. Y erotismo agónico, mantenido mediante la lucha entre la
fatalidad y la esperanza.
Otra variante es el
amor adolescente, manifestado como glorificación de la vida, sin
pesimismo, en plena afirmación de juventud; tal es el tema de "Palomas blancas y garzas morenas".
Y en "El palacio del sol", ideal y
ensueño enfrentan los convencionalismos de la madre y del médico burgueses.
"Las tres reinas magas" consagra el triunfo del
amor sobre la gloria; "El árbol del
rey David", sobre el tiempo y la muerte.
"La muerte de la emperatriz de la
China", apoyado en el tema de los celos de la mujer ante la pasión del artista,
traduce el conflicto que se establece entre sensualidad e idealidad.
Tema del tiempo en los cuentos de
Rubén Darío
Por otra parte, mediante el tema del tiempo, los
cuentos concretan una filosofía de la vida y le descubren significaciones
impensadas: "Un retrato de Watteaú"
(de la serie En Chile) y "Un sermón"
postulan en su asunto la continuidad cíclica de la historia y del hombre. Lo
que le acontece a la condesa del siglo XVIII le acontece contemporáneamente a una dama o a
una pastora. Solo cambian las exterioridades, no la sustancia humana de las
cosas. La recurrencia del tema descubre un aspecto del universo mental que estructura los
cuentos: el sentimiento de que todo es repetición. Esto permite
construir el modelo del relato que se apoya en esa estructura mental única que
hace del hombre el mismo en todas las circunstancias. De ahí que él significado
esté siempre sostenido por la referencia a esa condición universal única.
El sentimiento y la
concepción del tiempo están unidos a la vivencia de la fugacidad de la vida. El
poeta siente el tiempo como destrucción de la carne, de la materialidad. Esta
versión representa un despertar de la conciencia hacia valores
trascendentes. Para desasirse de la fugacidad, el poeta se sumerge en la
idealidad recuperada de los mundos poéticos que lo ponen en contacto con
lejanías de lugar y tiempo, es decir, lo recuperan de lo inmediato y recrean la
ilusión de inmortalidad. La conciencia del tiempo restablece la verdadera
tabla de valores y descubre el engaño de la vida cifrada en la satisfacción
materialista. Dioses y símbolos mitológicos -elementos decorativos del código-
se humanizan cuando se nutren con el estremecimiento del espíritu que trata de
asirse a la trascendencia de formas inmortales, intemporales, creadas por el
ideal humano.
El arte
tiene la virtud de atravesar las limitaciones del tiempo recuperando para la
inmortalidad el transcurso fugaz de la existencia. Queda por ello establecida
la superioridad del poeta entre los demás hombres.
El tema de la muerte
Está directamente vinculado con el tema del amor
y del tiempo. Además, la muerte aparece concebida como constitutiva del
sentimiento de la vida como misterio, y como reveladora del secreto de la vida,
de su trascendencia y de los valores que hay que descubrirle más allá de
cegueras sensualistas y materiales.
Unido al sentimiento de la fugacidad de la
existencia, de los placeres de la carne y del tiempo como destrucción de la
vida, se desarrolla el tema de la muerte en "Salomé".
"Morbo
et umbra" expone el sentimiento de la muerte en la
concepción ingenua y profunda de la gente sencilla. Darío se aproxima al
espíritu simple de la buena gente y extrae de allí las posibilidades poéticas
que derivan de interpretarlas y expresarlas con intensidad, en la plenitud de
su experiencia existencial. Es la muerte de los pobres, patética ante lo
incomprensible, reveladora de la dimensión olvidada de la vida.
El tema de la muerte y la guerra motiva tres cuentos: "La matuschka", cuento ruso, que
evoca la significación de la guerra en el hombre concreto; "El Dios bueno", que sondea en los
inescrutables designios de Dios; "Betún y
sangre", poética visión de la muerte como destrucción del
amor. Tres expresiones de la pequeñez de los motivos magnificados por el hombre
hasta convertirlos en móviles de decisiones tremendas. Tres presentaciones de
la potencialidad del espíritu y del poeta para descubrir valores perdurables.
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