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10 de enero de 2022

Análisis de Historia de los dos que soñaron (anónimo)

 

Análisis de Historia de los dos que soñaron (anónimo)


  Este relato anónimo, extraído de Antología de la literatura fantástica, de Jorge Luis Borges, Silvina Ocampo y Adolfo Bioy Casares (Buenos Aires, Sudamericana, 1967), pertenece al género fantástico. En el título, se utiliza el término “historia” para darle un matiz de verosimilitud a lo soñado y así mantener el principio del cuento fantástico en el que siempre hay vacilación entre la realidad y la fantasía.

Argumento: Un egipcio empobrecido soñó que en Persia encontraría su fortuna. Al despertar partió en su búsqueda. Ya en Persia, por un error lo llevaron a una cárcel. Cuando el juez se enteró del motivo de su viaje, se rió de su credulidad y le contó a su vez que él también fue perseguido por un sueño en el que se le ofreció un tesoro en un jardín de El Cairo, pero nunca creyó en él. El egipcio reconoció por las señas que ése era su jardín. Regresó a su patria y encontró el tesoro debajo de la higuera.

Tema: La fe y su poder, que se traducen en un beneficio para quien la posee. La recompensa llega por caminos no pensados, requiere un esfuerzo para obtenerla y   no es inmediata. Muchas veces, tenemos tesoros  muy cercanos y no sabemos reconocerlos.

Estructura: Sigue los tres pasos fundamentales de la narración: introducción, desarrollo y desenlace, presentados con continuidad temporal.

El narrador es omnisciente: conoce hechos y pensamientos.

 El espacio: Desempeña un papel importante en la narración, ya que el egipcio sueña con Persia y el persa con un jardín de El Cairo. Hay una interdependencia de espacios y sueños.

Personajes: Hay un protagonista, el egipcio Yacub El Magrebí, que conduce la acción. El juez, segundo personaje, sirve de mediador, revelando los elementos necesarios para que se produzca el desenlace. Hay contraposición de caracteres en la medida en que el egipcio tiene una fe inquebrantable que es ridiculizada por el juez, incrédulo y autosuficiente. Los personajes secundarios (ladrones, vecinos, sereno, capitán) no son superfluos ya que a través de su acción permiten que se realice el designio de Alá. Para dar mayor fuerza y realidad al relato, se vale del estilo directo en el momento en que el protagonista trasmite su sueño. 

Valoración final: A pesar de su antigüedad el relato tiene vigencia porque el autor supo captar un conflicto humano de todos los tiempos: la fe. Un problema arduo como éste ha sido resuelto en forma simple y concreta y con un lenguaje sugerente que le da el encanto de un viejo cuento.

Fuente: Introducción literaria I, Ed. Estrada. Buenos Aires.

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