La leyenda del rey Arturo- Reumen
Cuenta
la leyenda que el rey Uther Pendragón estaba enamorado de Igraine, la mujer de
su enemigo, el duque de Tintagel. Como Igraine no correspondía a su amor, el
mago Merlín le ayudó a Uther a conquistarla, con la condición de que le fuera
entregado el hijo que naciera de la unión. Esa noche, el duque murió. Luego,
Uther se casó con Igraine. Cuando nació el niño, fue llamado Arturo y entregado
a Merlín, quien lo puso en manos de Héctor y lo crió junto con su propio hijo,
Kay.
Más
tarde, Uther enfermó y murió. El reino quedó sin monarca y sumido en la guerra
civil durante años. Un día, se descubrió una espada clavada en una piedra con
esta inscripción: "Quienquiera que saque esta espada de esta piedra es
legítimo rey de toda Inglaterra". Pero nadie podía cumplir la profecía,
hasta que Arturo lo logró. Sin embargo, los barones no creían que tuviera
sangre noble y, por lo tanto, no lo aceptaron como gobernante. Aconsejado por
Merlín, Arturo fue ganando batallas y prestigio hasta que logró imponerse como
rey. Luego, se enamoró de Ginebra y se casó con ella.
Un
día, Arturo pasó junto a un lago del que surgió una espada maravillosa:
apareció entonces la Dama del Lago y le entregó Excalibur, el arma que lo hizo
invencible en la batalla. Arturo estableció su corte en el castillo de Camelot,
y su fama atrajo a los más valientes caballeros. Se sentaban alrededor de una
gran mesa circular, la Tabla Redonda, donde todos se consideraban iguales en
dignidad y en derechos, incluso el rey. Un solo asiento estaba vacío, la Silla
Peligrosa, asiento reservado por el Mago Merlín para que fuera ocupado únicamente por aquel
caballero que estuviera destinado a encontrar el Santo Grial, copa usada por Jesús
en la última Cena. De este modo, el
asiento estaba siempre vacante y ocuparlo sin ser digno del mismo era fatal.
Los
caballeros se dedicaban a buscar aventuras y a dar su amor a las damas de la
corte. El mejor caballero del mundo era Lancelot (o Lanzarote, según la
versión). Él y Ginebra se enamoraron y se convirtieron en amantes. Al mismo
tiempo, Arturo fue hechizado por el hada Morgana, su media hermana, con quien
tuvo un hijo, Mordred, que se convirtió en la ruina de Camelot.
No
se sabe si Arturo existió realmente, pero se dice que vivió en la Inglaterra
de principios del siglo VI. La tradición oral mantuvo viva su memoria hasta el
siglo IX, cuando el monje gales Nennius lo mencionó en su Historia Brittonum, escrita
en latín. Esa es la primera referencia documentada que existe acerca de su
persona. A partir de entonces, muchos escritores reelaboraron la materia. En el
siglo XV, Sir Thomas Malory (1408-1471) escribió La muerte de Arturo.
Fuente: Literatura Europea y Norteamericana
Puerto de Palos, Bs.As.,2001