RESUMEN: ULISES Y POLIFEMO- LA ILÍADA- HOMERO
Cuando los griegos, luego de la caída de Troya, zarpan de regreso a su patria, desembarcan en la isla de los Gigantes. Acompañado de doce hombres y llevando provisiones y vino, encuentran la cueva donde habita Polifemo, un gigante hijo del Cielo y de la Tierra, con un solo ojo en mitad de la frente. En ese momento, el gigante se encontraba apacentando su rebaño, por lo que Ulises decide esperar a que regrese a la caverna.
Cuando el gigante regresa, entra en la cueva y enciende el fuego : al resplandor de las llamas descubre a los intrusos. Con voz de trueno les pregunta quiénes son. Los griegos, muertos de miedo, quedan sin voz, pero Ulises le explica que una tormenta los trajo hasta allí y que esperaban, siendo griegos, ser recibidos amistosamente como extranjeros. Le dice que su nombre es Nadie.
El gigante, despectivamente y como respuesta, toma a dos de los compañeros de Ulises, uno en cada mano y, con gran fuerza, los estrella contra el suelo, comiéndoselos posteriormente.
Ulises piensa matar al gigante, pero al darse cuenta de que quedarían encerrados en la cueva por el enorme peñasco que tapa la entrada, decide esperar.
A la mañana siguiente, el gigante desayuna comiéndose a otros dos compañeros de Ulises. Sale para apacentar a su rebaño pero no olvida tapar nuevamente la entrada con la enorme piedra. Ulises ve que el gigante ha dejado su garrote en la cueva y que es tan grande como el mástil de una nave. Lo toma, afila una de las puntas, la acerca al calor del fuego y lo oculta. Con él piensa cegar a Polifemo mientras estuviese durmiendo.
Al atardecer, Polifemo regresa. Se come a otros dos compañeros de Ulises. Éste decide emborracharlo y le ofrece vino de tal manera que el gigante, ebrio, se desploma profundamente dormido. En ese momento sacan el garrote del escondrijo, encienden la punta en el fuego y lo clavan en el único ojo del monstruo quien lanza un terrible grito. Desesperado, se dirige a la puerta de la cueva, cierra la entrada y se sienta ante la abertura con los dos brazos extendidos para asegurarse que ningún hombre intentara escapar. Pide ayuda a otros gigantes. Éstos le preguntan quién lo ha lastimado, ante lo que Polifemo contesta que Nadie lo ha hecho. Sus amigos, ante esta respuesta, lo ignoran.
Ulises lo observa e inventa una estratagema: ata a cada uno de sus hombres bajo el vientre de algunos carneros de gran tamaño y para evitar que el gigante examine con demasiada meticulosidad a los carneros, los junta de a tres. Una vez hecho esto, empuja hacia la puerta a los carneros, quienes pasan sin dificultad. Él hace lo mismo.
Vuelven todos a la nave, levan anclas y cuando el barco está a una distancia considerable, Ulises se dirige a Polifemo, gritándole que el castigo de los dioses ha caído sobre él a causa de sus crímenes y crueldad. El ciclope oye estas palabras y reconoce la voz de Ulises. Lleno de furor, toma una gigantesca piedra y la arroja hacia donde venían las voces. Los remeros deben emplear todas sus fuerzas para evitar que el navío encalle nuevamente en la playa. Ulises vuelve a insultar al gigante y le da a conocer su verdadero nombre: Ulises, hijo de Laertes. Polifemo, lleno de ira, invoca a su padre, Poseidón, y le ruega que vengue su honor impidiendo a Ulises llegar a Ítaca. Poseidón atiende la petición de su hijo.
(EN LA IMAGEN: APOTEOSIS DE HOMERO )