La prosa didáctico-religiosa en lengua
mayance: los Libros del Chilam-Balam
Hacia
1859, los
eruditos
descubrieron
antiguos códices que
contienen los titulados Libros del Chilam-Balam.
Escrita en lengua
maya, pero con
caracteres arábigos, esta obra
anónima y colectiva parece haber sido redactada
a lo largo
de cuatro siglos -del XVI al XIX-, es
decir, después
de la conquista, con el fin de preservar textos, mitos, costumbres
y tradiciones de origen yucateco.
Este libro es el primer libro
pintado antaño: Pero su faz está oculta:
el Popol Vuh
Estas palabras crípticas inician
el Popal Vuh
(de "popol" comunidad,
consejo- y
"vuh" -libro) o Libro del Consejo,
o Libro del Común o Libro
nacional de los quichés. Las
expresiones arriba
transcriptas parecen indicar que,
en un principio, sus autores utilizaron el sistema pictográfico para fijarlo.
Sin embargo,
el manuscrito que lo conserva es posterior a la conquista, ya que
data
de 1550. Fue
alrededor de
esta fecha que un indio lo escribió en lengua quiché,
pero con caracteres latinos.
Debieron pasar casi
tres siglos para
que el padre Francisco Ximénez
lo descubriera en
Chichicastenango (Guatemala) y realizara su primera versión
castellana. Se lo considera anónimo y,
tal vez, de
redacción
colectiva .
La estructura del Popal Vuh
Esta obra, considerada
una suerte de biblia maya-quiché, resume las creencias de esos
pueblos.
Su asunto puede dividirse en un preámbulo y cuatro grandes secciones.
En el preámbulo, el recopilador
indígena
manifiesta su intención de contar la historia
del pueblo quiché tal
como
la reseñaba el
libro original, perdido u
oculto
desde la llegada
de los conquistadores:
Esto
lo escribiremos
ya dentro de la ley
de Dios,
en el
Cristianismo; la sacaremos a la luz porque
ya no se ve el
"Popol Vuh"
[ ...
j.
Existía
el libro original,
escrito
antiguamente,
pero su vista
está oculta
al investigador
y al pensador.
La primera sección resume las
creencias quichés respecto del origen y formación del mundo, así como lo referente
a la aparición
definitiva
del hombre sobre la Tierra, después de varios intentos infructuosos de creación
por parte de los
dioses.
La segunda sección incluye
una serie de narraciones míticas y de leyendas religiosas, y las últimas dos partes contienen la historia del pueblo quiché y de sus cuatro primeros caudillos, así
como de sus desplazamientos y conquistas hasta lograr la consolidación de su
poderío.
El cuadro precedente demuestra que en las dos primeras
secciones del
cuerpo del libro prevalece el elemento mitológico, enraizado en creencias, ritos
y costumbres
de antiquísimo
origen, mientras que, en las dos últimas,
predomina
lo histórico
en relación con el logro
de la hegemonía maya-quiché *.
La obra comienza con la enumeración de
los seres divinos y de sus varias denominaciones.
Ellos engendran el cielo,
la tierra, el agua,
las plantas y los
animales. Finalmente, crean los astros. No
necesitan crear la luz,
que existió -según
el Popol Vuh-
desde siempre.
Pero sí necesitan hacerlo con la oscuridad,
para
lograr su propio descanso.
Terminadas estas primeras creaciones,
desean oír alabanzas por la tarea realizada.
Como nada de lo hasta entonces existente puede ofrecérselas, deciden formar al hombre, al
que hacen de
tierra. Esta
primera creación humana,
incapaz de articular voces de alabanza para la obra
divina, es destruida por el agua:
Entonces
fue la creación
y la
formación.
De tierra,
de lodo
hicieron
la carne
[del
hombre). Pero
vieron que no estaba bien,
porque
se deshacía,
estaba
blando, no
tenía movimiento,
no tenía
fuerza,
se caía,
estaba aguado, no
movía la
cabeza,
la cara se le
iba para
un lado,
tenía
un cuello
muy grande,
no podía
ver para
atrás.
Al principio
hablaba,
pero
no tenía
entendimiento.
Rápidamente
se humedeció
dentro
del
agua y no
se pudo
sostener.
Primera parte, Cap. 1I.
Los dioses echan suertes con granos de maíz y éstos indican que deben utilizar la madera para formar al hombre. Con esta
nueva creación tampoco logran
su objetivo: los
seres
así constituidos hablan,
pero
lo hacen sin ingenio ni sabiduría. Sus manifestaciones no incluyen
el agradecimiento ni la alabanza a sus creadores, quienes deciden destruirlos mediante un diluvio que cubre la
Tierra:
...
al instante
fueron
hechos
los muñecos
labrados
en madera.
Se parecían
al hombre,
hablaban como
el hombre
y poblaron
la superficie
de la tierra.
[, .. )
pero no
tenían
alma, ni
entendimiento,
no se acordaban
de su creador.
En seguida
fueron aniquilados,
destruidos
y deshechos
los muñecos
de palo;
[ ...
) un gran diluvio
se formó,
que cayó sobre
las cabezas
de los
muñecos de
palo.
Primera parte, Cap. II y 1Il.
El hombre definitivo será creado mucho después cuando,
superadas las
rencillas,
las
divinidades -dioses
y semidioses- se
abocan nuevamente
a la tarea. Pero esta vez
la materia
prima será el maíz,
fundamento de las economías de todos estos pueblos
que, por esa
razón, han sido llamados "culturas de maíz".
A continuación
entraron
en pláticas
[los Creadores)
acerca
de la
creación
y formación
de nuestra
primera
madre
y padre;
de maíz
amarillo
y de maíz blanco se
hizo su
carne;
de masa de maíz se hicieron los brazos y
las piernas
del hombre. Únicamente masa de maíz entró en
la carne de nuestros primeros padres, los cuatro hombres que fueron creados. Tercera
parte, Cap.
II
y como tenían la apariencia de hombres, hombres fueron. [ ... ] Grande era su sabiduría. [ ... ] y en seguida acabaron de ver cuanto había en el mundo. Luego dieron las gracias al Creador y al
Formador.
Tercera
parte, Cap. II.
De estos cuatro primeros hombres, descienden
los cuatro grupos distintos del pueblo quiché,
cuyas historias ocupan las dos últimas secciones de
la obra.
Sin embargo,
la secuencia que corresponde a la aparición del
hombre sobre la Tierra se ofrece continuamente escindida -como hemos visto- por episodios de difícil comprensión, que relatan peripecias vividas por héroes míticos.
Así,
el libro describe las secuencias del célebre juego
de pelota entre magos y dioses que luchan por la supremacía, o pruebas iniciáticas que el héroe
afronta para vencer el mal.
También se insertan cuentos etiológicos(que explica las causas de las enfermedades ) que recogen antiguas recetas, sobre
la base de hierbas y de conjuros, fábulas
y costumbres ancestrales, cuyo
origen
sólo encuentra una explicación mítica.
Entre los antiguos mayas, el juego de
pelota era una confrontación entre dos equipos rivales representantes de pueblos
enemigos. Se
jugaba en canchas preparadas especialmente, con pelotas grandes,
hechas de una cierta resina que las
hacía livianas. Los jugadores no debían tocar la pelota con las manos,
sino imprimirle movimiento con las nalgas. Se -cree que su resultado dirimía contiendas
épicas,
aunque se desconocen aún sus reglamentos.
Por todo lo expuesto, puede afirmarse que el Popal Vuh narra desde los sucesos legendarios, protagonizados por dioses
y héroes gigantescos, propios
de la edad mitaca, hasta los hechos que
conforman la historia del pueblo quiché,
y resume las luchas de
sus diferentes tribus para alcanzar la dominación de territorios con
climas más propicios
para el desarrollo de su cultura.
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