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22 de julio de 2012

Análisis-resumen de Santos Vega de Rafael Obligado


Análisis-resumen de Santos Vega de Rafael Obligado

TEMA: 

El tema pertenece al plano del mito universal Demonio-Tentación, pero históricamente se ubica en la pampa, alrededor de 1825, y toma como sujeto de en­carnación al payador, cuyo canto melodioso transforma a quienes lo escuchan. Un instrumento, también regional, la guitarra, interviene en el desarrollo de la trilogía Mal, Bien, Cantor.
Obligado creía en la existencia de un gaucho payador de nombre Santos Ve­ga, que según la leyenda vivió en los pagos del Tuyú, al sur de la provincia de Buenos Aires. Esa leyenda, originada en fuentes populares y cultas, decía que Santos Vega había muerto cantando "como el pájaro en la rama".

El tema del payador o cantor errante de las pampas fue incorporado por pri­mera vez como personaje literario por Bartolomé Mitre en Rimas (1838), libro en el que su autor reúne su producción poética. Ascasubi, por su parte, lo utiliza circunstancialmente como prestigioso narrador de la historia de los mellizos de la Flor.

Rafael Obligado retorna el tema del gaucho payador manteniendo las carac­terísticas de la poesía popular, sin imitar las formas dialectales y el vocabulario empleado por sus antecesores.

Santos Vega está escrito en versos octosilábicos, agrupados en décimas, y comprende cuatro partes: "El alma del payador", "La prenda del payador"; "El himno del payador" y "La muerte del payador".

El alma del payador: Obligado presenta el paisaje pampeano y evoca a Santos Vega a través de los recuerdos y lo que se cuenta de él. El payador es allí una sombra en la noche o la imagen de una visión fantasmagórica en las sies­tas de estío. Luces y sombras marcan el límite entre lo real y lo fantástico.

La prenda del payador:  Traduce la relación hombre-mujer, gaucho-prenda , mediante  la presencia del amor.

El  himno del payador: Aquí el cantor interrumpe el juego del pato y con­voca a los criollos a la empresa de la revolución. Esta parte, incorporada al poe­ma en 1887, contiene un vibrante llamado a luchar por la patria y un lamento por la condición del gaucho.

La muerte del payador: En esta última parte el poema adquiere valores de alegoría política: Juan Sin Ropa -símbolo del Progreso- anuncia entre espejismos el derrumbe de una edad y el comienzo de otra. El payador será finalmente ven­cido por el forastero y morirá, pero su recuerdo permanecerá vivo a través del tiempo.

EL LENGUAJE  : Rafael Obligado ocupa un lugar inconfundible en la literatura argentina. Ad­mirador de Echeverría, amante de la tradición y del pasado, cantó en sus versos al progreso y porvenir de su patria.
En lo que se refiere a la poesía gauchesca, se aparta de los grandes modelos del género por el lenguaje culto y el estilo pulido que utiliza invariablemente. En Santos Vega no imita el habla gauchesca; sin embargo, el lector acepta con natu­ralidad su lenguaje pulcro y exquisito en el que aparecen, no obstante, algunos regionalismos.
Dice María Hortensia LACAU: Obligado es un poeta romántico por sen­sibilidad, época y escuela. No obstante, como todo en su manera de ser se expre­sa a través de un viril pudor, como es ade­más un reflexivo que domina sus emocio­nes y un hombre de fina sensibilidad y vasta cultura, su poesía, aun dentro de los cánones románticos de la época, configura una poesía de tono menor en cuanto a las altisonancias del romanticismo, y dentro de éste, aparece como elaborada y lle­na de moderación.
El Santos Vega, incluso algunas de sus poe­sías aisladas, y muchos de los recursos que utiliza, indican que si el poeta hubiera ahondado en el camino que alguna vez tomó, su obra poética podría haberse orien­tado por los ámbitos del premodernismo.
LACAU, María Hortensia. Estudio preliminar a Poesías, de Rafael Obligado. Edit. Kapelusz, Colección G. O. L. U., Buenos Aires, 1965.

Breve biografía de Rafael Obligado
Rafael Obligado nació en Buenos Aires en 1851 y murió en Mendoza en 1920. Hombre de letras, profesor de literatura en la Universidad de Buenos Aires, miem­bro de la Real Academia Española de la Lengua, fue considerado "poeta nacional" a partir de la valoración que hiciera de su obra Joaquín V. González al estudiar las leyendas argentinas.
En 1885 publicó en París su único libro, titulado Poesías, en el que aparecen la primera, segunda y cuarta parte de "Santos Vega". A partir de ese año se suceden las ediciones que difunden y popularizan muchas de sus poesías: "El ho­gar paterno", "El Negro Falucho", "Al pampero", "El nido de boyeros" y otras, las que pueden agruparse en temas familiares y -según la predilección del poeta por los modos heredados del romanticismo- nacionales, dirigidos estos últimos a exaltar la naturaleza y la patria.
Entre la casa porteña -en la que se reunían periódicamente destacados escri­tores: Rubén Darío, Carlos Guido y Spano, Lucio V. Mansilla, Ricardo Gutiérrez, Joaquín V. González- y la residencia paterna, a orillas del Paraná el poeta elaboró una obra escasa pero valedera, sustentada en un entrañable amor por la tierra na­tal y su pasado legendario.

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