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10 de mayo de 2008

RESUMEN: EDIPO REY - Sófocles


RESUMEN :EDIPO REY
Edipo era hijo de un rey de Tebas a quien un oráculo vaticinó un destino espantoso. La Pitonisa predijo que el hijo que esperaban mataría a su padre y se casaría con su madre, y para evitar tal abominación, los padres abandonaron a Edipo al nacer. Pero el destino lo dispuso de otro modo. El siervo encargado de la horrible tarea tuvo piedad del niño y lo entregó a aun pastor que servía al rey de Corinto, quien lo llevó a su esposa; como el rey no tenía hijos, adoptó a Edipo y lo educó como si fuera propio. Edipo creció fuerte y valiente. Todos en Corinto lo creían hijo del rey. En una visita a Delfos escuchó del oráculo estas palabras: “ No vuelvas a tu patria porque asesinarás a tu padre y te casarás con tu madre y tu posteridad será odiada por los hombres”.
Edipo, ante esto, decide no volver a Corinto. Recorrió el mundo a la aventura y se dirigió a Tebas. En el camino encontró a un noble anciano que viajaba en su carro acompañado de su guardia personal. El camino era estrecho, el cochero quiso empujar al caminante a un lado y se pelearon. Edipo mató al anciano y a su escolta, y solo un siervo pudo escapar. El anciano era el rey de Tebas, el verdadero padre de Edipo.

Edipo continuo su ruta hacia Tebas, cuya población tenia que soportar a una esfinge, monstruo con cuerpo de león, cabeza de mujer y alas de ave, que daba muerte a quien no acertara la solución de este enigma: “ ¿Cuál es el animal, de todos los seres vivientes, que camina con dos, con tres y con cuatro patas, y que es más débil cuantos más pies tiene?. 
Edipo no tuvo ninguna dificultad en responder: “El hombre, pues cuando es niño anda a gatas, después camina con los dos pies y la vejez lo obliga a utilizar un bastón como si fuera un tercer pie”. Esta respuesta destruyó el poder de la esfinge. El monstruo cayó desde su roca y Tebas quedó libre. Los tebanos, agradecidos, proclamaron rey a Edipo y lo casaron con la viuda del rey anterior: Yocasta, su madre. Se cumplía, así, la predicción del oráculo. Por un tiempo, Edipo vivió feliz en Tebas y tuvo con Yocasta dos hijos y dos hijas.

Tebas es asolada por la peste, los ciudadanos mueren de a miles y una comisión popular acude a pedir ayuda al rey. Edipo escucha benévolamente y responde que ya tomó sus disposiciones enviando a su cuñado Creonte a Delfos para consultar a los dioses.
Creonte regresa poco después portador de un mensaje de Apolo: la maldición recaerá sobre el país hasta que no se encuentre al asesino del rey anterior y sea muerto y castigado. Edipo promete que se castigará al asesino.
Consulta a Tiresias, un adivino griego, pero este prefiere no responder. Edipo se enoja, se cruzan reproches y por fin el adivino exclama: ¡“Tú eres el asesino, tú eres el hombre que busacas”!

Edipo cree que el adivino ha dicho estas palabras a causa de la cólera que sentía, de ninguna manera sospecha la terrible verdad.
Poco después, llega un mensajero de Corinto: el supuesto padre de Edipo ha muerto y el pueblo quiere que le suceda su hijo. Edipo respira aliviado porque ya no será el asesino de su padre, pero el temor de que se cumpla la segunda parte del oráculo le impide volver a Corinto mientras viva la mujer a quien considera su madre.
El mensajero le comunica otra noticia: Edipo no era hijo del rey de Corinto, sino adoptivo, él mismo lo recogió de un pastor siervo del rey de Tebas y lo llevo a Corinto. Edipo manda a buscar al pastor que lo informará de su origen. Poco a poco conoce la horrible verdad de boca del antiguo siervo. Aturdido por la noticia fatal, entra tambaleándose en el palacio. Yocasta también conoce la verdad: se ha casado con su propio hijo y ha tenido descendencia con él. Yocasta se suicida y Edipo, en su desesperación, se arranca los ojos para no ver más la profunda miseria en la que ha caído.
Edipo, ciego, es un simbolismo: durante su vida se comportó siempre como un ciego, obedeciendo a un destino fatal.
Finalmente, dos siervos expulsan al ciego Edipo que implora como gracia el destierro, el peor castigo para un griego.

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Los personajes

Edipo: Es el héroe trágico que protagoniza la obra. Debido a su afán por llegar a la verdad y develar enigmas, hay quienes lo consideran el primer detective de la literatura universal. El hecho de que no se dé cuenta inmediatamente de que el asesino de Layo es él mismo y de que Layo es su verdadero padre no contradice su actividad detectivesca; por el contrario, la estimula cada vez más.La historia de Edipo demuestra que -para la con­cepción trágico-heroica de la vida humana- el hombre siempre está sometido a la voluntad de los dioses. Por eso, la revelación final confirma que el oráculo de Apolo, por el cual se anunciaba que Edipo mataría a padre y se casaría con su madre, estaba en lo cierto. Cuando Edipo descubre la verdad, se quita los ojos para no ver el horror en que se encuentra.
Tiresias: Es el adivino que desde el comienzo sabe cuál es la verdadera identidad de Edipo. A lo largo de la escena, pone en evidencia que no siempre quien tiene la verdad delante de los ojos puede verla. Por eso, tras su ceguera parece esconderse su poder de adivinación. Además, en la escena está presente el coro de ancianos tebanos que es testigo de toda la acción y el niño que acompaña, a modo de lazarillo, al ciego Tiresias.

En la tragedia Edipo rey intervienen también otros personajes:

Sacerdote: es el personaje que, al comienzo de la tragedia, le cuenta a Edi­po los males que la ciudad sufre a causa de la peste y le implora que averigüe la identidad del asesino de Layo, el rey anterior, para salvar a Tebas.Creonte: es el cuñado (y tío) de Edipo, el hermano de Yocasta. Edipo lo envía consultar con el oráculo de Delfos y, a su regreso, trae consigo a Tiresias para que ayude a develar el enigma sobre los asesinos de Layo. Edipo lo acusa injustamente de organizar un complot contra él para quedarse con el trono.

Yocasta: Es a la vez la esposa y la madre de Edipo, si bien ninguno de los dos conoce este lazo familiar. Cuando ella se entera de la verdad, no puede soportarla y acaba con su vida.

Mensajeros: son personajes frecuentes en las tragedias. Su función es brindar información a los personajes principales, relatando aquello que transcurre fuera de la escena.Pastor: la figura del pastor es central en la historia de Edipo porque es quien reconoce, hacia el final de la obra, que Edipo era el hijo de Layo que había sido adoptado por los reyes de Corinto.

El enigma en Edipo rey
Como ha sido explicado antes de la lectura de la escena de Edipo, en la vida del protagonista había sido de fundamental importancia el develamiento de enigmas. Es gracias a la resolución del enigma propuesto por la Esfinge, que Edipo accede al trono de la ciudad de Tebas.
Edipo se siente orgulloso de su poder de razonamiento por haber resuelto el acertijo con su propia inteligencia y sin pedir la ayuda de los dioses. Sin embargo, el diálogo que mantiene con Tiresias revela que, pese a su superioridad, el protagonista no pue­de escapar de las leyes del destino.
En la tragedia de Sófocles, hay dos enigmas más que se relacionan entre sí: ¿Quién es el asesino de Layo, responsable de la peste que acosa a la ciudad? Y ¿Cuál es la verdadera identidad de Edipo?
Para llegar a la solución de estas preguntas, tiene lugar una serie de pe­ripecias que provocan el reconocimiento final.La peripecia y el reconocimientoEn la tragedia, todos los hechos se organizan manteniendo una relación verosímil. Se llama peripecia a la serie de hechos que se suceden en esce­na y que entablan entre sí una relación sorprendente a pesar de su vero­similitud. Para que haya peripecia es preciso que a una acción la suceda otra que no sea la esperada.En Edipo rey hay varias peripecias. En la escena leída, Edipo convoca a Tiresias para que lo ayude a descubrir al culpable, pero Tiresias le sugiere que él mismo es el culpable. Esta acción, contraria a la esperada, forma parte de la peripecia.

El reconocimiento es el momento en el que todos, y especialmente el protagonista, conocen la verdad. Se trata de un pasaje de la ignorancia al conocimiento. Hay diferentes maneras de que en la tragedia se produzca el conocimiento: puede ser por una casualidad o debido a una o más pe­ripecias, como sucede en el caso de Edipo.
Entre todas las variantes del re­conocimiento, la que produce mayor efecto es aquella causada por la peripecia. En este caso, el reconocimiento tiene su origen en el modo en que suceden los hechos, de manera tal que provocan sorpresa en el lector -espectador.

La Ironía trágica
El diálogo entre Edipo y Tiresias pone al descubierto no solo la identi­dad del asesino de Layo, sino la del mismo Edipo. Sin embargo, el protagonista no está en condiciones de aceptar que él ha asesinado a Layo y, por lo tanto, a su propio padre. Edipo ha querido evitar su destino, pero es imposible. Al destino revelado se lo denomina ironía trágica. En ese sentido, es fundamental que los espectadores y alguno de los personajes conozcan antes que el protagonista la verdad de su historia.

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